viernes, 30 de enero de 2009

Al final, de lo que se trata es de ser feliz.

Quiero haceros partícipes de un suceso ocurrido en nuestras oficinas que, a mí personalmente, me ha dejado tocado. Dicen que para ser profesionalmente eficaz has de ser frío pero a mí hay cosas que me afectan y esta ha sido una de ellas.
Disponemos de la aprobación del cliente para que, de forma que permanezca en el anonimato, pueda explicaros una situación que se da más veces de las que sería de desear.
Ya habíamos acabado la reunión, mis compañeros habían salido de la sala y me había quedado hablando con el cliente. A mí me gusta especialmente que me expliquen su trayectoria profesional y patrimonial, lo encuentro muy enriquecedor y hay clientes que disfrutan trasladándote a sus inicios, mostrándote como consiguieron empezar, avanzar, llegar. El cliente me estaba explicando como siendo el mayor de tres hermanos se puso a trabajar muy joven con su padre en el pequeño taller de la familia, sus hermanos, en cambio recorrieron otros caminos profesionales, estudiaron cada uno una carrera en sectores distintos al que operaba el taller. En ese preciso momento el cliente calló, bajó la vista, intentó seguir hablando pero le salía un hilillo de voz ahogado, vi como le temblaba la barbilla y no podía continuar hablando y aunque hacía esfuerzos por sobreponerse acabó rompiendo a llorar de forma silenciosa.

Me quedé helado...no sabía como reaccionar..al final me levante con cuidado, con respeto y salí de la sala, cerré la puerta y me senté en el sillón del pasillo para dejarle tranquilo un rato.

Me fui a preparar un par de cafés y cuando creí el momento oportuno volví a entrar en la sala. El cliente se había calmado y estaba absorto mirando a través de los grandes ventanales la vida que transcurría al otro lado. Al oírme se giró, me pidió disculpas con la mirada y me pidió que me sentara.

Me explicó que hacía un tiempo, y no sabía porqué razón, cuando evocaba sus inicios le entraba una tristeza enorme y un nudo en la garganta le impedía hablar. Le había pasado igual en una entrega de premios al reconocimiento de una vida empresarial de éxito cuando tuvo que subir a hablar. Tuvo que irse precipitadamente.
- " Mira Sherpa, yo entré a trabajar muy pronto con mi padre porque era lo que tocaba hacer, no me había planteado jamás una alternativa, por eso cuando mis hermanos no hicieron lo mismo me sorprendí y me enfadé. Uno estudió medicina y ahora ejerce como médico y el otro es catedrático de derecho y está volcado en la docencia. ¿Porqué yo no pensé que podía hacer otra cosa? No lo se, lo único que puedo decir es que ese pequeño taller familiar es ahora una cadena de talleres por toda la geografía del país que factura más de cien millones de euros al año...pero yo estas navidades las he pasado muy solo, no he podido ver a mi hija que las ha pasado en EEUU con su madre y el novio de ésta. Me he acordado mucho cuando mi hija era pequeñina y entraba sigilosamente al baño mientras me afeitaba para ir a trabajar y jugaba a ponerse crema de afeitar y a hacer dibujos con el dedo. Su madre aún dormía pues faltaba mucho rato para llevarla al colegio pero mi pitufina decía que como siempre llegaba tarde por la noche así me veía aunque fuera un ratito por la mañana y me podía dar un beso que durase todo el día. La noche anterior yo siempre me dejaba la ropa preparada en el salón y a ella le gustaba ayudarme a vestir, me costaba hacerle entender que no me podía hacer ella el nudo de la corbata pero a cambio le permitía ponerme el cinturón, me ayudaba a poner la americana e iba corriendo al estudio a coger mi maletín y traérmelo. Recuerdo el olor de sus rizos cuando nos abrazábamos y nos despedíamos y ella volvía a su camita hasta que su madre entraba para despertarla e ir a la escuela. Cuando por la noche entraba en su habitación para darle un beso ella ya dormía abrazada a su osito y a un viejo jersey mío que me ponía los fines de semana para estar en casa. Esa imagen me inunda de felicidad y de añoranza. Los sábados y domingos, antes de que saliera el sol, ya había corrido junto a mi lado de la cama desde su habitación y se escurría a mi lado haciéndose una bolita diciendo que era una gatita recién nacida.


Mis hermanos viven en sus casas con sus familias, son felices. Yo, con tanta apertura de talleres por aquí y por allá siempre estaba de viaje. Un día mi mujer me dijo que quería separarse y yo me fui a vivir a un hotel. Sigo viviendo en un hotel, me es bastante cómodo, estaba pensando en comprarlo, ya tengo mucha familiaridad y afecto con todo el mundo...pero me siento solo en mi habitación, no puedo comprar una familia aunque tuviera todo el dinero del mundo...y estas navidades...mi pequeñina en EEUU..."
Bueno, el trabajo que estamos haciendo ahora con este cliente es descubrir que es lo que le llenaría de gozo el corazón. Que actividad le gustaría hacer que a él le gustara, ya no tiene que seguir luchando por su empresa, podemos buscarle un comprador aunque ahora no sea el mejor momento pero el objetivo ahora es él mismo. Nosotros tenemos ahora que hacer nuestro trabajo de Coaching, de análisis de objetivos vitales y por supuesto la gestión y control del patrimonio en su conjunto. Pero la labor más importante de todas es que este señor empiece a disfrutar de verdad del imperio que ha creado, ya va siendo hora y yo estoy tremendamente ilusionado con ello.

5 comentarios:

Nico697 dijo...

Acojonante... La verdad es que a todos nos gustaría disponer de mucho dinero, Pero ¿Cual es el precio que queremos pagar?

PD: Diganle que se de unas vacaciones por Canarias que aqui se esta genial.

Anónimo dijo...

Yo le aconsejaría que montase una empresa con su hija. Es la forma de recuperar el tiempo perdido y transmitirle todos los valores enseñanzas que un padre tiene que pasar a un hijo.

Anónimo dijo...

Probablemente (con toda seguridad) el mío no sea un comentario "correcto": ese señor cuya trayectoria vital se cuenta optó por llevar su vida por el camino que ahora recorre. Esa historia no cuenta todo, no hace referencia a las satisfacciones que le produjo el éxito profesional, las gentes que conoció, los lugares que visitó. Obviamente es el relato de una persona que ha fracasado en su vida puesto que añora lo que no tiene y a lo que no puede acceder, algo no tan insólito como pudiera pensarse. La vida es elección, y al final te mueres. En 100 años nadie recuerda tu existencia, aunque hayas descubierto la penicilina, se sabe que lo hiciste, pero no lo que era quién lo hizo. Mi consejo: lo suyo se arregla con tiempo, asume tus errores y entiende lo que eres y porqué lo eres. Si te has equivocado procura saber dónde y cuándo para evitar repetir el error (es tontería repetir cuándo puedes descubrir nuevas situaciones en las que equivocarte). Y sobre todo, no llores en público, siempre hay alguien dispuesto a contarlo. Y sí, soy un capullo.

Gurús Mundi dijo...

Nico697, vivir en Canarias facilita mucho las cosas... ;)

Anónimo, no es una mala idea sobre el papel, pero las circunstancias reales lo impiden. Gracias por tu comentario.

Gropi, "...la vida es elección, y al final te mueres..." Esa frase me la apunto. Sin duda este hombre ha tenido satisfacciones profesionales, por supuesto. Y si hoy no se sintiera infeliz, habría vivido su vida a su manera. Es su opción. El problema es que llegue un momente en que te repantees la vida pasada dudando de haber sido feliz y sobre todo siendo hoy infeliz. Si eso ocurre, algo ha fallado. Y como decimos en nuestro encabezamiento del blog: "...Parece que no aprendemos a vivir hasta que la vida ya pasó..."

Gracias a todos.

Salud y €.

PEDRO SOLVES dijo...

Es la historia del ciudadano Kane de Orson Wells. Ni más, ni menos.

Lo importante en la vida no es el dinero, sino tener la sensación en cada momento de que la estas viviendo, mucha gente se pierde en los detalles "terrenales"(dinero, poder, etc) y olvida los "intangibles"(amor, amistad,etc.)y sobre todo se olvidan de lo primordial, que es: VIVIR!!!