Muchas voces pronostican que la bajada de tipos global, incluso hasta nivel cero, poco o nada va a poder hacer para sacarnos de la deflación inminente. De hecho el referente de Japón ha demostrado que en su caso concreto así ha sido, de hecho está siendo. Y hay que tener en cuenta que la deflación japonesa ha tenido lugar inmersa en un entorno de economías expansivas mundiales. Es decir, que ha sido una isla deflacionista persistente en un mar global inflacionista. Eso marcará diferencias, con toda seguridad, respecto a lo que puede suceder en una deflación y depresión globalizada (con el permiso de los países emergentes), donde aún será más difícil resurgir de la depresión sin referentes de crecimiento en todo occidente. O sea que si vender dinero al 0% se ha demostrado incapaz para sacar de la recesión a Japón cuando tenía el resto del mundo a su favor, creciendo e inflacionando fuertemente, parece más difícil todavía que crezca en un entorno recesivo global. Sin embargo algunos se preguntan ¿cómo estaría hoy la economía de Japón si el tipo del yen se hubiera mantenido al mismo nivel que el $ o €? Nunca lo sabremos... o sí.
Volviendo a Occidente, evidentemente la política monetaria actual está extrapolando la estrategia japonesa al resto del mundo recesivo de hoy, con un tipo de $ ya inferior al 0,25% y un tipo de € ya en el 2% y bajando. En este punto cabría esperar varios escenarios:
Volviendo a Occidente, evidentemente la política monetaria actual está extrapolando la estrategia japonesa al resto del mundo recesivo de hoy, con un tipo de $ ya inferior al 0,25% y un tipo de € ya en el 2% y bajando. En este punto cabría esperar varios escenarios:
- Que el coste próximo al 0% del dinero reactive las economías mundiales hacia un mayor consumo, inflación y que finalmente se consiga un crecimiento positivo. Este escenario estaría por supuesto lejos, y la principal diferencia respecto al fracaso japonés, sería la globalidad de la recesión. El sentido común nos diría que si Japón no lo ha conseguido en un entorno expansivo, menos lo conseguirá occidente en esta multicrisis depresiva global. No obstante es cierto que estamos repitiendo la misma estrategia fracasada pero en un escenario distinto. Peor. Pero aún así cabría la esperanza de que algún imponderable o efecto mariposa haga que el resultado pueda ser mejor que la evolución nipona.
- Que prestar dinero a cambio de casi 0% no sólo no consiga reactivar las economías, sino que además perjudique y profundice la deflación. Algunas son ya las teorías (os recomiendo leer a Marc Vidal) que defienden que un menor coste del dinero mejorará poco o nada el consumo, mientras que lo que sí conseguirá es abaratar costes. Esta bajada en los costes se repercutirá en los precios de venta, contribuyendo así a una mayor profundización deflacionaria. Así entraríamos en un círculo vicioso peligrosísimo, que sólo con un crecimiento constante muy potente del consumo (consecuencia de la bajada de precios/recuperación del poder adquisitivo), y una inflación pública desmesurada se podría frenar. Nótese que en este escenario el panorama post-deflación también sería complicadísimo.
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