viernes, 28 de marzo de 2008

Instituciones reguladoras en épocas de crisis. Sálvese quien pueda.

El domingo pasado se publicó en NY Times un artículo muy interesante sobre la situación en la que se encuentran las instituciones encargadas de controlar y regular los mercados financieros en EEUU tras la crisis de las hipotecas subprime y los últimos acontecimientos en el mercado bancario estadounidense.

Ya no es secreto para nadie que el complejo sistema de regulación de los mercados e instituciones financieras estadounidense, compuesto por más de una docena de organismos a nivel federal y estatal que incluye instituciones como la Reserva FederalTesorería, la F.D.I.C y la SEC, ha sido incapaz de proteger la economía contra la crisis como la de las hipotecas subprime, cuyas consecuencias se están sufriendo en todos los rincones del Sistema.


La grave situación en la que han metido a la economía estadounidense los errores cometidos en los años previos a la crisis ha generado un debate en la sociedad americana sobre el actualsistema de control de los mercados. Muchos apuestan ya incluso por volver a mayor intervención por parte del estado tras años de liberalización.

Este debate abierto tras la crisis iniciada en agosto pasado adquirió mayor fuerza tras las últimas actuaciones de la Fed en su tercer intento de paliar la insostenible situación de la falta de liquidez y confianza en los mercados financieros. Es posible que medidas como elintercambio de títulos por bonos soberanos de 200 mil millones de USD (que representa una cuarta parte de los recursos de la Fed) hayan tenido su efecto positivo, el mercado lo definirá. Sin embargo, medidas como la decisión de prestar 30 mil millones de US$ a JPMorgan Chase para la adquisición del naufrago Bear Stearns o otro grifo de crédito abierto para los principales jugadores de este gran circo de la crisis no dejan de crear ciertas dudas acerca de la política de estas instituciones reguladoras y el futuro del sistema de regulación a medio y largo plazo.

Los autores del artículo analizan, por ejemplo, en la "injusticia" que cometió la Fed en su reciente intervención al autorizar a los bancos de inversión (que operan en el mercado de capitales) a beneficiarse de la última inyección de crédito sin estar obligados al mismo nivel de control que los bancos comerciales. Recordemos que tras la Gran Depresión del 1929 las medidas adaptadas en EEUU separaban a los bancos comerciales cuya actividad se limitaba al negocio puramente bancario de los bancos de inversión (aunque estas restricciones dejaron de tener efecto a finales de los 80). A cambio de someterse a mayor regulación y aceptar la obligación a depositar un mayor nivel de reservas en la Fed, los bancos comerciales obtenían la posibilidad de aprovecharse de la liquidez de la Fed a través de la ventanilla de crédito en épocas malas. Sin embargo, fueron precisamente los bancos de inversión quienes rápidamente se aprovecharon la polémica decisión.

No sé si la estrategia de favorecer a unos jugadores del mercado frente a otros sea la más adecuada. Las dudas se hacen aun más grandes si pensamos que los bancos de inversión (junto a las calificadoras y los inversópatas) son probablemente los principales culpables de la mayor crisis financiera de los últimos años. Quizás esta sea la razón por la que una gran parte de la sociedad norteamericana empieza a preguntarse sobre el buen funcionamiento del actual sistema de control.

Es evidente que la situación (y la posición) obliga a la Fed y a otros organismos reguladores a actuar intentando arreglar el panorama con sus intervenciones. Pero aparte de ser poco justas, ¿no sería mejor que la naturaleza de los mercados y los scavengers hagan su trabajo acercándonos a un escenario más limpio y saludable?

Dejemos a los legisladores estadounidenses elaborando nuevas propuestas y a nuestros lectores opinando sobre el funcionamiento del sistema. Lo que está claro es que en épocas de crisis cualquier cosa vale mientras sigas manteniéndote a flote.

Sálvese quien pueda.

miércoles, 26 de marzo de 2008

Kaizen. El control de calidad de nuestras inversiones.

Hace casi un año os introducíamos el concepto de resiliencia aplicado a los inversores: El Inversor Resiliente. Dejando de lado los ingresos procedentes del trabajo que enmascaran nuestra percepción del éxito/fracaso en nuestras inversiones financieras, quiero hacer hincapié en la virtud de la resiliencia de nuestra vida inversora en sí misma.

Nuestra capacidad de inversión es obviamente limitada en cantidad, pero también lo es en el tiempo, y a eso lo llamamos nuestra vida inversora. Difícilmente podemos invertir antes de los 20 y más allá de los 80, y por supuesto la naturaleza humana nos obliga a hacerlo de forma distinta según nos hallemos en una u otra etapa de esta vida inversora. Pero como ya os dijimos en Benchmark Personal y PGR a colación del artículo de JMDV con el mismo nombre, hay casi infinitas variables que debemos coordinar a lo largo de este ciclo inversor sin olvidar nuestros objetivos vitales.

Pero hay otro concepto muy interesante que podemos y debemos aplicar en nuestra trayectoria vital de inversión y que nos ayudará a mejorar nuestra proporción de éxitos a lo largo de los años. No sólo debemos aprender de nuestros errores para convertir nuestras pérdidas en inversiones, sino que incluso cuando los resultados son aceptables o exitosos debemos buscar constantemente la perfección. A esta búsqueda de la constante mejora en los patrones de actuación en nuestras inversiones la podemos llamar de muchas maneras: Efecto Cluster, Kaizen (Toyota) o conceptos más filosóficos como la búsqueda del camino o Do del budismo zen. En cualquier caso, este constante intento de mejorar nuestros análisis y decisiones que afectan a nuestro patrimonio a lo largo de nuestra vida, nos mantendrá alejados de los peligros mayores como la euforia, el pánico o la falta de humildad en los mercados e inversiones en general.

Podéis encontrar más información de la aplicación del Kaizen empresarial en la mejor web para conocer los contrastes, la tecnología y la modernidad japonesa: Kirai, un geek en Japón. También encontraréis referencias a la economía pre y post estallido de la burbuja japonesa aquí y aquí. Desde aquí le mando un saludo a nuestro amigo/geek Héctor al que tuve el placer de visitar en su querido Tokyo hace unos días.

El PGR debe revisarse y adaptarse constantemente. Al menos una vez al año deberíamos actualizarlo a la vez que aplicamos a nuestras decisiones patrimoniales algo parecido al clásico Shewhart cycle (Plan, Do, Check/Study, Act). Una especie de control de calidad constante y perpetuo que nos evitará decisiones costosas para nuestros activos a lo largo de las décadas.

Ni que decir tiene que todo ello lo debemos adaptar al ciclo económico en que nos encontremos. Pero atención, si entramos en una fase de recesión, deberemos adaptar nuestros protocolos, estrategias y decisiones a un escenario muy distinto al que ninguno de nosotros haya vivido anteriormente. La Great Depression de los años treinta queda demasiado lejos en el tiempo, y además la globalización actual provoca que la naturaleza y evolución de una recesión hoy en día nada tenga que ver con la que vivieron nuestros abuelos. No obstante dicha globalización también podría favorecer el efecto conocido en economía como Ave Fénix, es decir el resurgir de sus cenizas como hizo y hace Argentina después de su famoso corralito, o Japón como podemos ver en este documental titulado precisamente Japón: Ave Fénix (os recomiendo al menos la 1ª parte). En cualquier caso el Kaizen nos ayudará a preservar e incrementar nuestro patrimonio durante nuestra vida inversora.

lunes, 24 de marzo de 2008

Standard & Poor's. ¿Dónde está la bolita?

El pasado Viernes Santo 21 de marzo, festivo y por tanto sin actividad en los mercados americanos y europeos, llega la noticia de Standard & Poor's: Apunte de posible rebaja en la calificación de Morgan Stanley, mantenimiento del outlook negativo a Merrill Lynch y rebaja de estable a negativo del outlook de Goldman Sachs y Lehman Brothers... Impresionante.

Deberían avergonzarse de rebajar las calificaciones de riesgo de los bancos de inversión americanos cuando es una obviedad y el clamor popular ya lo ha sufrido días, semanas o incluso meses antes. Sus downgrades a toro pasado dejan en evidencia su incompetencia o mala fe cuando omitieron advertir al mercado del incremento real del riesgo. No olvidemos que ese es precisamente su oficio, son profesionales de la calificación del riesgo de las empresas, especialmente de los bancos de inversión. La realidad del mercado es tan cruda que sus esperanzas de que sin recalificaciones políticamente incorrectas, las cosas volvieran a su cauce, se han desvanecido. No han tenido más remedio que quedar en evidencia tarde y mal. Pero su apuesta era clara, cruzaron los dedos para que su complicidad en la incipiente crisis se resolviera en unos meses con una falsa alarma y que las aguas volvieran a su cauce. No sólo su coste "político" habría sido cero, sino que además pueden haber sido cómplices del cohecho mayor y más grave yo diría que de la historia moderna. Y ese presunto cohecho habría tenido lugar tanto si las aguas hubieran vuelto a su cauce como si por el contrario la cruda realidad les deja en evidencia como ha sucedido realmente.

Todos conocemos las artimañas que realizan los trileros para engañar y estafar a incautos y turistas en sus improvisadas mesas de juego callejeras. De vez en cuando permiten que el gancho camuflado entre el público acierte en el juego y se cobre pretendidamente sustanciosos beneficios. Y eso anima al incauto a apostar porque le da confianza en el sistema de juego y cobro de apuestas. Sin embargo estas recalificaciones indecentes a toro pasado de S&P ni siquiera llegan a la categoría de pantomima para dar credibilidad a sus calificaciones, puesto que son los últimos en aceptar públicamente el aumento de riesgo en los bancos de inversión americanos. Han movido ficha por vergonzosa obligación, ni siquiera por decoro profesional.
"Standard & Poor's is the world's foremost provider of independent credit ratings, indices, risk evaluation, investment research and data. We supply investors with the independent benchmarks they need to feel more confident about their investment and finandial decisions."

Standard & Poor's.
No obstante, las calificadoras de riesgo no han sido las únicas responsables de la actual crisis de crédito como ya comentamos allá por el mes de agosto del 2007 en El Síndrome Ponzi y la actual crisis, pero sin duda sí son unas de las principales protagonistas de este drama. Y estos burdos movimientos trileros a toro pasado no hacen más que dejarlos en despreciable evidencia.

Pero es que además del falso control del riesgo ejercido por estas calificadoras, también entidades de la talla de Société Générale o Credit Suisse se sacan de la manga corruptos y/o incompetentes empleados que realizan operaciones opacas o valoran erróneamente activos bancarios, respectivamente. En este último caso de CS, dicha "valoración incorrecta" les ha obligado a revisar sus resultados del último trimestre e incluso a modificar el ejercicio cerrado ya del 2007 y por supuesto lo que llevamos del presente 2008. El mercado financiero me recuerda cada vez más al camarote de los Hermanos Marx: Más madera, es la guerra...y también dos huevos duros, aunque de la visión de Groucho del crack del 29 ya trataremos en un próximo artículo.

Pero no todo es desvanecimiento del suelo bajo nuestros pies: Las escaramuzas entre carroñeros para alimentarse de los restos del cadáver de Bear Stearns (os recomiendo leer las FAQs para shareholders de su web, no tienen desperdicio) son el mejor indicador de la luz al final del túnel. La rabieta de Joseph Lewis a quien le han soplado 1.200 millones de $ perdiendo 98 $ por acción, y los movimientos de Deutsche Bank para pujar por Bear son los mejores garantes de la solvencia del sistema. Mucho más que los profesionales de la calificación de riesgos que merecerían un escarmiento ejemplar.

Habrá que empezar a buscar otros indicadores de riesgos, porque las brújulas de las clásicas calificadoras han perdido el norte y la vergüenza. ¿Dónde está la bolita? Ni lo saben, y lo que es peor, ni les importa.

miércoles, 19 de marzo de 2008

Guía práctica para sobrevivir en recesión. Sayonara, baby.

Siguiendo con el escenario deflaccionista como hipótesis más probable en los próximos años, vamos a ver cómo se ha desenvuelto en las últimas dos décadas una economía en recesión como la japonesa.

Lo primero que puede chocar con nuestra mentalidad occidental burbujista es que la RV puede no subir durante más de dos o tres años. Esta obviedad no es tal si nos paramos a pensar en ello detenidamente. Desde nuestra perspectiva europea reciente, bastan cinco, tres o incluso hasta un sólo año malo para recargar pilas y emprender otro rally alcista en nuestras bolsas. Incluso el Dow Jones nos ha acostumbrado a estos timings cíclicos desde el año 82, aunque no obstante debemos recordar que en el 1965 estaba entorno a los 1000 puntos, exactamente igual que en 1982. Pero en deflacción o recesión el periodo de apatía bursátil puede ser tan largo que debamos dejar de pensar en la bolsa como instrumento de inversión a corto y medio plazo. Al menos en las bolsas domésticas o dentro del alcance de dicha recesión si no se globaliza.

Para ejemplo aquí tenéis el mismísimo Nikkei con su aleccionador gráfico desde el año 1990 hasta nuestros días. O sea 18 añitos en los que ha perdido un 70% de su valor. Toda una vida inversora. Una exasperante mayoría de edad recesionaria que nadie sabe cuando va a acabar.

Pues bien, lo sucedido en la bolsa japonesa no es más que un reflejo de lo sucedido en la economía del país. Pisos, materias primas, sueldos y hasta una simple Coca Cola también han sufrido o gozado de esta apatía o bajada paulatina. Todo era más caro hace 5, 10 o 15 años. Inconcebible para la mayoría de nosotros, ¿verdad? Muchos de vosotros recordaréis que Japón era un país caro, con el tópico del café o el refresco a casi 1000 pesetas en pleno centro deTokyo allá por los lejanos años ochenta, cuando en España aún refrendábamos el ingreso en la OTAN . Hoy dicha consumición valdría incluso algo menos, entre 700 y 900 yenes. Pero es que una Coca Cola o una cerveza en la mejor terraza de Madrid o Barcelona también ronda los 4, 5 o 6 euros. Más ejemplos: Hoy en día en cualquier máquina de vending nipona una Coca Cola de medio litro vale 120 yenes o sea 75 céntimos de euro; y un menú tipo en cualquier restaurante de Japón cuesta 6 euros bebida incluida. Incluso todavía se pueden ver tiendas de todo a 100, yenes por supuesto, es decir todo a 60 céntimos de euro o lo que es lo mismo todo a un dólar americano. Obviamente la comparación con los precios españoles o europeos es odiosa y si lo comparamos con los precios de Gran Bretaña y su libra, todavía más.

Aunque este escenario japonés de los últimos 18 años pueda parecer paradisiaco, la deflacción y recesión puede generar gravísimos problemas macroeconómicos como ya explicó mi colega GFO en Inflacionar o morir. Entonces, ¿por qué Japón ha sabido convivir dignamente con esta temible deflacción/recesión que ya ha cumplido la mayoría de edad? ¿Cómo podemos afrontar en occidente un hipotético escenario similar? La respuesta es que Japón dista mucho de la idiosincrasia, educación y costumbres occidentales. Para convivir durante un periodo tan largo con ladeflacción y mantener la salud de la economía nipona, hay que tener una alta productividad unida a una baja divisa que le permita exportar cómodamente. No obstante,paradójicamente la población japonesa es bastante ahorradora (reacción lógica ante una crisis) a pesar de que sus bancos no remuneren dichos ahorros en yenes y sí en otras divisas. Y este hecho no facilita en absoluto la reactivación del consumo interno que necesita la economía para crecer.

Si comparamos estas premisas con las que podemos encontrar en España o Europa, el panorama es desolador. La productividad es muchísimo más baja y el euro está por las nubes. Con este escenario, la capacidad para afrontar una deflacción occidental sostenida en el tiempo da que pensar. El escenario negativo de reacción en cadena que define mi colega GFO efectivamente sería demoledor, pero debemos tener en mente la realidad japonesa después de 18 años de recesión. La deflacción en Japón no refleja una situación dantesca en absoluto. Es más, el día a día para el ciudadano medio es mucho más razonable que los excesos surreales sufridos a finales de los años 80. Lógicamente no estamos diciendo que sea una economía sana ni ejemplar, las dificultades del país y sus empresas son muchas. Pero sin duda nos parece un ejemplo de cómo afrontar y sobrevivir a una deflacción que perdura en el tiempo. Japón sigue perteneciendo al G7 (G8 con Rusia) después de casi dos décadas de sufrir el potencial efecto dominó que podría haber dañado irreversiblemente la linea de flotación de su economía (tasa de empleo, productividad, empresas, banca, etc.).

Por tanto podríamos decir que un escenario deflaccionario o de recesión occidental puede poner las cosas en un lugar más razonable después de lujuriosos excesos, pero deberíamos mirarnos en el espejo japonés si queremos evitar algunos de los terribles efectos que la recesión conlleva. Y eso, queridos amigos, pareceantropológicamente muy difícil para nosotros los mediterráneos y latinos en general.

Por lo pronto, quizás deberíamos empezar a barajar la idea de que colocar nuestro dinero en RV puede ser una buena inversión sólo a largo plazo. Y cuando hablamos de largo plazo en un escenario de recesión, los términos se pueden alargar mucho más allá de lo que estamos acostumbrados. No estaría mal empezar a pensar como inversionistas a corto y medio algo más en mercados emergentes que se encuentran lejos del escenario deflaccionista. O quizás empezar a pensar en que nuestra progresión patrimonial debe apoyarse un poco menos en especulación bursátil improductiva y más en ingresos corporativos o laborales ligados directamente a la productividad. Sé que esto puede sonar a chino para muchos acomodados en ganar dinero fácil en bolsa, pero en realidad es japonés.

Aunque el panorama es previsiblemente largo, no obstante tampoco debemos menospreciar la capacidad de la todavía primera economía mundial (USA) para salir de la recesión. Quizás los norteamericanos sean capaces, con todos sus problemas económicos e hipotecarios, de superar ladeflacción que parece cernirse sobre ellos (y nosotros) mucho antes que Japón. Por el momento, a diferencia de Europa, los EE.UU . parece que están haciendo sus deberes: Divisa a niveles que faciliten la exportación, una productividad superior a la europea (ver gráfico siguiente) y una despresurización de la cabina que está obligando a la FED a bajar los tipos del $ a niveles donde los hipotecados y sus bancos puedan respirar por sí sólos y soltar las máscaras de oxígeno que se han descolgado súbitamente de sus techos (intervenciones de bancos centrales y ayudas de la administraciónBush).

A los europeos parece que nos toca ejercer el papel de cuidadores sacrificados de nuestro paciente americano, aunque quizás sólo ejerzamos el papel de pardillos incompetentes. Da igual, lo importante es que los USA superen el negro escenario lo antes posible y tiren de nuestro viejo continente. Mientras tanto deberíamos fijarnos en el único ejemplo dedeflacción/recesión que tenemos en nuestra economía moderna y aprender cómo los japoneses capean y soportan sus efectos.

Debemos concienciarnos de que nadie ha dicho que esto va a ser corto y pasajero. Después de este terremoto nada será igual en la economía occidental. Quizás sea un largo y duro camino pero probablemente a pesar de quedar muchas estructuras dañadas evitaremos el derrumbe, al menos de la gran mayoría del Sistema.

Sayonara, baby.

jueves, 13 de marzo de 2008

Inflación Vs. deflación. ¿Quién ganará?

Aquellos que hayan leído uno de nuestros últimos posts, “inflacionar o morir”, habrán percibido mi aversión a la deflación por ser destructora de la economía. Pues bien, haciendo un análisis mas profundo de la situación actual de la inflación, dos mercados anticipan actualmente dos escenarios económicos opuestos :


Las materias primas, particularmente el petróleo, el oro y las materias primas agrícolas anticipan una aceleración de la inflación, mientras que el mercado de las obligaciones, con unas tasas históricamente bajas (ver gráfico), anticipan contrariamente una desaceleración de la inflación y serias amenazas deflacionistas. Uno de los dos escenarios va, lógicamente, a ser falso, falta saber cual de los dos.

Para comprender mejor lo que está pasando, hay que observar las relaciones económicas entre países desarrollados (Norte América/Europa/Japón) y países emergentes (China e India en particular)

Los brotes inflacionistas observados en 2006-2007 (que empiezan a ser preocupantes en E.E.U.U. con una inflación de mas del 4%) no han tenido nada que ver con ninguna acción relacionada con la creación anárquica de moneda por parte de los bancos centrales o gobiernos.
Casi al contrario, la masa monetaria o M1, está prácticamente estable y es el mejor indicador para este tipo de acciones, por lo tanto la inflación no puede venir de este lado tal y como algunos comentaristas indicaron en el anteriormente mencionado post.

Para buscar la causa del alza de las materias primas y consiguiente inflación hemos de desplazarnos a los países emergentes:

China es responsable hoy en día de una parte bastante reducida del PIB mundial (un poco menos del 6%) y la India aún menos (poco mas del 2%).

Pero en cambio China e India son ya hoy en día las “fabricas del mundo” y ejercen una influencia muy notable en el mercado de materias primas , China es el mayor emisor mundial de CO2, 2º consumidor mundial de petróleo, 1er consumidor mundial de numerosos metales de base y 1er productor y consumidor mundial de cereales.

Si a la cifras mencionadas le sumamos las de India, podemos deducir que es el tirón de los países emergentes quién ha marcado el precio de las materias primas y quien ha provocado las tendencias inflacionistas de 2006-2007.

2007 se ha caracterizado por un desacoplamiento total entre sobretodo los E.E.U.U. y China : Fuerte ralentización económica (con amenazas de recesión) en los E.E.U.U. y fuerte crecimiento (Inflación interanual en febrero del 8,7%) en China.

La causa de que haya dos escenarios opuestos, es pues debida a este desacoplamiento y cuando cualquiera de los dos escenarios anteriormente mencionados se produzca, este desacoplamiento deberá cesar.

Si se cumple el primer escenario, los países desarrollados (E.E.U.U./Europa/Japón) se contagiarán del fuerte crecimiento de los países emergentes (China/India) y el escenario inflacionista ganará (a fecha de hoy pocos indicadores económicos apuntan en esta dirección).

Este contagio vendría por los antecedentes y consecuencias detallados a continuación :

1.- Freno en la demanda de bienes inmuebles en los E.E.U.U. + crecimiento de la morosidad en las hipotecas (Iniciado en 2007)

2.- Caída de los precios inmobiliarios, crisis del mercado hipotecario y del sector financiero (mediados del 2007, 2008)

3.- Disminución del consumo, del crecimiento del crédito y ligera recesión (Inicio del 2008)

4.- Mejora de recesión americana estimulada por las maniobras de la FED (bajada de tipos, inyecciones de liquidez al sistema financiero) y del gobierno Bush. (Aún por llegar)

5.- Disminución de la morosidad en las hipotecas y alza del mercado inmobiliario por las compras provenientes de los países emergentes (aún por llegar)

6.- Alza de la producción industrial de los E.E.U.U. (motivada por los bajos tipos de interés y por el aumento de las exportaciones a causa de la debilidad del Dólar) y recuperación de la confianza y del consumo.

Aunque sea economía-ficción, es ser bastante optimista y parece poco probable.


Para que se produzca el segundo escenario, son los países emergentes los que se deberían contagiar, al menos parcialmente, de la crisis de los países desarrollados.

Este contagio vendría por los antecedentes y consecuencias detallados a continuación :

1.- Freno en la demanda de bienes inmuebles en los E.E.U.U. + crecimiento de la morosidad en las hipotecas (Iniciado en 2007)

2.- Caída de los precios inmobiliarios, crisis del mercado hipotecario y del sector financiero (mediados del 2007, 2008)

3.- Disminución del consumo, del crecimiento del crédito y ligera recesión (Inicio del 2008)

4.- Empeoramiento de la recesión americana y posterior extensión hacia Europa, fuerte caída del consumo y contracción del crédito (aún por llegar)

5.- Caída de las importaciones provenientes de los países emergentes (aún por llegar)

6.- Bajada de la producción industrial de los países emergentes (la exportaciones en China representan el 40% de su P.I.B) y bajada de la demanda de materias primas por parte de los mercados emergentes. (aún por llegar)

El paso de una etapa a otra no es instantáneo, lo cual explica que en en momento actual la materias primas aguanten bien (y con ellas la inflación) mientras que los E.E.U.U. empiezan a entrar en recesión.

En estos gráficos del 2007, podemos observar un crecimiento de las exportaciones chinas del 20% anual, sin ningún síntoma de ralentización.






















El primer síntoma de contagio de China solo data de febrero 2008. Este artículo muestra una contracción de un tercio del excedente comercial chino a causa de una ralentización del crecimiento de las exportaciones hacia E.E.U.U.

Este síntoma es de momento aún muy modesto y ha de ser confirmado. Pero si el contagio se confirma puede ser que veamos como este pequeño brote inflacionista de paso a una recesión/deflación.

Y serían los indicadores del mercado de las obligaciones los que tendrían razón.

Ante la duda, la liquidez y la RF Soberana o Corporate Investment Grade pueden ser grandes aliados.

lunes, 10 de marzo de 2008

Haber pedido muerte... Monopoly y SFW.

El país occidental más desarrollado económicamente, es decir los EE.UU., se encuentra muy incómodo y desorientado en nuestros días por al actual situación financiera mundial. El principal garante del sistema capitalista y de la economía de mercado, ha aleccionado durante muchas décadas al resto de países menos desarrollados en los temas monetarios. La cruda realidad de nuestro sistema financiero es que el bienestar de un país pasa por el poder sufragar los costes de los servicios propios de un estado avanzado. Desde mediados del siglo XX, si un país pobre, o digamos no rico, no disponía de cifras macroeconómicas suficientes para hacer frente a la deuda internacional, los escasos servicios internos estatales, las facturas de la importación de energía o bienes de los que dicho país carecía, los países desarrollados de occidente, en especial su líder norteamericano, les respondían con un despiadado "Haber pedido muerte...". Poderoso caballero don dinero, sin él cualquier país y población quedaban condenados a la miseria.

Probablemente nuestro sistema capitalista sea injusto, despiadado, pero sus reglas de juego son estrictas. Tan estrictas que sólo se admiten condonaciones parciales (a veces simbólicas) de deudas internacionales de los países que perdieron hace años la capacidad técnica de ni siquiera de hacer frente a los intereses compuestos de sus deudas soberanas. Condonaciones o ajustes técnicos para evitar alcanzar cifras absurdas, pero que en ningún caso suponen verdadero oxígeno para los afectados.

Lamentablemente nuestro sistema funciona así y sería muy peligroso permitir excepciones que se convertirían rápidamente en norma. Para que el sistema capitalista y de mercado funcione globalmente y sobreviva, debe ser estrictamente observado por todos los países. Sólo así se garantiza su funcionamiento. Lamentablemente para el Estado que no pueda sufragar los costes del petróleo por encima de los 100 $ y cuyas empresas y población sufran el empobrecimiento a causa de la falta de recursos, esas son las malditas reglas. Y ésta la maldita frase que oyen repetidamente los más desgraciados: Haber pedido muerte...

Llevamos muchas décadas en este escenario que, a pesar de ser injusto y en absoluto idílico, también es capaz de crear mucha riqueza y progreso. Evidentemente esta creación de riqueza a menudo no es equitativa ni repartida convenientemente, pero no cabe duda de que buena parte de occidente se ha beneficiado de este sistema. Y no olvidemos de que cuando decimos buena parte de occidente, estamos refiriéndonos a muchos millones de personas que viven en Estados cuyo bienestar respecto a su historia reciente se ha multiplicado muchísimo. Los habitantes de este planeta no hemos sabido crear un sistema mejor y esto es lo que hay.

Pero en los últimos tiempos, yo diría meses, asistimos a un fenómeno sorprendente. Una situación para la que probablemente occidente no se ha preparado jamás, especialmente los EE.UU. quienes han sido desde hace más de medio siglo los líderes y locomotoras de este sistema de mercado capitalista en el que todos nos hallamos. Ante la imposición del "american way of living" a través del yugo que supone la dependencia del dinero, sorprendentemente algunos países con formas de entender la vida radicalmente distintas a la occidental, se han adaptado a estas reglas de juego perfectamente. Hasta el punto de que han conseguido no sólo aprender a jugar al Monopoly impuesto por occidente con dinero de verdad, sino dominar la partida de tal manera que la banca (EE.UU) se ve acechada por peligros jamás intuidos. ¿Quién habría imaginado jamás que algunos de los pobres a los que durante décadas se les castigaba con la machacona frase "Haber pedido muerte...", algún día serían ricos?. Es más, ¿quién habría imaginado que además éstos nuevos ricos serían los enemigos estratégicos tradicionales de los EE.UU.?

Son tan ricos que en momentos de vacas flacas de la banca y muchas grandes empresas norteamericanas, el dinero ganado siguiendo estrictamente las reglas del Monopoly impuesto desde occidente, puede comprar enormes cantidades de participaciones en empresas claves del escenario yankee.

Este fenómeno de avalancha de compras de países terceros sobre activos norteamericanos no es nuevo. Ya en los años 80, las fortunas japonesas desembarcaron en Wall st. y se hicieron con numerosos y simbólicos edificios y empresas norteamericanas. Pero ahora estamos ante un escenario muy distinto. Los compradores no son disciplinados empresarios japoneses sino peligrosísimos Estados como China, Rusia y diversos países árabes de oriente medio.

Estados que están desembarcando masivamente en forma de fondos de inversión soberana o Sovereign Wealth Fund (SWF). Es decir, no son inofensivos capitales empresariales sino fondos de riqueza potentísimos que obedecen a intereses no sólo económicos sino también políticos. Además el momento crítico y la debilidad de los bancos y empresas estratégicas norteamericanas les hacen especialmente vulnerables a estas compras. Las participaciones adquiridas y las potencialmente adquiribles por estos SWF son tan grandes que pueden interferir decisivamente en consejos de administración, y por lo tanto en la vulnerabilidad estratégica nacional. No olvidemos que estamos hablando de una global macro-partida de Monopoly donde los amos del dinero son, cada día más, chinos, rusos y árabes.

Los EE.UU. se alarman porque sus empresas son presas de enormes masas de capital que se están vendiendo al mejor postor. No sólo su orgullo está herido, es que además estratégicamente puede ser un desastre para los intereses del gobierno norteamericano a medio y largo plazo. Su tradicional posición de fuerza económica sobre el resto del mundo se ha desvanecido por su propia debilidad actual, pero sobre todo por el auge de ingentes fortunas en manos de rusos, chinos y árabes, con sus respectivos y hostiles Estados al frente de dichas inversiones.

La buena noticia es que algunos europeos ricos también pueden aprovecharse de esta debilidad estadounidense. Con un euro a más de dólar y medio, definitivamente los EE.UU. están de rebajas para todos los que formamos parte de este Monopoly, al menos por ahora. La partida impuesta al mundo por nosotros mismos es así amigos y enemigos de occidente. Haber pedido muerte...

miércoles, 5 de marzo de 2008

INFLACIONAR O MORIR


No hace muchos días un cliente me planteó una pregunta: “Si los precios de las acciones suben y bajan cíclicamente, porque los precios de los bienes de consumo, o lo que es lo mismo, la inflación sube continuamente y nunca entra en ciclos bajistas como lo hacen las acciones?”

Primero, tendríamos que comprender bien lo que es la inflación.
Es la creación de nuevos billetes de banco puestos en circulación, como consecuencia del endeudamiento de los gobiernos, de las sociedades y de los hogares. Este flujo enorme de moneda suplementaria busca sin parar un lugar adecuado para ser colocado.

Es como si se tratara de una enorme ola de agua que busca un pozo muy profundo en el cual meterse. Si todo el agua va al mismo pozo, el nivel de agua sube regularmente en ese lugar (Alza de los precios en ese sector). Si el pozo recibe demasiada agua, el pozo explota y la ola se retira (Bajada de precios en ese sector) para ir a buscar otro pozo mas grande y mas sólido.

Esta imagen refleja adecuadamente lo que ocurrió en los años 70, cuando la economía no iba demasiado bien. Los capitales salieron del mercado de las acciones para ir a refugiarse en las materias primas y los metales preciosos.
Los que no siguieron el movimiento de la ola, perdieron dinero, ya que el nivel de agua en el “pozo” de las acciones tradicionales bajó, y aquellos que guardaron algunas vieron como el precio de las mismas bajaba durante un periodo de 10 años.

Paralelamente, el agua hizo subir el nivel del “pozo” de las materias primas y los metales preciosos. Cuanto más estrecho es el pozo, más rápidamente sube el nivel de agua. El pozo de las acciones y obligaciones es muy amplio y puede acoger mucha agua (capitales), en cambio el de los metales preciosos es mucho mas estrecho.
El precio del oro se multiplicó por 20 en sólo 10 años.

En la década de los 80 el pozo de las materias primas y de los metales preciosos reventó y el agua se fue al mercado de acciones nipón. Aquellos que compraron acciones de empresas japonesas en 1980 y que las revendieron en 1990 amasaron una pequeña fortuna!!.
Posteriormente el agua salió del mercado japonés, y esta fuga podría durar aún unos años mas.

Se formó en Japón lo que se conoce como una burbuja: el agua no sabía donde meterse, la gente se precipitaba a comprar empresas y activos inmobiliarios en Japón, y los pozos en lugar de reventar se hincharon desmesuradamente. Los precios de los activos inmobiliarios alcanzaron niveles alucinantes en 1990. Llegó el crash bursátil, y la burbuja (llena de agua) reventó y el agua buscó un nuevo pozo dónde alojarse.

Y el nuevo pozo que encontró el agua desbordada en la década de los 90 fueron las acciones de las sociedades tecnológicas, internet y telefonía. Los precios subieron tanto que de nuevo se formó una burbuja en el año 2000.

Durante este periodo los productores de oro y de materias primas sufrían terriblemente con los bajos precios porqué el agua que quedaba en esos pozos salía atraída por la irresistible burbuja de las acciones tecnológicas, internet y telefonía. La burbuja a su vez explotó y el agua desbordó de nuevo.

La inflación no hacía subir todos los precios al mismo tiempo. Había siempre un sector que sacaba partido del flujo de la moneda a expensas de otro.

Hoy los gobiernos han creado tal cantidad de moneda, que todos los sectores se hallan anegados de agua (El caudal de agua (= cantidad de moneda) en circulación, aumenta anualmente una media del 7,8% desde 1950).

Hay bienes caros que en el futuro van a ser mas baratos, y otros que van a ser aún mas caros.

Algunos economistas creen que la deuda será devuelta algún día y que por lo tanto la cantidad de moneda en circulación disminuirá creando una deflación.

Desde que la moneda ya no está cubierta por el oro, creo que eso no tiene muchas posibilidades de ocurrir, ya que los gobiernos tienen tal deuda que su única salida es inflacionar continuadamente.

Aún cuando haya que pagar altos intereses sobre la deuda, la inflación permite aligerar su peso a expensas de los prestadores (aquellos que prestan el dinero, normalmente los ahorradores) dado que los tipos de interés son casi siempre mas bajos que las tasas de inflación, y los ajustes de los bancos centrales en materia de tipos de interés llegan siempre después de conocerse los datos sobre la inflación.

El actual modelo económico favorece al que se endeuda en detrimento del ahorrador. La economía es pues estimulada constantemente destruyendo el valor de la moneda. El objetivo de los gobiernos es mantener indefinidamente una inflación controlada y evitar encarecidamente que la economía entre en deflación.

El motivo es porqué aún cuando puede parecer que un periodo de deflación sería conveniente para la gran mayoría de hogares puesto que todo sería mas barato, en realidad la deflación es la gran destructora de la economía.

Entendemos por deflación la bajada continuada y generalizada de los precios de energías, bienes de consumo, materias primas etc.

Si sabemos que todo va a ser mas barato el año que viene, ¿porque vamos a comprar este año?

Como consecuencia de esta cuestión tan evidente, el consumo bajará inevitablemente y afectará directamente a la economía de las empresas y al mercado de valores que se basa en expectativas.

Como las empresas facturaran menos y obtendrán menores resultados tendrán que reajustar sus plantillas con lo cual el paro aumentará, si el paro aumenta como pagaran los hogares sus deudas y hipotecas?

A partir de este momento podría empezar una reacción en cadena, un dominó que podría hacer entrar todo el sistema económico en una crisis como las que ya no se ven desde los años treinta.

Dado que los hogares actuales ya no ahorran, no existirá ese rinconcito al que recurrir cuando no haya entradas, con lo cual muchos hogares van a encontrarse en quiebra, que llevarían a la quiebra a las empresas e incluso a bancos. Si el sistema bancario se resquebraja, podría llegar una crisis monetaria y arruinar el precio del dinero.

Por este motivo los gobiernos quieren una inflación controlada pero continuada y se hallan ante la disyuntiva de inflacionar o morir.

No veis con otros ojos los datos del I.P.C?