sábado, 29 de noviembre de 2008

Camareroo!!! Hay un banco en mi sopa!!!

No me mires, no me mires (no me no me)
no me mires no me mires no me mires déjalo ya
que hoy no me he puesto el maquillaje (je je)..



El señor Martínez tenía grabada en la cabeza esa canción, durante ese año su hija la había escuchado una y otra vez en su habitación obligando al resto de la familia a escucharla también a pesar de las continuas regañinas por el excesivo volumen del tocadiscos.
Se estaba acabando el año 1982 y las Navidades estaban ya en todos los escaparates de las tiendas pero el señor Martínez caminaba sin disfrutarlo, estaba ajeno a ello, se hallaba tremendamente preocupado por la situación que se estaba dando ¿Podía ser cierto que los depósitos que tenía en los bancos corrieran peligro? Cuando las instituciones gubernamentales hablaron de un plan de saneamiento es cuando se asustó de verdad. ¿Cómo podía ser que de los más de 100 bancos que operaban en el país en los últimos cinco años la mitad tuvieran problemas de solvencia?
Había estado leyendo que la crisis energética había deteriorado la economía de una forma muy profunda, que el PIB había caído hasta casi cero, que los precios experimentaban una subida espectacular y que se estaba aplicando una política monetaria restrictiva. Todo ello producía un aumento de los tipos de interés de los depósitos presionados por la inflación que dejaban unos márgenes estrechos de liquidez por esa política monetaria restrictiva. La morosidad aumentaba por los malos resultados empresariales que se daban por la caída del consumo y por el aumento de los costes de producción y financieros. También había leído que los bancos habían incurrido en inversiones crediticias de alto riesgo, en financiaciones cruzadas, en revalorizaciones inexistentes de activos, en renovaciones de operaciones fallidas y un largo etc. Que todo ello se intentaba enmascarar contablemente obligando a tirar hacia delante.

Sombra aquí sombra allá,
maquíllate maquíllate..



¿Qué estaba pasando? Decían que no se podían liquidar las entidades con problemas porque eran demasiadas y algunas grandes, ello haría quebrar todo el sector.
Entonces ¿Cuánto valían ahora los bancos? ¿Valían algo?
Cuando dos meses despues, un 23 de Febrero por la noche, escuchó en el telediario que el gobierno expropiaba los 20 bancos del grupo rumasa se dió cuenta que un banco no valía nada...nada.


Entidades que tuvieron que ser intervenidas (generalmente para dejarlas en condiciones de ser adquiridas por otra entidad):
1978
Banco de Navarra
Banco Cantábrico
Banco Meridional
Banco de Valladolid
1979
Banco de Granada
1980
Banco Catalán de Desarrollo
Banca López Quesada
Banco Ind. del Mediterráneo
Banco de Asturias
Banco Promoción de Negocios
1981
Banco de los Pirineos
Banco Occidental y filial Banco Comercial Occidental.
Banco de Descuento
1982
Banca Catalana y filiales Banco Industrial de Cataluña y Banco Industrial del Mediterráneo.
Banco Unión
Banca Más Sardá
Banco de Préstamo y Ahorro
Banco de Alicante
Banco de Gerona
Banco de Levante
1983
Banco de Crédito e Inversiones
Caja de Ahorros MP de Cáceres
Caja de Ahorros MP de Cádiz
1984
Banca Simeón
1985
Banco Urquijo Unión
Banco de Finanzas
Caja Central de Ávila
Caja de Ahorros Préstamos de Palencia
1986
Caja de Ahorros de Plasencia
1987
Caja Provincial de Huelva
1989
Caja de Ahorros Provincial de Valladolid
Caja de Ahorros Popular de Valladolid
1990
Caja de Ahorros Provincial de Granada
Caja España de Inversiones
Caja de Ahorros MP de Ceuta
1991
Banco Europeo de Finanzas
Bank of Credit and Commerce
Unicaja
Caja de Ahorros Provincial Alicante y Valencia
1992
Banco Ibercorp
1994
Banco Español de Crédito
Caja Ahorros de Jerez
1996
Banco Credipás
2003

Eurobank del Mediterráneo

En aquellos tiempos, aunque muchos lo hayan olvidado los bancos tenían problemas al igual que ahora, problemas que comprometían su continuidad, pero existe una gran diferencia con la situación actual, los problemas no estaban globalizados como ahora, ni amplificados por burbujas crediticias e inmobiliarias. Hoy nuestro patrimonio se enfrenta a un problema sistémico y no solo bancario.

¿Cuanto vale ahora un banco?

Reunión de pastores.......oveja muerta.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

El Bar de Manolo.

Había una vez un Bar: El Bar Manolo. En un barrio normal de una ciudad cualquiera, un bar común, funcionando desde hace varios años, con su clientela habitual y sus clientes de paso. Como tantos otros bares de España. Sin embargo, algo le estaba sucediendo a este bar y a su dueño, Manolo, como a tantos otros dueños de bar.

En este último año 2008 las ventas se le han disparado. Sí, sí, en plena crisis los vecinos consumen más y mejor que nunca. Aunque la dichosa crisis sí que se deja notar en algo: En la forma de pagar. Los EREs de las empresas, el paro y las hipotecas-losa invendibles hacen que los consumidores del Bar Manolo apunten más y más consumiciones en sus cuentas personales. Cuentas que Manolo siempre ha ido fiando y cobrando religiosamente a fin de mes a cada uno de sus clientes habituales. El dinero escasea más y la abundancia de los últimos años se echa en falta, al menos en la calderilla disponible en los bolsillos. No obstante los clientes piensan que ¿para qué van a privarse de esos pequeños placeres de café y charla en el bar con los vecinos y amigos, ahora que están en plena reducción de jornada laboral o en el paro, si pronto van a encontrar trabajo o van a poder vender aquello que oprime sus economías? Al fin y al cabo en este mundo pocas cosas dan tanto placer por tan poco dinero como un rato agradable con los amigos y vecinos, una cervecita y una tapita, una partidita de cartas o dominó o un simple café mientras se discute la jornada de Champions de ayer.

Manolo, que es un comerciante nato, se ha percatado de este aumento en las cuentas fiadas y ha pensado en aprovechar la estrechez de liquidez de sus clientes. Así, a los que en lugar de pagar en efectivo les apunta en cuenta las consumiciones, les aplica un recargo del 10%. Es más, si alguno le pide a fin de mes que le aplace el pago de la cuenta hasta al siguiente mes, porque ha sufrido algún imprevisto económico, el recargo es del 20%. Los clientes lo aceptan gustosos e incluso ha ganado alguno que solía ir al bar de enfrente donde su tacaño propietario sólo fía a los mayores de 80 años acompañados de sus padres. Pero así le va, ahora está vacío, y en cambio el Bar Manolo está lleno a todas horas.

Su contabilidad en este ejercicio va a ser espectacular, mejor que nunca. Las ventas se han disparado y sus beneficios también. En algunos casos los recargos alcanzan cifras de hasta 2€ por un simple cortado! El margen es enorme y el ambiente en el Bar Manolo es todo lo contrario al de un barrio en crisis. Manolo incluso se permite el lujo de invitar a alguna ronda cuando su equipo gana, y la barra estalla de alegría. El Bar de Manolo es algo único...

Pero a pesar de tanta euforia Remedios, la esposa de Manolo, no duerme por las noches. Tampoco lo hace el cuñado de Manolo, albañil de profesión, que le sacó de un apuro hace años y le prestó una pasta para reformar el Bar, y que hoy se encuentra en el paro. Necesita el dinero que le prestó porque la crisis aprieta y no hay ya obras en las que trabajar. Además, tampoco se fía de tanta euforia en el Bar de su cuñado en plena crisis, y por eso le reclama que se lo devuelva, incluso sin intereses.

Manolo en cambio lo tiene claro, la crisis es para los que no saben llevar sus empresas. A él le va de fábula y es una pena que su esposa y su cuñado sean tan cortos de miras: "¡Pedirle que le devuelva el préstamo justo ahora que el negocio va tan bien! Por eso unos triunfan y otros no", piensa para sus adentros. Siempre cosideró a su cuñado como un albañil con pocas luces al que el boom de la construcción le hizo ganar un dinero inmerecido. En cambio Manolo se evidencia como un Empresario de Éxito...

Como el Bar anda justo de liquidez Manolo no puede devolver ahora el préstamo a su cuñado y decide buscar otros socios mediante una simple ampliación de capital. Enseñándoles su flamante contabilidad de 2008 y sus previsiones para el 2009, pronto capta la atención de muchos conocidos que acuden como moscas a un panal de rica miel.

Amplia capital y círculo de amistades. La noticia corre por el barrio como un reguero de pólvora. Y el negocio sigue lleno, vendiendo más y más caro y apuntando en cuenta con recargos y más recargos.... El Bar Manolo es el punto de referencia del éxito en un barrio demacrado por el paro y la crisis.

Algunos afortunados vecinos a los que Manolo designó a dedo para beneficiarse de la ampliación de capital, incluso pueden presumir de que son socios de un negocio con unos beneficios en aumento...en plena crisis!!! Y que les quiten lo bailao, porque entre ellos los hay que si no están en paro, pronto lo estarán. La crisis aprieta como nunca, o al menos eso dicen los que no son socios de Manolo.

Mientras, en la tele del Bar Manolo echan el Telediario. Hoy se habla de la enésima ampliación de capital del Banco Molocos y de lo baratas que están las acciones de la Banca Rísimas, cuyos dividendos alcanzan ya casi el 12% anual. En la barra algunos clientes discuten si hay que ser o no gilipollas para invertir en bancos con la que está cayendo. Y Manolo sentencia: "Donde esté un negocio familiar bien dirigido como éste, que se quiten las inversiones en bolsa y las acciones de bancos con paquetitos de porquería americana... como dice el Leopoldo ese!".

Qué suerte y habilidad tienen algunos.

Characters:
Manolo.................Banqueros Varios

Esposa..................Remedios De Estado
Cuñado.................BCE
Nuevos Socios......Simples mortales

lunes, 24 de noviembre de 2008

Bendita sea la Mentalidad Avestruz.

De todos es sabido que las avestruces entierran su cabeza bajo tierra cuando intuyen peligro, como si de ese modo se pusieran a salvo. Evidentemente el hecho de aislar sus sentidos no les evita para nada el perjuicio de la situación real que exista a su alrrededor. Con esta "estrategia salvadora" sólo consiguen cambiar una sola realidad: La suya. Evitan así el estrés que les produciría ser conscientes del escenario real que las rodea, pero de ninguna forma consiguen mejorar su situación de peligro. Tan sólo mejora su mera e inútil subjetividad.



Del mismo modo podemos decir de nosotros mismos que ser conscientes de que nos encontramos en una situación hostil, de que un grave peligro nos acecha o de que nuestras perspectivas de futuro se han visto dramáticamente mermadas por unas circunstancias negativas; es la premisa sine qua non para poder reaccionar e intentar evitar el perjuicio en lo posible. No sólo es materialmente imposible solucionar nada si enterramos nuestra cabeza bajo tierra sino que los daños, al no poner ningún remedio, van a ser mucho más demoledores.

Aplicando estos silogismos tan obvios a las circunstancias de un inversor en un entorno hostil como el actual, obtendremos revelaciones cuando menos curiosas. Es lamentablemente habitual en estos tiempos encontrarnos con patrimonios gravemente afectados por carnicerías varias: Estructurados que cotizan al 15, 30 o 50% de su valor, carteras de RV y RF (acciones preferentes y deuda perpetua) con minusvalías latentes de más de un 50%, e inversiones diversas en derivados a la deriva.

Algunos de estos inversores con patrimonios financieros mutilados actúan con la Mentalidad Avestruz. O sea que ante las pérdidas latentes sufridas en sus carteras entierran sus cabezas sin salir de los mercados y sin poner ningún remedio a su situación. Siguen así los consejos de los mismos gestores que les han perjudicado poniendo en riesgos excesivos sus patrimonios: Ahoranoesmomento. Realizarpérdidasesunsuicidio. Venderíasenelpeormomento. Estamostocandofondo. Ahorahaymuchasoportunidades... ¡Más madera, es la guerra! En pleno avestruzamiento mental, el criterio estratégico es: "No realizo pérdidas, luego no pierdo. En cuanto la bolsa (o los estructurados o lo que sea) suba, me recupero y todo habrá sido una simple pesadilla". Y hasta que eso ocurra, la cabecita bajo tierra y con el pie del gestor sobre ella, no vaya a ser que se le ocurra levantarla, echar un vistazo al panorama y coger al toro por los cuernos, cesando así el lucro de dichos gestores y custodios. Y cuando desde su mini búnker o también llamado hoyo en el suelo, pregunte a los manipuladores de su dinero con voz de ultratumba: "¿Cómo va todo por ahí arriba?" la respuesta será: "Tranquilo, que ya casi ha pasado el peligro. Aguanta un poco más y ni se te ocurra sacar la cabeza porque así no te ve nadie".

Casi lo mismo podemos decir de los propietarios de inmuebles en pleno estallido de la burbuja, seguido de una depresión económica global: "No vendo mis inmuebles, luego valen más de lo que el mercado dice" La única diferencia respecto al razonamiento Avestruz del inversor en bolsa es que muchos propietarios de inmuebles compraron a precios inferiores a los de hoy (Si hubieran comprado los inmuebles a un precio mayor que el de mercado hoy, la frase sería idéntica a la anterior de no realizar pérdidas = no perder). Pero no por haber comprado barato hace años y no estar en pérdidas se deja de perder valor inmobiliario. Si el precio de mercado baja, nuestros inmuebles y por tanto nuestro patrimonio también lo hace, independientemente de si los vendemos o no y del criterio de valoración que utilicemos. Si además le añadimos el coste de oportunidad de que nuestros inmuebles no crezcan en plusvalías en otros mercados, escenarios y tipologías, la diferencia en nuestra evolución patrimonial en el tiempo será brutal.

Tristemente, el inversor en bolsa perjudicado y el propietario de inmuebles en ciclo bajista, suelen coincidir en la misma persona. Y si lo hacen además coincidiendo en el tiempo, entonces la Mentalidad Avestruz se convierte en doblemente devastadora de patrimonios. ¡Y esta tragicomedia se viene dando desde que las cotizaciones estaban un 50% más arriba que hoy! No es lo mismo despreciar nuestro crecimiento patrimonial durante unos meses que hacerlo durante un ciclo. Despreciar la evolución positiva y correcta de un patrimonio a lo largo de unos años, es un tiempo precioso muy difícilmente recuperable a lo largo de nuestra vida inversora. Y este desprecio se convierte en aberración cuando nos enfrentamos a una depresión global como la existente.



Como simple dato de la globalización: Las 16 millones de transacciones que se cruzaron uno de los días fatídicos del 1929, hoy se cruzan en los primeros 5 segundos de cualquier sesión de Wall Street.

Pero desde una perspectiva ligera, no debemos demonizar ni criticar a los tenedores de patrimonios con Mentalidad Avestruz, sino todo lo contrario, beatificarlos. Gracias a ellos los mercados no caen mucho más violentamente. Gracias a que sus carteras se petrifican y se mantienen fuera del mercado, las órdenes de venta no se multiplican haciendo caer los precios aún más. Y sus inmuebles tampoco pasan a engrosar las listas de ofertas gracias a que los aguantan a pesar de que cada día pierden valor, y de que los rallies alcistas pueden volver sólo después de la depresión europea, que esta vez se prevee peor que la americana. Gracias a ellos el mercado inmobiliario no caerá más allá de lo que los embargos, el paro y la propia recesión provoquen.

La Mentalidad Avestruz sostiene las caídas de los mercados bajistas en un acto filantrópico y heroico de los inversores que la practican. Sacrifican sus propios patrimonios (y el de sus inocentes herederos) en favor de que el resto de mortales puedan colocar mejor sus activos mobiliarios e inmobiliarios en el mercado, encontrando así compradores más fácilmente y perdiendo muchísimo menos. ¿Tonto el último? No, bendito el último. Gracias a estos super-hombres y super-mujeres que esconden sus cabezas bajo tierra en tiempos difíciles permitiendo así que sus patrimonios disminuyan sensiblemente y de forma continuada, el resto tienen un mayor margen de maniobra. Y también debemos agradecer la labor que realizan sus gestores (¿filantrópica también?), presionándoles firmemente para que mantengan la cabeza enterrada cuando tienen tentaciones de mirar a su alrededor y tomar decisiones para salvar sus patrimonios como hacen el resto de mortales egoístas y primitivos. Ellos no, los inversores con Mentalidad Avestruz, están hechos de otra pasta. Aguantan el tipo, aprietan los dientes y se autoconvencen de que las pérdidas de valor inmobiliario y de sus carteras (aquí sus gestores les ayudan a convencerse) van a ser pasajeras. Que todo volverá a ser igual como en un simple ciclo bajista, como los de antaño. ¿Visionarios o beatificables?
Entonces dijo Jesús a Sus discípulos: "en verdad os digo que difícilmente entra un rico en el Reino de los Cielos. Y además os digo: es más fácil a un camello pasar por el portal del ojo de la aguja, que a un rico entrar en el Reino de los Cielos”. (Mt. 19, 23-30)
Pues yo que pensaba que se refería a otra cosa... Bendita sea la Mentalidad Avestruz. Mientras tanto, resta y sigue...

viernes, 21 de noviembre de 2008

Boquerones Fritos (II)

Me parece que la publicación como posts de comentarios a algunos de nuestros artículos, se puede producir con cierta periodicidad dado su alto nivel. La prueba es que cada vez recibimos más y mejores comentarios, bien redactados y con una calidad de contenidos que me resisto a publicarlos simplemente a colación de un artículo. Al fin y al cabo esa debe ser la esencia de un blog. Así pues, vamos a hacer otro copy/paste de un comentario, también anónimo, al artículo Boquerones Fritos, que según nuestro criterio merece un espacio como post. A pesar de que no tenga el mismo origen ni opinión, y ya que esta vez el autor no le ha puesto título, vamos a ponerle el mismo que el primer comentario que publicamos: Boquerones Fritos (II). Que lo disfrutéis tanto como yo lo he hecho:

"Muy bueno el post de este keynesiano desconocido, aunque coincido también en muchas cosas con dalamar. Y, por otra parte, me deja conmovido el participante anónimo que ha quedado en paro, como representante de millones de personas en las que hay verdaderamente que pensar desde que nos levantamos cada día. Estamos en un momento de conmoción y hay que salir como sea. No podemos dejar hundir al sistema financiero, mal que nos pese, y tampoco podemos andar peleándonos con recetas dogmáticas, ya sean keynesianas o de Hayek. La economía se rige más por la teoría del caos que por las matemáticas clásicas; no es previsible tan fácilmente como muchos se creen. Si no, ¿por qué fallaron primero keynesianos, que después de tres décadas de éxito no pudieron luchar contra la inflación? (la famosa estanflación). Y luego, ojo, después de dos décadas de éxitos neoliberales, de aquéllos que se presentaron como salvadores eternos contra la estanflación ¿cómo es que ahora se ven ellos en otra estanflación más catastrófica que la primera y mezclada con una feroz debacle financiera? Y aquí no acaba la cosa. Ya lo he puesto en algunos post a otros artículos. Lo grave de la situación económica no es la actual crisis, que más bien parece enviada por alguien que dice: les voy a parar la economía por última vez para que piensen; les doy la última oportunidad de que razonen que el dinero no es la auténtica riqueza, sino una convención humana que se crea y se destruye (los conglomerados que Family Office nos explica tan estupendamente, mediante los que se crea el dinero). La riqueza verdadera son los bienes naturales, la energía, las materias primas, las especies vivas, el clima de La Tierra, de las que parte toda economía, y que si desaparecen, nos harán desaparecer a todos. Somos 6.600 millones de habitantes en crecimiento exponencial y vamos a más velocidad que la naturaleza, así que es la propia naturaleza la que nos va a parar en seco en una o dos décadas y ya no habrá solución económica ni financiera. Pongamos ahora, sí, medidas keyesianas que reactiven los sectores productivos, pero no simplemente en obras públicas, que tampoco es que le fueran tan bien a Roosevelt con su New Deal (tristemente, le fueron mejor a Hitler, con su ministro Schacht: sus obras públicas y sus armamentos dieron trabajo a 6 millones de parados, pero sólo para luego matar a media Europa), sino que reactivemos el sector de la energía que nos prevendrá de crisis inflacionistas petrolíferas y nos dará independencia energética. El petróleo va en declive y encima calienta peligrosamente el planeta; invirtamos en placas solares (fabricarlas, instalarlas, mantenerlas), en aerogeneradores, en el hidrógeno, en aprovechar la energía del mar, etc., etc. y ayudemos a crear negocios y empleo en estos sectores. Ampliémoslos a la gestión de residuos, las depuradoras verdes, las desaladoras de energía alternativa, y a crear servicios, más que productos, que se comen los recursos naturales. Y pensemos también en el resto del mundo que está pugnando con todo derecho llegar a tener nuestro bienestar, ayudémosles a que entren en la senda viable y no en la nuestra, que ya sabemos que no funciona a largo plazo y que acelerará nuestra autodestrucción. Hagamos todo esto (controlando sí la inflación, el equilibrio ahorro/inversión, el déficit público, huyamos del proteccionismo), pero hagamos todo esto sin dejar pasar más tiempo. No quedan sino un par de décadas y nuestros hijos y nietos ya están aquí rogando que no permitamos llegar a esa gran tribulación. Cuando a Keynes le decían que había que confiar en el largo plazo de los neoliberales, él decía: "a largo plazo todos estamos muertos". "

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Tu casa. Tus circustancias

El otro día navegando por Internet encontré una herramienta muy interesante de NY Times que permite calcular la diferencia entre el coste de la compra y el alquiler de una vivienda. Lo que más me gustó de esta calculadora es la cantidad de variables que permite introducir, lo que a su vez hace posible adaptar el cálculo a la situación particular de cada uno.

Jugando un poco con las variables, se pueden obtener resultados muy ilustrativos respecto a las consecuencias de compra o de alquiler de una casa para nuestros bolsillos. De paso uno puede hacerse una idea más real de todos los gastos que se tienen que tener en cuenta. Evidentemente el cálculo final no deja de ser una simulación, ya que algunas de las variables son imposibles de adivinar a largo plazo (como la evolución del precio de la vivienda a 30 años vista), pero para hacer una previsión a más corto término (3-10 años) me parece una herramienta muy curiosa.

En España la pregunta sobre la conveniencia de comprar o alquilar una vivienda en las últimas décadas siempre ha obtenido una respuesta muy clara y contundente. Las políticas gubernamentales de los años 60 y 70 han conseguido que la proporción de viviendas en propiedad aumente exponencialmente a lo largo de los últimos 40 años. Tener una casa o un piso propio (con una hipoteca en la mayoría de los casos) se ha convertido en casi una tradición nacional, y como no podía ser de otra forma, la burbuja inmobiliaria de la última década no ha hecho más que potenciar esta tendencia.

Gracias a la calculadora de NY Times podemos comprobar, por ejemplo, como la revalorización de los inmuebles, la principal baza del crecimiento patrimonial de los que optan por comprar, permite ganar la batalla al alquiler en un mercado alcista. También, jugando con los números veremos que esta opción puede seguir siendo más interesante incluso en un mercado flat donde los precios suben anualmente al ritmo de la inflación:


Sin embargo, si acercamos los parámetros a la situación actual, podremos ver como el resultado cambia radicalmente. La progresiva depreciación del inmueble elimina todas la ventajas frente al alquiler, que pasa de ser una forma de "tirar dinero a la basura" a una solución efectiva para ahorrar y hacer crecer el patrimonio.

Los altos costes de los intereses bancarios y otros gastos relacionados con el inmueble (impuestos, seguros, mantenimiento etc) que anteriormente se cubrían con la subida del precio del inmueble en pocos años, ahora aumentan aún más la pérdida patrimonial. Vivir de alquiler, mientras tanto, permite ahorrar e invertir la diferencia entre el coste de la hipoteca y el precio del alquiler, lo que gracias al interés compuesto se traduce en mayor crecimiento patrimonial no solamente a corto, sino también a medio y a largo plazo:


Los lectores pueden comprobarlo por su cuenta, cambiando las variables y adaptándolo a su caso concreto, pero el resultado final seguramente será el mismo. Gracias a este curioso gadget de NY Times podemos ver claramente que en los tiempos que corren, teniendo en cuenta que la crisis actual no va a ser corta, comprar una vivienda se convierte en una auténtica aberración desde el punta de vista financiero, o al menos a corto-medio plazo.

Además, no tenemos que olvidarnos de que al tratarse de una vivienda para uso y disfrute propio, el crecimiento patrimonial sólo se produce en caso de vender la propiedad. Aun cuando hayamos pagado la hipoteca de la casa, no podremos sacarle ningún rendimiento en forma de rentas como ocurriría, por ejemplo, con nuestros activos financieros en caso de optar por alquiler o si comprasemos la vivienda para rentabilizarla con alquileres.

¿Podríamos afirmar, por lo tanto, que vivir de alquiler en plena caída inmobiliaria, o comprar una casa en un mercado flat o alcista siempre es la mejor opción para una familia y su patrimonio? No, en absoluto.

No nos cansaremos nunca de repetir lo que llevamos afirmando a lo largo de toda la vida de este blog: las decisiones relacionadas con el patrimonio tienen que tomarse teniendo en cuenta las circunstancias personales de cada familia. El hecho de que el alquiler sea más favorable desde el punto de vista financiero, no significa que sea la mejor opción para todos.

Una de las cosas que sería muy importante tener en cuenta son nuestros hábitos y nuestro perfil como inversores, sobre todo para determinar si tenemos la disciplina y el rigor necesario para llevar a cabo un plan de ahorro e inversión sistemático. Para aquellos que no pueden resistirse a la tentación de gastar el dinero que se libera gracias a un alquiler más bajo, será mejor optar por una hipoteca para crear una especie de fondo de inversión obligatorio. Del mismo modo, tenemos que considerar los riesgos que podemos llegar a correr con el dinero que vamos a ahorrar, ya que si no somos capaces de invertirlo de forma conservadora, podemos perder una parte o el total de este patrimonio, como ocurre muchas veces con aquellas personas que montan un negocio con el dinero que iban a destinar a la compra de una vivienda.

Otra variable tanto o más importante que el interés financiero es el factor emocional o sentimental. Es posible que la satisfacción o la seguridad que nos proporciona tener una casa en propiedad sea mucho mayor que la que tendríamos viendo crecer a nuestros ahorros o percibiendo rendimientos de nuestras inversiones. Por lo tanto, como el objetivo final de una buena gestión patrimonial no puede ser otro que el de aportar felicidad a la familia, debemos considerar ambas opciones incluso en una situación en el mercado inmobiliario como la actual. Repetimos: no siempre la mejor solución financiera es la mejor solución para las circustancias patrimoniales de la familia.

Para acabar de complicar las cosas os recomiendo echar un vistazo a estos consejos publicados en Yahoo Finance por Suze Orman. Creo que es muy importante, sobre todo para la gente joven, conocer el auténtico coste y la responsabilidad de ser propietario de una vivienda, a pesar de que esta información nos haga aún más difícil tomar la decisión.

Y para terminar, mientras cada uno de vosotros reflexiona sobre vuestro caso particular, me gustaría presentaros un vídeo muy curioso que reproduce las fluctuaciones del precio de la vivienda en EEUU a lo largo de los últimos 120 años ajustado a la inflación. Creo que podríamos dedicarlo a todos aquellos que llevaban años afirmando que "el ladrillo nunca baja", así como a todos los que dentro de 5 o 10 años estarán diciendo que los precios de la vivienda nunca suben...


lunes, 17 de noviembre de 2008

Soho Trump Hotel.

Nueve meses después de nuestro artículo Póker de Ases estratégico. Back to the American Dream en el que ya proponíamos las potencialidad de una inversión a 4 bandas, vamos a darle un repaso desde el escenario global actual y con una propuesta concreta de inversión.

Como habréis releído teníamos 4 ases para la inversión en norteamérica: Potencial revalorización de inmuebles prime, renta fija corporativa, renta variable y cambio $/€. Empezando por la última, el tipo de cambio ha corrido a favor del potencial inversor, desde el dólar y medio por euro de aquel momento al 1,25 actual (+17%). En cuanto a la RV el Dow Jones ha perdido un 30% aprox. aunque los valores de empresas como KO lo ha hecho un 22% o JNJ que lo ha hecho apenas un espectacular 5%. Del sector financiero mejor ni hablamos, ya que es difícil encontrar bancos con caídas inferiores al 50%, no aptas para cardíacos, como ya advertimos entonces. Determinada renta fija corporativa no financiera, a pesar de los sustos de las compañías automovilísticas, parece que sigue siendo atractiva en cortos plazos, aunque la dificultad de todas las compañías en general para refinanciarse hace que sus balances sean muy inestables y por tanto su riesgo de credit event no sea descartable en muchas grandísimas empresas. Finalmente en cuanto a revalorización del mercado inmobiliario norteamericano en general, parece que sigue estando lejos, aunque mucho más cerca que en España o incluso Europa. Y por ello nuestra recomendación para blindaje de patrimonio inmobiliario (y en ciertos casos como alternativa parcial a algunos tipos de renta fija), se centra hoy por hoy en zonas exclusivamente primes como Manhattan.

Actualmente estamos facilitando a nuestros Clientes el acceso a promociones diversas en NY. Desde apartamentos en Wall St. hasta unidades del Soho Trump Hotel, el único 5* GL del mítico barrio del Soho. La comercialización definitiva de este último va a producirse a principios de Enero 2009 y su inauguración está prevista para finales de ese mismo año. Los costes de la inversión en una de las habitaciones de este Hotel rondan entre 1 y 1,5 millones de $, y la rentabilidad prevista por el developer y la Hotel Trump Organization, que explota gran número de hoteles de lujo en todo el mundo, es de aprox. un 7% anual neto para el inversor. La rentabilidad final, lógicamente, dependerá de la ocupación y los precios por noche que consiga la propia explotación hotelera. Como dato, la ocupación promedio de los hoteles de NY en este año supera el 90% y subiendo, y dificilmente podremos encontrar un inmueble prime entre los primes como este Hotel Trump en el corazón del Soho de Manhattan. Además, como nuestro empeño siempre es relacionar la Felicidad con la Riqueza, este tipo de inversión puede disfrutarse como uso personal un máximo de 120 noches/año, bajando proporcionalmente el rendimiento, como es óbvio.

Lógicamente por el volumen de reservas realizado desde Cluster Family Office, nuestros Clientes que compran al menos una unidad gozan de unos descuentos especiales, además del retorno de la comisión generada por nuestra intervención como agentes inmobiliaros, que siempre deducimos íntegramente a nuestros Clientes en toda transacción inmobiliaria. De este modo las rentabilidades esperadas para la inversión se ven sensiblemente incrementadas.

Dicho esto, os preguntaréis ¿por qué mencionamos este tipo de inversión, que supera el millón de $, en un blog dedicado al asesoramiento gratuito de pequeños patrimonios? Pues bien, siguiendo fieles a la filosofía de Fresh Family Office de intentar adaptar y aplicar protocolos y estrategias de inversión de grandes patrimonios también a pequeños inversores, estamos tratando de que el partner oficial de Trump y Prodigy en España, Idien Group, vehicule la venta de fracciones de unidades por separado a través de sociedades de inversión. De modo que un pequeño inversor pueda adquirir por 100.000, 200.000 o 500.000 € una décima o una quinta parte o la mitad de una unidad y compartir sus rendimientos y titularidad en sociedad con un grupo de pequeños inversores. Parece ser que esta propuesta verá la luz en breve y se venderán bajo esta estructura diversas unidades del Soho Trump Hotel en España gracias a CFO. Y quién sabe si se podrían gestionar en un futuro próximo 15 unidades como Socimi, o sea Reit española.



El próximo martes 25 de Noviembre Prodigy-Trump e Idien Group realizarán una presentación de este inmueble en el Hotel Gran Meliá Fénix de Madrid para inversores españoles. Cluster Family Office estará presente en este acto junto con nuestros Clientes interesados. Pero también hemos acordado con los developers del proyecto y responsables de la presentación, así como con Idien Group, que se realizará una sesión informativa específica para pequeños inversores interesados en la compra de fracciones de unidad a través de los vehículos que se explicarán en dichas reuniones. Para ello será necesario coordinar el número de asistentes a cada reunión y el perfil inversor, o sea, potencial comprador de unidad entera o pequeños inversores interesados en la compra de fracciones de unidad inmobiliaria. Por lo tanto emplazo a los interesados a que nos contacten para coordinar dicha sesión informativa que tendrá lugar el mismo día de la presentación oficial del Soho Trump Hotel en Madrid, aprovechando la presencia del developer del proyecto. Además, para los compradores de unidades, los promotores programan viajes personalizados de tres días a NY con billetes y estancias pagadas, que incluye lógicamente una visita guida privada al rascacielos en construcción.

La crisis financiera está fulminando los mercados de RV e incluso parte de la RF. También los inmuebles en los EE.UU. siguen sufriendo depreciaciones. Y como diría Buffett, no sabemos que harán estos mercados en el futuro, pero en los niveles actuales seguimos pensando que una inversión estratégica de este tipo en los EE.UU. puede encajar en muchos Balances Vitales. Seguimos creyendo en el poker de ases estratégico, a pesar de que €/$ haya ya generado un beneficio que muchos han dejado escapar. A pesar de que la RV y RF no financiera siga incierta, y a pesar de que los inmuebles prime se hayan apreciado al menor ritmo de su historia reciente. Sin embargo en Manhattan ni siquiera han bajado de un +6% en el último año, aunque recordando la frase del Oráculo de Omaha pueden hacerlo en los próximos tiempos, obviamente. A pesar de todo consideramos el momento presente y el próximo 2009 aún más adecuado si cabe para esta estrategia adaptada a cada Balance Vital.

Por todo ello nos parece esta compra en Soho Trump Hotel una inversión que, siempre dependiendo de cada circunstancia familiar y patrimonial y adaptándola a cada caso, puede sustituir a muchas desinversiones inmobiliarias en Europa, y sobre todo en España. Por su esencia prime (a nuestro entender lo más prime que podemos encontrar hoy por hoy en todo el planeta), por sus potenciales inquilinos o usuarios de hotel 5* (infinitamente más numerosos que los potenciales inquilinos de un apartamento en la misma ciudad por ejemplo), por su potencial rally alcista futuro, por sus garantías de developers y partners de gestión, explotación y marca, por el timing de la inversión en pleno 2009, por una divisa todavía atractiva a 1,25 $/€, por una previsible recuperación de la Economía norteamericana más próxima que la europea, etc, etc, etc. Además, si conseguimos finalmente vehicular este tipo de inversión también para pequeños ahorradores, supondrá una satisfacción personal enorme, ya que de otro modo sólo estaría al alcance de clientes de Family Office propiamente dichos. Unos y otros, además, pueden garantizar el 100% de la inversión mediante una compra complementaria de bonos del tesoro americano a 10 o 15 años, configurando así una inversión con uno, dos, tres o cuatro ases 100% garantizada por Treasury Bonds.

Los interesados en asisitir a dicha presentación en Madrid el próximo martes 25 de Noviembre, sean o no clientes de CFO, deben contactarnos lo antes posible para poder coordinar y organizar reuniones informativas de pequeños grupos, bien sean para inversores en unidades enteras como para las reuniones específicas para pequeños inversores.

viernes, 14 de noviembre de 2008

Boquerones Fritos.

Tal y como prometimos el pasado lunes en un comentario, a continuación vamos a publicar en forma de post otro comentario que recibimos a colación de nuestro artículo: "Invertir en Recesión y Depresión". No lo hacemos porque compartamos al 100% su contenido, no es eso, de hecho discrepo en varios puntos. Pero lo que me parece digno de destacar es que alguien redacte con un alto nivel de calidad y de ética un texto de forma anónima. Me parece de una generosidad fuera de lo común, ya que todos tendemos a protagonizar, aunque sea bajo pseudónimo, cualquier escrito que alcance el nivel de opinión de calidad. Pero en este caso no. El autor prefirió no firmarlo a pesar de su extensión y nivel.

Ignoro si el anónimo autor tendrá a bien volver a remitirnos otros textos de calidad, o si por el contrario jamás voveremos a saber de él (o ella), o quizás se identifique en breve. No tengo ni idea. Pero el hecho de participar y compartir artículos que superan en mucho el mínimo exigible y sin firmar, me parece muy destacable, independientemente de si estamos o no en desacuerdo con ellos. Os dejo ya con el texto al que me he permitido la licencia de añadirle algunas fotos:

"Los efectos del Plan de Rescate de la Casa Blanca aprobado en Washington en Octubre pasado no está teniendo repercusión alguna en los Mercados Financieros ni en la economía Real. Era de esperar. Pero lo peor no es esto, sino que el modelo se copia en Europa sin la menor vacilación ya que EEUU es la potencia mundial que tiene “la verdad” en sus manos y como no, como si se tratase de un DVD de la última producción cinematográfica americana nosotros los europeos “lo planchamos”. La aprobación de 700 billones de dólares para dar soporte al caos habido en las Instituciones Financieras no es más que un parche mal puesto, ya que lo que se está intentando salvar es justo la ineficiencia de un Sistema Financiero manipulador y corrupto, en lugar de enfocar el esfuerzo en salvar a la “Economía Real”. Esto último parece que no interesa ni a la clase política ni a los banqueros de turno. Hace ya un tiempo, las entidades financieras han incrementado su oferta de productos de inversión o de activo, financiando la compra de cualquier bien a los consumidores ávidos de tener mejores casas, mejores coches, mejores servicios y mejores vacaciones de hamaca y sol. El secreto está en la masa, decía un fabricante de pizzas, es bien fácil, si te doy dinero para una casa con jacuzzi y persianas automáticas y te lo financio a 50 años, así vas a estar pagando intereses y el principal hasta que se te caigan los dientes. Si algún día no puedes pagarme, da igual, me quedo con tu “casita de muñecas” porque como el negocio va bien, le voy a sacar unas plusvalías adicionales y como decía Abba, “the winner takes it all” (“el ganador se lo lleva todo” para los que siempre han pensado que Teruel también existe).
Todo ha cambiado, ¿verdad? Ahora los Bancos tienen grandes retos estratégicos. Salvar su culo y sus cuentas de resultados, reducir la morosidad, incrementar la oferta de productos de pasivo (esos ahorrillos, traigamelos usted para aquí que le doy hasta un coche o una moto), subir el precio del activo (te voy a clavar más intereses por lo que te deje) y subir las comisiones (esa comisión de mantenimiento de libreta que nunca he entendido, porque realmente se mantiene casi sola). Lo peor es que esa inyección de capital del Plan de Rescate no ayuda en nada a mejorar la Economía Real. La confianza de consumidores e inversores ha caído a lo más bajo, no hay capacidad de ahorro (y menos va a haber en el próximo año), los tipos de interés siguen subiendo (para atraer a ahorradores sin empleo y sin capacidad de ahorro) y las tasas de desempleo siguen creciendo (¿nos darán los bancos un empleillo de cajeros con esta inyección de os Gobiernos?). Esto es el mundo al revés y todavía hay personas que se alegran de la “intervención guapis” de los salvadores de la tierra. Yo voy a proponer otro Plan de Rescate con un poco de sentido común. Por un día voy a ponerme en los zapatos de Obama, Bush, Zapatero o Papá Noel. La Intervención del Estado en situaciones de crisis la entiendo necesaria para incrementar la demanda agregada, es decir el consumo y la inversión. Pagar a los Bancos e Instituciones Financieras es como ir a un médico que está enfermo con los mismos síntomas que los tuyos. En un entorno como el actual, los Gobiernos deben invertir en la Economía Productiva y no en la actividad especulativa de las Instituciones Financieras. Todavía hay que mejorar y mucho las carreteras de nuestros países, tener mejores infraestructuras de transporte (que se lo digan a Gran Bretaña y su revolución industrial), tener acceso a mejores servicios para la tercera edad, conseguir que todas las personas accedan a las nuevas tecnologías de una forma más equilibrada y sin tener que pagar un sobreprecio, mejorar la educación de nuestros pequeños (justo para que no caigan en los mismos errores que los mayores), promulgar la diversidad de las diferentes culturas, proporcionar un sistema sanitario más equilibrado e igualitario, investigar sobre la cura de nuevas enfermedades…tantas y tantas cosas…pero bueno, la mayoría de ellas se considera un centro de coste en lugar de un centro de beneficio. Ahí está el verdadero problema. Ellos piensan erróneamente: si el Estado financia el desaguisado de las Instituciones Financieras, entonces se podrá retrasar 6 meses de pago de hipoteca a los consumidores finales y ya está, todo arreglado. A veces pienso que los líderes políticos y económicos tienen boquerones fritos en la cabeza. Si, si, boquerones fritos en lugar de neuronas. Si el Estado invirtiera esos 700 billones de dólares en generar empleo y no en financiar el caos generado por la propia mala gestión de las Instituciones Financieras, apoyado con una disminución de los tipos de interés, se conseguiría generar un incremento tanto del consumo como de la inversión, en definitiva un incremento de la demanda agregada. Así, si yo tengo empleo, tengo una renta mensual que me permite consumir y pagar mis letras de la hipoteca…no hace falta que el Banco de turno me consiga una moratoria de 6 meses, que al final es un parche mal puesto y que a ellos les va a generar más ingresos a futuro…no, no, si tengo empleo, tengo dinero para pagarle, que no lo dude ni un momento el Banco ni el sistema financiero mundial. Además podré comer todos los días y hasta ir de restaurantes los fines de semana. El restaurante de turno me lo agradecerá porque no tendrá que cerrar o despedir a sus 3 camareros de toda la vida. Pero, déjame pensar…si bajan los tipos de interés, la tasa de ahorro disminuye (claro, para los poquitos duros que tengo ya no es tan atractivo meterlo en el banco)…joroba, a ver si me estoy dando cuenta ahora de que los Bancos son los primeros interesados en que los tipos suban, para incrementar su liquidez y así que puedan financiar más “trastadas” de las suyas…¡que bien!, así utilizarán mi dinero para hacer lo que le salga del gorro al banquerito de turno. Financiar la Economía Real me gusta mucho más. Tipos de interés más bajos, incremento del consumo y de la inversión, incremento de las importaciones y de la capacidad adquisitiva…por supuesto generación de empleo…en tiempos de crisis, de recesión o riesgo sistémico es una solución que me satisface mucho más que la de cubrirle las espaldas al sistema financiero internacional. Yo le diría a los Gobiernos y a los Bancos: no me des el pez (los 6 meses de moratoria) y dame la caña y enséñame a pescar (dame empleo que entonces te podré pagar sin problema). Lo que ocurre es que esta última opción no interesa, tiene más sentido común y la verdad es que eso significaría un reparto de la riqueza que las entidades bancarias no entienden. Y para los que piensan que estas soluciones pueden traer un incremento de la inflación, les diría que pueden estar en lo cierto pero no hay que agonizar. ¿Es mejor tener una economía con pleno empleo o con una tasa de inflación alta? El pleno empleo es una utopía, pero los Gobiernos deben invertir justo en esto. Con la NAIRU o tasa natural de desempleo, no existe relación entre inflación y desempleo. En épocas anteriores, se conseguía pleno empleo fabricando más armamento. Una lacra desde todos los puntos de vista, tenemos varios ejemplos a la vista. Tenemos que tender al pleno empleo creando un sistema de supervisión bancaria coherente, incrementando la confianza tanto de los consumidores como de los inversores, teniendo una mayor flexibilidad en los tipos de cambio, huir del proteccionismo en estos tiempos de recesión y ¿Para qué crean Organismos Federales Locales (FDIC) o mundiales (FMI, Banco Mundial), que se suponen que tienen que regular las acciones en los mercados financieros y que sólo son meros testaferros de las operaciones que hacen los tiburones? JP Morgan acaba de comprar los activos de la mayor Caja de Ahorros de Estados Unidos en bancarrota forzada, a un precio de saldo. Todo en connivencia con la FDIC (Federal Deposit Insurance Corporation). JP Morgan ha conseguido tirar por el suelo el valor de sus acciones, se ha hecho con la Caja a precio de saldo (1,9 billones de dólares) y todavía pide poderse desgravar fiscalmente la operación por valor de 20 billones de dólares. Esto me huele a chamusquina. Estamos inyectando dinero a las Instituciones Financieras que son las que parten, reparten y se llevan….toda la parte. Los acuerdos de Bretton Woods deben ser un referente ahora en este inicio del caos. No vale salvaguardar la espalda de los de siempre. Hay que trabajar sobre la economía real y garantizar que las Instituciones Financieras puedan volver a su cauce, con dinero real, con personas reales, con trabajo real. Y no hay que trabajar sobre la especulación y la barbarie. Parece que nadie quiere darse cuenta. Por favor, que las Instituciones Financieras devuelvan “el cheque” o paga extra de navidad y que Barak Obama invierta en Economía Real. En boquerones fritos, pero reales, para comer."

Gracias, Anónimo.

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Travesía en el desierto

A lo largo de nuestras vidas hay momentos en los que nos toca sufrir situaciones no deseadas como un despido, una separación, un nuevo ambiente laboral, que ponen a prueba nuestra capacidad de sacrificio y superación. Estas travesías en el desierto son duros viajes que nos enfrentan no sólo con el entorno que nos rodea, sino también con nosotros mismos, pero que tienen una luz al final del túnel, una salida para el que supera las adversidades y logra llegar a la meta.


Durante el trayecto, el viajero tiene que superar multitud de escollos, pasará hambre, sufrirá por encontrar agua, se helará por las noches, el sol abrasador del día terminará por agotarlo... pero los oasis le ayudarán a no languidecer y renovarán sus energías.

El vencimiento, al fin, es cuestión de fe en uno mismo y en unos valores que lo ayuden a uno a soportar lo que se le ha venido encima: orden, disciplina, capacidad de sufrimiento, saber esperar y saber continuar.

Es bueno atravesar un desierto, o varios, a lo largo de la vida. Las dificultades pasadas dieron tiempo a pensar, a conocerse a uno mismo en profundidad, y lo que es más importante, a superarse con cada nuevo reto y acabar venciendo.

Me gustaría usar este texto como analogía del periodo que nos va a tocar sufrir en España. Hasta hace bien poco sacábamos pecho y nos creíamos a la cabeza de Europa con esos crecimientos espectaculares del 4-5% frente a los míseros 1-2% de Francia o Alemania, pero de repente, como si de un sueño se hubiese tratado, nos hemos despertado y sólo vemos una vasta extensión de arena a nuestro alrededor, un enorme desierto del que será difícil salir, pero no imposible. Algunos, los que están cerca de los oasis, aún siguen pensando que todo es perfecto.

España debe mentalizarse de que los años venideros van a ser duros, agudizados por nuestra baja productividad y por la muerte de los dos modelos en los que se sustentó el crecimiento en la pasada década, el turismo y la construcción. Sólo aceptando que los modelos del pasado fueron incorrectos podremos sentar las bases para que nuevos crecimientos futuros tengan lugar.

Tomemos como ejemplo el caso de Italia, por ser prima hermana nuestra, aunque juegue en otra liga. Italia tiene un poder exportador del que carece España, no en vano se sitúa entre las 8 potencias mundiales exportadoras, aunque su balanza comercial sea también negativa. Las mayores exportaciones italianas las podemos situar en los campos del motor, la industria petroquímica, la armamentística o la eléctrica, pero, sin duda, lo que proporciona a Italia una ventaja respecto de España son sus industrias clave, aquellas mundialmente conocidas y que gozan de prestigio a nivel internacional como son la industria alimentaria, la industria de la moda y la industria de coches de lujo. En este caso el Made in Italy la dota de un seguro de vida frente a posibles competidores y salvavidas en una época como la actual.

España, por contra, aún teniendo unos embutidos exquisitos, unos vinos que hacen gozar a cualquier paladar, unos quesos o aceites que recogen premios mundialmente (aquí siempre fuimos muy aficionados al buen comer), no consigue que sus productos sean vendidos en establecimientos corrientes de medio mundo, como sí sucede con los italianos. Da rabia estar en un restaurante de nivel medio en el extranjero, hojear la carta de vinos y observar cómo, entre la cantidad de botellas italianas, francesas, californianas y australianas, apenas hay un par procedentes de España, y a veces ni siquiera eso. Y éste es sólo un triste ejemplo de la escasa fuerza del Made in Spain.

España tiene que aprovechar esta dura época que se avecina para sentar las bases de un crecimiento futuro, hacer una apuesta clara por algunos sectores con los que se puedan lograr ventajas competitivas (como las tiene Italia actualmente) en el futuro. Si ésta travesía en el desierto no nos sirve para abrir los ojos, conocernos en profundidad e intentar superarnos en el futuro, el crecimiento español estará abocado a la presencia de burbujas de distintas índoles que cada vez que se pinchen no harán sino hundirnos más en las arenas movedizas del estancamiento y la recesión.

lunes, 10 de noviembre de 2008

Invertir en Recesión y Depresión.

Lo primero que quiero deciros es que lamento la extensión de este artículo que podríamos haber dividido en al menos dos partes, pero creo que será más claro y conveniente si lo leemos de un tirón que tener que releer la primera parte cuando se publique la segunda. Allá va, pues, el artículo completo:

Últimamente estamos detectando a través de nuestras entrevistas con potenciales nuevos Clientes, una mentalidad difícilmente compatible con una perspectiva de recesión y depresión como la que tenemos ante nosotros. Muchas familias e inversores están convencidos de que no es momento para vender sus inmuebles en España, de aflorar sus pérdidas en renta variable o de vender por debajo de la par acciones preferentes y estructurados varios que les vendieron aquí y allá.

Esta estrategia, si se le puede llamar así, es la que se solía adoptar en periodos de corrección de mercados, donde un mercado alcista venía seguido de otro bajista en el peor de los casos. Cuando los ciclos se sucedían con una irregularidad conocida y en un entorno expansivo y de crecimiento de las economías prácticamente continuado desde la II Guerra Mundial. En aquellos ecenarios, a los inversores más pasivos y menos ágiles les bastaba con atrincherarse durante estas correcciones cíclicas y esperar tiempos mejores para recuperar el crecimiento patrimonial perdido temporalmente, promediando a largo plazo una progresión alcista de sus activos inmobiliarios y/o financieros. Sólo los que daban bandazos estratégicos inconexos en su política inversora podían sufrir pérdidas importantes en sus patrimonios a largo plazo, y a éstos los bautizamos ya en algún artículo anterior como "pierdoaquimevoyallá". Unos y otros venían enfrentandose con diverso éxito a un entorno cíclico, cambiante pero conocido.

Sin embargo el escenario actual es recesivo y creemos que estamos ante una larga depresión global. Por tanto los ciclos difícilmente pueden repetirse tal y como los veníamos adaptando a nuestros patrimonios. Como ya hemos dicho anteriormente, estamos ante un orden desconocido al que de momento sólo le podemos llamar caos. Como anécdota os contaré que un amigo de avanzada edad y multimillonario nos comentaba hace unas semanas: "Con cada crisis he disfrutado y he ganado mucho dinero. Cuando peor estaban las cosas, más y mejores negocios he hecho y más he disfrutado. Pero ésta, chico, por más vueltas que le doy... ¡no sé por dónde coño cogerla!"

En ese escenario depresivo, hoy por hoy sólo tenemos una referencia: Japón. Una economía donde los inmuebles no han dejado de bajar de precio y cuyo índice bursátil ha descendido desde casi los 40.000 puntos hasta los 8.000 durante dos décadas. Hoy las mayores empresas de ese país cotizan en bolsa a los mismos precios que 25 años atrás. Toda una vida inversora, sin duda.

La pregunta que cabría hacerse es: ¿Los occidentales vamos a sufrir una recesión tan grave como la japonesa? No, peor. Espero con todas mis fuerzas equivocarme, pero la capacidad de sacrificio y producción de la sociedad japonesa está a años luz de la de occidente, especialmente de la latina. La Eurosclerosis es endémica, y afrontar con esta y otras graves patologías productivas una Great Depression, the big one es como intentar correr una maratón con anemia. Por eso pensamos, tal y como dijimos en USA vs Europa, que el timing de la recuperación, o mejor dicho, la travesía del desierto va a ser ligeramente menos dramática para los EE.UU. que para Europa, aunque muy penosa en ambos casos.

Por lo tanto, aunque nuestro anclaje en Disneylandia no nos permita aceptar una realidad tan cruda y unas perspectivas tan prolongadamente negativas, la estrategia de mantener los inmuebles y las carteras de RV, estructurados y preferentes con graves afectaciones en sus cotizaciones puede ser la puntilla que le faltaba a nuestro patrimonio para claudicar ante el multicrack global que estamos sufriendo.

No existe bienestar social que pueda soportar el escenario actual de crisis inmobiliaria, bursátil, energética, de crédito y liquidez global. Por lo tanto, si nos centramos en el valor inmobiliario, no mal vender en la actualidad, probablemente suponga vender peor en el futuro. Desde nuestra perspectiva profesional vemos a diario como aumenta vertiginosamente el número de propietarios de inmuebles que, a pesar de no considerar el momento como apropiado para vender, no tienen más remedio que colocar sus propiedades en el mercado. Es cierto que muchos todavía no tienen esa necesidad porque sus economías son todavía holgadas. Para algunos les quedan sólo semanas, para otros meses, incluso años, pero para la inmensa mayoría de propietarios de inmuebles no es más que una fatal cuenta atrás. Los ingresos empresariales y/o laborales se revisarán a la baja en mayor o menor medida en este escenario de crisis, y las rentabilizaciones mediante alquileres que ayuden a pagar las hipotecas pendientes también se están viendo y se verán muy perjudicados con la crisis social que hoy tan sólo se inicia. El resultado será implacable en los próximos años: Millones y millones de multipropietarios se verán obligados a poner en el mercado inmuebles en venta, de forma paulatina y masiva. Y cuando la oferta aumenta, los precios sólo pueden ir en una dirección, pocas cosas son tan seguras en este mundo económico. Por tanto la recuperación de precios inmobiliarios no sólo está muy lejos sino que muy probablemente sigan perdiendo valor durante muchos años, tal y como nos evidencia nuestro único referente recesionista nipón. En este punto volvemos a recordar la frase: No malvender hoy puede obligarnos a vender peor en el futuro, ya que nuestra vida inversora no es inmortal ni el patrimonio de la mayoría de multipropietarios suficientemente gigante como para soportar en la trinchera una Gran Depresión, the big one. Pero no estamos proponiendo que los inversores se queden sin inmuebles, ya que no concebimos hoy por hoy un patrimonio equilibrado sin ellos, sino que deberíamos deslocalizar nuestras inversiones inmobiliarias hacia zonas con mejores perspectivas que las españolas o incluso las europeas, tanto las especulativas como los blindajes de patrimonio en inmuebles prime.

En cuanto al patrimonio financiero arriesgado en RV, estructurados o preferentes perjudicadas, podemos decir algo parecido, pero con la salvedad de que los mercados de variable son mucho más impredecibles. Los flujos especulatorios pueden volver a los mercados de RV mucho antes que a los inmobiliarios. Aunque sea de forma irracional, temporal y en un escenario recesivo. No obstante si volvemos a mirar hacia nuestro único referente veremos un gráfico histórico del Nikkei escalofriante, especialmente en este final de 2008.

En cuanto a las acciones preferentes compradas (y vendidas) como renta fija cuya cotización se ha visto tan perjudicada como la mismísima RV, a nuestro entender son la gran incógnita. No tenemos ningún referente anterior de una crisis crediticia de este calibre. Muchos inversores compraron estas emisiones de preferentes y perpetuas antes del estallido de la crisis de crédito casi a la par, como alternativa de inversión (o directamente confundiéndolas) a los bonos con vencimiento, por tan sólo unas décimas más de rendimiento anual. Después del mes de Agosto 2007, algunos incluso han venido especulando con las abultadas caídas de estas emisiones perpetuas, como si de una cotización de variable se tratase. Algo jamás visto, aunque no por ello necesariamente desaconsejable si se tiene bien presente que el riesgo implícito en esta práctica es de imposible calibración, dado que jamás habíamos visto semejante colapso en la financiación corporativa ni bancaria. Muchos de estos inversores, tanto los que compraron antes del estallido de la crisis crediticia casi a la par, como los que lo han venido haciendo de forma especulativa después, ni siquiera lo han hecho comprendiendo bien sus infinitas variables respecto a la letra pequeña ni las circunstancias de cada emisión (acumulables, callables, subordinadas, posición y valor ante un credit event, relación del emisor real con la entidad subyacente, etc.). Precisamente estas variables menospreciadas habitualmente en tiempos de bonanza y confundidas con un simple bono con vencimiento (además de otras variables más oscuras e imponderables), están suponiendo la radical diferencia en plena crisis de crédito entre una deuda corporativa sólida, un vehículo de inversión especulativo o un puro papel mojado. Sólo el tiempo dirá, está diciendo, cuál es cuál.

Cuando escuchamos las explicaciones que nos dan algunos potenciales clientes respecto a la inoportunidad de salir ahora de los mercados mencionados (RV, estructurados varios o deuda perpetua o acciones preferentes), nos parece oir las mismas palabras pronunciadas por sus respectivos gestores de banca. Son sus mismos discursos que repiten hasta la saciedad a todos sus clientes desde hace ya algunos meses. De 8h a 14h, de lunes a viernes, y sábados alternos. "Ahora no es momento de realizar pérdidas puesto que serían muy cuantiosas", "estamos ya tocando fondo", "ahora es momento de comprar más y mejores acciones (estructurados o emisiones) muy baratas" y otros tópicos por el estilo.

Lo curioso es que en épocas alcistas nos decían: "ahora no es momento de realizar beneficios puesto que la fiscalidad de las plusvalías sería muy costosa", "ahora es momento de comprar más y mejores acciones (estructurados o emisiones) con muy buenas expectativas" y otros tópicos por el estilo acompañados además por resultados históricos que reflejaban el símbolo del € en nuestras dilatadas pupilas.

O sea que los banqueros y asesores "gratuitos" en general, nunca nos recomiendan que salgamos del mercado. De ninguno, jamás. Obviamente salir supondría un lucro cesante para dichos asesores que no están dispuestos a sufrir. Ellos no. A lo sumo, en un arranque de ética que no debe servir de precedente podríamos oir algo parecido a: "Wait & see...BUT WAIT INSIDE!", eso sí, en un correcto, amigable y paternalista castellano, es decir: "Ni se te ocurra vender con esas minusvalías que estamos en el peor momento, trae más pasta que está todo muy barato", "Hazme caso que yo esto ya lo he vivido otras veces". Dicho por alguien con corbata que jamás soñará con poseer ni una décima parte de nuestro patrimonio, y como si no vendiendo perdiéramos menos. El caso es que cuando nos dicen lo que queremos oir, se lo ponemos muy muy fácil a los comisionistas. Pero, si no recomendaríamos a un inversor que se haya mantenido en liquidez (haberlos haylos) entrar ahora al mercado y comprar nuestros productos financieros de RV, estructurados o perpetuas, a precios actuales, ni tampoco comprar a precios de hoy nuestros inmuebles, ¿por qué c... los mantenemos nosotros en lugar de trasladar nuestro patrimonio hacia activos con igual o inferior riesgo que tengan potenciales crecimientos en los próximos años racionalmente mucho más probables? Veamos nuestras posiciones de riesgo en RV, estructurados varios y deuda perpetua o acciones preferentes perjudicadas, bajo la perspectiva de una larga depresión sin precedentes y nos daremos cuenta de que nuestro patrimonio se verá muy perjudicado si le aplicamos el "Wait & see... but wait inside" que nos recomiendan los que viven de nuestras comisiones.

Mantenerse a la expectativa hasta que vislumbremos una estrategia clara es prudente en los tiempos que corren, pero debe hacerse fuera de los mercados. Y a pesar de ser una obviedad nos sorprende ver cómo muchos de los tenedores de inmuebles o de activos financieros de riesgo mantienen sus posiciones. Pero lo peor de todo es que no sólo su patrimonio sigue correlacionado al 100% a los mercados bajistas, sino que probablemente tenga un gran coste de oportunidad al no invertir estos activos en inmuebles con mucho mejor potencial, y también en activos financieros con riesgo muy inferior que convertirían nuestros rendimientos negativos en positivos, incluso en una estrategia de "wait & see". Sólo debemos esperarnos financieramente fuera de dichos mercados y trasladar nuestros inmuebles hacia países con mejor perspectiva que España o Europa. Llevar a cabo dichas estrategias no sólo es psicológicamente complejo para una Familia, sino que también necesita un apoyo logístico y profesional para hacerlo de la mejor forma, siguiendo una hoja de ruta que debe estar diseñada a medida del Cliente. Un Family Office debe acompañar en ese camino y solucionar los problemas que vayan surgiendo a medida en que el patrimonio se va adaptando a la estrategia y las necesidades diseñadas.

Si por el contrario, pensáis que la crisis va a ser corta o pasajera como tantas anteriores, olvidad este artículo.

"El Futuro no es ya lo que solía ser."

Arthur C. Clarke (1917 - 2008)