"Nuestra economía y nuestros mercados no se recuperarán hasta que la corrección de la vivienda esté detrás de nosotros"Henry Paulson - Secretario del Tesoro Norteamericano.
Esta frase ha sido pronunciada al mismo tiempo que se ha hecho público (una vez más en domingo) el anuncio del rescate de la extraña pareja. O mejor dicho su tutela legal, eufemismo políticamente correcto. Dicho rescate por fin pone cara al monstruo amorfo y misterioso de la crisis de crédito. De una tacada conocemos de quien depende mayoritariamente la supervivencia del sistema financiero e hipotecario, somos capaces de cuantificarlo y, además, sentamos las bases de un rescate tan viable como el propio Estado norteamericano pueda serlo.
¿A costa de quién?... a nadie se le escapa la respuesta. La ley nunca fue igual para todos. Especialmente para aquellos que son tan fuertes y poderosos que su desaparición hace temblar los mismísimos fundamentos del Sistema. Estamos ante la injusticia más cara de la historia moderna. Pero somos muchos los que pensamos que, a pesar de todo, es la solución menos traumática. Quizás la única.
Las consecuencias podrían ser previsibles, pero no por ello de obligado cumplimiento. Los que hemos vivido los mercados y estamos en esto desde hace algunas décadas, lo sabemos bien. Muchos analistas verán en esta intervención estatal, del estado más liberal, un futuro negro para el dólar que se debería imprimir en grandes cantidades. Y también consecuentemente oscuro para los mercados de RV. Pero los beneficios de la disipación de buena parte de la incertidumbre que ha acompañado a la crisis de crédito desde sus inicios son inescrutables, tanto como los Caminos del Señor, como diría un predicador. Dicho esto, la frase lapidaria de Paulson citada al principio cobra muchísimos sentidos.
Efectivamente, en pleno tsunami de crisis europeo, volver a ver la luz al final del tunel norteamericano puede tener unos efectos balsámicos muy potentes. Incluso podrían compensar con creces a corto una debilidad del dólar que se puede ir diluyendo a medio y largo, en la medida en que sea necesaria la inyección de dinero en las dos empresas tuteladas. También los mercados pueden ganar confianza por el hecho de que hayamos concretado o incluso casi acotado el problema del credit crunch.
Hemos puesto nombre y apellido al delincuente, se le haya capturado y puesto a disposición del juez, éste lo ha cuasi-indultado y todos deberemos pagar su terapia de reinserción. Pero lo cierto es que todos caminamos más seguros por las calles desde que los malvados Mac & Mae ya no andan sueltos. Ahora están bajo la tutela legal más cara y más benévola de la historia. Pero no los criminalicemos sin mirarnos al espejo. Como solía decir mi abuela: "La ocasión hace al ladrón", y a este par de pródigos "delincuentes" se lo pusimos muy fácil con nuestro afán inversópata. El que esté libre de pecado que tire el primer crédito o la primera "inversión segura" al libor+2,25.
Quizás esta extraña pareja con nombre de fábrica de helados (Freddie & Fannie's) congele la capacidad de crecimiento de la primera potencia mundial durante muchos años (el tamaño del tropezón sí que importa). Y su, astutamente, ya vapuleada divisa puede dar muchas sorpresas. Tal inyección de billetes se deberá acompañar de nuevo papel moneda que debería ser un potente factor inflacionista. Pero como el M1 está incluido en el M3, también debemos tener presente que dicho aumento de M1 mejora el ratio de dinero físico en circulación respecto al desfase de crédito en circulación, disipa muchas dudas y a la vez afianza el Sistema. Y eso es bueno, sobre todo en el masivo desapalancamiento global que hemos iniciado a golpes. Por tanto, está claro que este rescate faraónico que haría añicos a cualquier divisa afectada y desplomaría índices macroeconómicos y de todo tipo, tiene muchos beneficios colaterales. Por todo ello la reacción, nuestra reacción, ante este escenario inaudito me parece una de las mayores incógnitas en esta policrisis credito-energética y de confianza.
El timing de los sacrificios está prácticamente definido para la extraña pareja: Todavía leves aumentos de carteras vinculadas a créditos hipotecarios hasta el fin del 2009 (al parecer inevitables), y a partir de ahí descensos forzosos del 10% anual. Sobre el papel un plan de viabilidad de dos empresas que nacieron y morirán contra natura, puesto que dicho plan es un rescate pagado por todos cuyo final feliz no puede ser otro que su desaparición. Como ya hemos dicho, esta muerte no puede ser natural porque se llevaría demasiado por delante, y debemos salvarlas para posteriormente ejecutarlas mediante inyección letal. Sin sufrimiento, sin gritos, sin agonía, sin salpicaduras, minimizando en lo posible los daños colaterales. Asépticamente, con la cabeza fría y la lección aprendida. Quizás sus restos troceados y reciclados sirvan a carroñeros debidamente comprometidos con el futuro.
Sabemos quién, dónde, cuándo, cuánto y cómo, y todo ello apunta a graves sacrificios y consecuencias. Los mayores de la historia. Pero sabemos tantas cosas que antes desconocíamos que el efecto de tanta luz puede deslumbrar a muchos mercados y llevar a la ceguera a muchos inversores incautos. Desconfiemos más que nunca de los análisis faltos de Humildad.
Probablemente la economía no se recuperará hasta que la corrección de la vivienda esté detrás de nosotros, Mr. Paulson. Pero no estaría tan seguro de que los mercados no lo hagan de forma frágil, prematura y quién sabe si efímera. ¿En cuanto a las divisas? Hoy más que nunca, la madre de todas las especulaciones puesto que su volatilidad se dispara con los acontecimientos históricos que estamos viviendo. Por cierto, entre rescate y rescate se nos ha echado encima el 9/11 y sus Bin Laden options, y es que los años pasan volando. I love this game!
Os dejo con el video que le envió el CRO (Chief Risk Officer) de Freddie Mac & Fannie Mae, Mr. Justin Norisk a Mr. Henry Paulson este mismo verano:
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