martes, 15 de julio de 2008

El Seísmo y el Tsunami.

23 de Junio de 2007:
(...)Pero “tranquilos”, la sangre de todos no llegará al río. Nuestro sistema financiero no corre peligro de muerte mientras quede margen para una mayor miseria social. Lamentablemente así son las reglas del juego. Pero el efecto anclaje en los buenos tiempos nos ayuda a mirar hacia otro lado. Como dijo Supetramp en 1975: Crisis? What Crisis?
Hoy ya nadie puede mirara hacia otro lado. Todos sabemos, incluso los más optimistas o peor informados (¿dónde habré oido esta frase?), que estamos en crisis. O mejor dicho en Crisis, en mayúsculas. A algunos les ha costado mucho concebir una gran crisis sin crack bursátil, con el permiso del amago del 21 de Enero pasado, pero hoy en día hasta los más lentos de reflejos saben que occidente está en crisis. No obstante, parece que los peligros que algunos veían amenazando la supervivencia del Sistema Financiero se purgará a base del empobrecimiento global.

El aumento del coste energético ha popularizado, sin duda, esta sensación de crisis. Pero aún, para la mayoría, es poco más que una sensación. Los precios aumentan como consecuencia inmediata del precio del crudo, pero las consecuencias laborales de la contracción del consumo todavía son incipientes. El paro tan sólo comienza a repuntar y la sociedad apenas ha comenzado a sufrir las consecuencias del empobrecimiento del Sistema Económico. Además, viniendo de orgías consumistas y lujurias financieras nunca vistas, la caída será aún más dolorosa. El terremoto se ha producido, los sismólogos lo saben bien, pero la población, a pesar de algunas voces de alarma cada día menos incipientes, en general aguarda inconsciente la llegada del tsunami.

Muy pocos intuyen la magnitud de la tragedia, porque muy pocos corren. Es decir, las economías domésticas de guerra con apretadas drásticas de cinturón, sólo se producen en los casos en los que ya les salpica el agua. El resto oye hablar de crisis a diario pero confían en que sus vidas no van a cambiar sustancialmente. A lo sumo menos vacaciones o menos caprichos caros como cambios de coches, etc. Pero la realidad es que muchos perderán gran parte de sus ingresos y los ajustes tendrán que ser mucho más dramáticos.

Afortunadamente tenemos margen para una mayor miseria social. Que nadie se ofenda: Me refiero a que en general hasta hace un puñado de meses la clase media consumía y se endeudaba muy por encima de sus posibilidades reales. Y la media/alta también, sólo hay que ver las cifras récord de Ferraris vendidos entre la población cuyas fortunas no eran suficientes para este tipo de lujos. El hecho de habernos emborrachado de créditos al consumo, hipotecas y vuelos al caribe hasta casi el coma etílico, nos condena a una resaca fortísima y larga, muy larga. El ciclo de una profunda y compleja crisis como esta puede ser largo. A pesar de que las fuerzas políticas, empresariales e institucioneles intenten convencer a la población de que en un par de años malos purgaremos nuestros pecados, la triste realidad es otra. Probablemente (ya que no tenemos la bola de cristal que parecen tener algunos), en España los vendedores de pisos no verán mejorar sus valoraciones de mercado en los próximos 5 o incluso 10 años, ni podremos llenar nuestros depósitos a los precios del pasado año, ni volverán los bancos a facilitarnos hipotecas del 80% de la tasación (a pesar de que algunas voces oficiales lo reclaman temerariamente), ni créditos al consumo sin sólidas garantías, ni...

En Japón llevan casi 20 años sin plusvalías de ningún tipo: Sueldos, precios, valores inmobiliarios ni, por supuesto, bolsa. Ese modelo recesivo que para nosotros es economía-ficción, existe. Las tan sobadas frases oidas en España como: "El ladrillo nunca baja"; o "en RV a medio plazo siempre ganas"; o la mismísima "cada día todo está más caro", son una quimera para el japonés de la generación de los últimos 20 años. Y 20 años es casi media vida inversora, no lo olvidemos. No me cansaré de recordar que el mismísimo Dow Jones apenas subió un 10% entre 1965 y 1983 (18 años), y eso en un entorno de crecimiento y no recesivo.

Como en una maquiavélica alineación astronómica, hoy se dan diversas circunstancias fatales coincidentes en tiempo (desde aprox. 2007) y lugar (occidente): Desmoronamiento del abuso en las titulizaciones, pichazo de la burbuja inmobiliaria, endeudamiento abusivo generalizado y una crisis del petróleo que va más allá del aumento de precios (peak oil). Como habréis visto, no incluyo una crisis bursátil, aunque es evidente que muchas reservas patrimoniales de las familias estaban malblindadas en acciones (manda huevos) que hoy también se ven muy recortadas, agravando así las consecuencias de dicha acumulación coincidente de factores fatales. ¿Conjunción planetaria fruto de la mala suerte? En absoluto. No es más que fruto de nuestros excesos, abusos y nuestro malhacer. Esperemos que el final sea menos desagradable y traumático que los excesos del protagonista del siguiente memorable video de "The meaning of Life" de los Monty Python.

A pesar de todo me gustaría acabar con un cierto optimismo y quiero pensar que en el negro horizonte se abrirá una brecha de luz económica, que hoy no acierto a adivinar, y que amortiguará la caída (energía alternativa, boom tecnológico, economías emergentes...quién sabe). Aunque no estoy muy seguro de que sea sano ni prudente evitar un cierto desastre que nos permita arrancar de nuevo sobre fundamentos asépticos y capaces de aguantar nuestros futuros excesos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Enhorabuena por el articulo de lo mejor que he leido ultimamente