Ante los discursos y discusiones en las que casi todo el mundo se ve capaz de meter baza, incluso políticos pseudo-financieros, creo que será saludable compartir con todos vosotros un ejercicio de humildad y realismo ante la situación financiera futura.
Reconocer que, en el sistema conocido, el reequilibrio de la fórmula cuantitativa: mv=pq (os recomiendo leer antes este artículo a los que no lo hicieron) puede venir por distintas vías es algo racional y honesto. También lo es aceptar que la creación de dinero en circulación y aumento de M1 puede ser insuficiente para dicho reequilibrio, pero que también puede ser excesivo. Y la incertidumbre aún es mayor si reconocemos que se están aplicando a la fórmula medidas políticas, financieras y monetarias jamás vistas, y por lo tanto de consecuencias previsiblemente imprevisibles. E incluso también deberíamos tener en cuenta que los cambios sistémicos que venimos realizando, la mayoría de ellos sin más opción o ni siquiera sin una conciencia clara de lo que va aconteciendo ni de su trascendencia, pueden suponer el dejar atrás modelos como el esencial y matemático mv=pq. ¿En favor de qué? Dios y/o la Humanidad dirá.
Los rescates masivos, el apalancamiento absurdo y letal del que venimos (y en el que aún estamos y estaremos durante mucho tiempo) y la crisis global galopante, hacen que la única posible salida realista a corto plazo ante el colapso sistémico sea el aumento de m, y que a la vez se crucen los dedos para que se recupere v a base de una confianza basada en nuestra memoria de pez.
Pero aún así, la duda que corroe todos los discursos y discusiones financiero-intelectuales en la actualidad, es si dichos movimientos van a hacer que p siga en deflación o por el contrario veamos en pocos años una hiperinflación casi apocalíptica. De hecho muchos ya descuentan este aumento de precios inminente y dan por hecho que la deflación tiene los días contados. Paradójicamente, quizá la q sea la variable que menos capacidad de manipular tenga el ser humano por parte de sus dirigentes, aunque dependa absolutamente de nosotros a nivel colectivo.
Si a pesar de la crisis los decrecimientos macroeconómicos se estabilizan, y además la velocidad de circulación se mantiene, obviamente un incremento de masa monetaria crearía inflación. Pero el mismo incremento de masa monetaria podría seguir en un entorno deflacionario si productividad y velocidad de circulación de riqueza siguen en precario. ¿Por qué podrían seguir en precario? Pues por una profundización de una crisis que dinamita la confianza y retrae el consumo, a la vez que castiga cruelmente los PIBs. No olvidemos que la tabla de salvación del crecimiento económico mundial, los países emergentes, sufre también graves problemas. Por ejemplo, el crecimiento de China en el último trimestre del 6,1% está exagerado por una deflación calculada en un 2,3%, lo cual deja el crecimiento real en un moderado 3,8%. Y no olvidemos tampoco la obviedad de que el aumento de m puede darse en mayor o menor medida, y que la mesura con la que cuantificar la abundancia o escasez en la creación de dinero en circulación, no tiene referente alguno. Asegurar una inminente hiperinflación es tan imprudente como asegurar que en un bosque incendiado, la actuación inminente de los bomberos (aumento de m) no sólo apague el fuego sino que vaya a producir graves inundaciones en el entorno (aumento de p). Sin saber la cantidad de agua que van a utilizar, sin tener en cuenta ni la sequedad, ni el viento, ni la lluvia que pueda caer, etc. Es decir ni el resto de variables de la fórmula ni los complejísimos imponderables globales que jugarán un papel determinante en la evolución de la economía global en el futuro.
Simplemente nos parece un escenario posible pero sin ninguna seguridad. Ante un escenario tan incierto y en un terreno tan desconocido en el que nos estamos abriendo paso hacia un nuevo Sistema, no debemos asegurar una próxima hiperinflación como consecuencia del aumento de M1, ya que las variables en descenso de mv=pq pueden compensar perfectamente un aumento de dinero en circulación que, por otra parte, nadie está en condiciones de cuantificar ni de situar en el tiempo.
Ni siquiera podemos estar seguros de que mv=pq vaya a ser la ecuación que rija un nuevo Sistema al que nos dirijimos sin ni tan siquiera ser conscientes de ello. Y no hay otro camino que abandonar un sistema que está quebrado, caminando hacia rumbo desconocido con unas alforjas repletas de teorías económicas expansionistas que quizá no nos sirvan allá a donde vamos. O sí, pero quizá con revisiones profundas.
Nuestro patrimonio puede sobrevivir y crecer perfectamente en deflación, y a la vez prepararnos ante una posible hiperinflación a corto plazo que quizá jamás lleguemos a ver. Deflación, inflación... sólo sé que no sé nada.
Reconocer que, en el sistema conocido, el reequilibrio de la fórmula cuantitativa: mv=pq (os recomiendo leer antes este artículo a los que no lo hicieron) puede venir por distintas vías es algo racional y honesto. También lo es aceptar que la creación de dinero en circulación y aumento de M1 puede ser insuficiente para dicho reequilibrio, pero que también puede ser excesivo. Y la incertidumbre aún es mayor si reconocemos que se están aplicando a la fórmula medidas políticas, financieras y monetarias jamás vistas, y por lo tanto de consecuencias previsiblemente imprevisibles. E incluso también deberíamos tener en cuenta que los cambios sistémicos que venimos realizando, la mayoría de ellos sin más opción o ni siquiera sin una conciencia clara de lo que va aconteciendo ni de su trascendencia, pueden suponer el dejar atrás modelos como el esencial y matemático mv=pq. ¿En favor de qué? Dios y/o la Humanidad dirá.
Los rescates masivos, el apalancamiento absurdo y letal del que venimos (y en el que aún estamos y estaremos durante mucho tiempo) y la crisis global galopante, hacen que la única posible salida realista a corto plazo ante el colapso sistémico sea el aumento de m, y que a la vez se crucen los dedos para que se recupere v a base de una confianza basada en nuestra memoria de pez.
Pero aún así, la duda que corroe todos los discursos y discusiones financiero-intelectuales en la actualidad, es si dichos movimientos van a hacer que p siga en deflación o por el contrario veamos en pocos años una hiperinflación casi apocalíptica. De hecho muchos ya descuentan este aumento de precios inminente y dan por hecho que la deflación tiene los días contados. Paradójicamente, quizá la q sea la variable que menos capacidad de manipular tenga el ser humano por parte de sus dirigentes, aunque dependa absolutamente de nosotros a nivel colectivo.
Si a pesar de la crisis los decrecimientos macroeconómicos se estabilizan, y además la velocidad de circulación se mantiene, obviamente un incremento de masa monetaria crearía inflación. Pero el mismo incremento de masa monetaria podría seguir en un entorno deflacionario si productividad y velocidad de circulación de riqueza siguen en precario. ¿Por qué podrían seguir en precario? Pues por una profundización de una crisis que dinamita la confianza y retrae el consumo, a la vez que castiga cruelmente los PIBs. No olvidemos que la tabla de salvación del crecimiento económico mundial, los países emergentes, sufre también graves problemas. Por ejemplo, el crecimiento de China en el último trimestre del 6,1% está exagerado por una deflación calculada en un 2,3%, lo cual deja el crecimiento real en un moderado 3,8%. Y no olvidemos tampoco la obviedad de que el aumento de m puede darse en mayor o menor medida, y que la mesura con la que cuantificar la abundancia o escasez en la creación de dinero en circulación, no tiene referente alguno. Asegurar una inminente hiperinflación es tan imprudente como asegurar que en un bosque incendiado, la actuación inminente de los bomberos (aumento de m) no sólo apague el fuego sino que vaya a producir graves inundaciones en el entorno (aumento de p). Sin saber la cantidad de agua que van a utilizar, sin tener en cuenta ni la sequedad, ni el viento, ni la lluvia que pueda caer, etc. Es decir ni el resto de variables de la fórmula ni los complejísimos imponderables globales que jugarán un papel determinante en la evolución de la economía global en el futuro.
Simplemente nos parece un escenario posible pero sin ninguna seguridad. Ante un escenario tan incierto y en un terreno tan desconocido en el que nos estamos abriendo paso hacia un nuevo Sistema, no debemos asegurar una próxima hiperinflación como consecuencia del aumento de M1, ya que las variables en descenso de mv=pq pueden compensar perfectamente un aumento de dinero en circulación que, por otra parte, nadie está en condiciones de cuantificar ni de situar en el tiempo.
Ni siquiera podemos estar seguros de que mv=pq vaya a ser la ecuación que rija un nuevo Sistema al que nos dirijimos sin ni tan siquiera ser conscientes de ello. Y no hay otro camino que abandonar un sistema que está quebrado, caminando hacia rumbo desconocido con unas alforjas repletas de teorías económicas expansionistas que quizá no nos sirvan allá a donde vamos. O sí, pero quizá con revisiones profundas.
Nuestro patrimonio puede sobrevivir y crecer perfectamente en deflación, y a la vez prepararnos ante una posible hiperinflación a corto plazo que quizá jamás lleguemos a ver. Deflación, inflación... sólo sé que no sé nada.
2 comentarios:
Si vamos a un escenario de hiperinflacción que activos recomiendas para blindar un patrimonio?
Salud, Euros, Yenes y USD
Saludos
Castillo, sería mucho más fácil nombrar lo que no deberíamos hacer ante una hiperinflación inminente. Por ejemplo invertir nuestro dinero en RF a medio o largo plazo. La bolsa suele aguantar mejor los efectos de la inflación, al igual que los inmuebles. Pero en el escenario actual me temo que la burbuja inmobiliaria haría muy difícil la inflación de precios, a lo sumo podría compensar caídas. De todos modos, algo parecido podríamos decir de la RV, pero has hablado de blindaje y sólo deberíamos buscar valor, además de asumir el riesgo de toda RV. Como decimos en el artículo, el escenario hiperinflacionista no está nada claro, y si se da, habría que ver si se produce sólo en áreas más afectadas por la crisis (Portugal, España, Grecia, Irlanda...) o bien en toda Europa o todo el mundo. O si esa hiperinflación tiene su origen en el USD, etc... Las variables son tantísimas que la receta que pides, si alguien te la da, no será más que una quiniela. Es mucho más inteligente centrarse en lo que no se debe hacer en un escenario como ese, si es que estás convencido de que va a suceder. Y todo esto, sólo hablando de patrimonio a blindar, ya que si hablamos de inversión especulativa, el abanico es mucho más amplio. De todos modos es absurdo preocuparse de cómo blindar un dinero en efectivo en un escenario futurible, y descuidar por ejemplo la pérdida de valor inmobiliario o empresarial de un patrimonio (aunque ese no sea tu caso).
Las inversiones también dependen absolutamente de las circunstancias de cada uno, como ya hemos dicho muchas veces. E incluso en hiperinflación, la estructura de un patrimonio u otro debería variar y mucho en función de cada familia o propietario. Siempre debemos hacernos nuestro traje a medida y adaptarlo al escenario mundial constantemente. O bien contar con alguien que nos pueda guiar y ayudar de forma competente y honesta en ese proceso vital, sea cual sea nuestro volumen patrimonial.
Salud y €.
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