jueves, 13 de agosto de 2009

Como una ola, la pasta entró en mi vida (2)

Viene de ayer...

Pilar, Pilar... no has entendido la esencia de nuestro artículo. Ni de nuestro blog. La Felicidad es una de nuestras premisas en la gestión de un patrimonio. Por lo tanto una celebración, de esas como para hacerse daño, no sólo es aconsejable sino también imprescindible. Un homenaje a uno mismo por todo lo alto. Lo que queremos decir es que no se deben comprar artículos caros que supongan un porcentaje significativo de la fortuna antes de generar las rentas adecuadas, como por ejemplo una casa o un cochazo o un yate, etc... Pero una fiesta, celebración, viaje, mariscada, capricho, innombrables diversos, etc, etc... por supuesto que es adecuado. Si tu nueva fortuna no te sirve para hacerte feliz, ¿de qué c... te sirve entonces? Pero ojo, eso debe ser compatible con que la fortuna aumente y se transmita a los herederos que tú quieras, si ese es tu deseo.



Una fortuna con cierto volumen debe colmar tus deseos y felicidad, a la vez que crece adecuadamente. Si no es así, no estás haciendo lo correcto o te has equivocado y tu premio tiene un cero menos de lo que la euforia te hizo ver. Y no sólo debe colmar tus caprichos, sino como bien dices los de tu entorno (la autoescuela de tu sobrina). Recuerda que te van a salir parientes y amistades de debajo de las piedras, pero si eso te satisface y encaja con la capacidad de generación de rentas y crecimiento de tu fortuna, adelante. ¡Faltaría más!

Si tu coche tiene 15 años está para cambiarlo, desde luego. Si el nuevo coche es una insignificancia comparado con el premio de la lotería, puedes ir hoy mismo a comprarlo. Pero si el descapotable rojo vale un pico importante, quizá sea más prudente comprártelo pasado un trimestre o dos o tres. Al fin y al cabo llevas 15 años con el mismo trasto, y no vendrá de unos meses más a cambio de hacer lo correcto. Además, con un poquito de suerte el rojo carmín que te gusta habrá que pedirlo a fábrica, y en lo que tarden en la cadena de producción el crecimiento de tu fortuna te lo habrá pagado enterito. Obrar del otro modo es quemar el dinero de forma caprichosa, compulsiva, estúpida e irreversible.



Como te he dicho antes, conocer qué hay más allá de Chinchón no debe lastrar el potencial de crecimiento de una fortuna considerable, si lo que queremos es que ese premio nos cambie la vida entera (y la de nuestros herederos) y no sólo unos pocos años.

Cuidadín con los negocios de tu prima porque no sólo arriesgas lo que inviertes sino también asumes un riesgo de pérdidas futuras. Unas pérdidas que pueden superar fácilmente lo que te va a costar tu viaje a Canadá y tu auto-homenaje a lo grande. Un mal negocio puede ser un saco sin fondo que te deje sin fortuna sin ni siquiera haberla podido disfrutar o quemar. Además también se puede llevar por delante tu relación con tu prima, aunque eso sería lo de menos, porque te saldrán primas por todas partes como ya te he dicho antes. No digo que no se deba invertir una parte de un premio en un negocio, sino que hay que tenerle mucho respecto a los descosidos que puede hacer un negocio en tu fortuna. Al fin y al cabo, si las posibilidades de éxito de ese negocio son muy altas, ¿por qué no lo habéis intentado con dinero del banco? Y si no lo son, mejor que dediques tu premio de lotería a algo más prosaico.

No te debe preocupar que te vayas a aburrir porque tu entorno social trabaje y tú no, ni porque tengas más tiempo libre que tus amistades. De hecho una parte de tu entorno social será difícil de mantener, bien por agendas incompatibles y/o envidias insoportables. Pero tranquila, porque harás nuevos amigos/as que tendrán tanto tiempo libre y dinero para ocuparlo como tú, y además no les tendrás que invitar. Pero con ellos no vas a ahorrar más, ya que, aunque cada uno se pague lo suyo, vuestras actividades serán más caras. Tu ocupación, además de disfrutar de la vida (porque recuerda que serás más rica pero no necesariamente más longeva), puede, o incluso debería ser el aprendizaje en la gestión de tu propio patrimonio. Ese coaching es algo que realizamos con muchos de nuestros clientes para que cada vez sean menos dependientes y más capaces de tomar decisiones respecto a sus fortunas. Es decir, que sus capacidades se aproximen en lo posible a las que tendría si hubiera sido capaz de crear esa fortuna, en lugar de haberle sido dada (síndrome de Jurassic Park).



Lo de la vivienda tiene una directa relación con mejorar la calidad de vida. Y es algo que debe suceder. Pero en los tiempos que corren, en España, no deberías comprar ninguna vivienda sino alquilar la que más te guste. Con su jardincillo, biblioteca, ala este y oeste. Pero de alquiler. Si compras algún inmueble porque no puedes dormir sin ladrillos debajo de la almohada, que sean muy seleccionados respecto a país, ciudad y zona, y con una sólida rentabilidad vía explotación de alquileres y un sólido valor prime ante depreciaciones cíclicas. Repito, para vivir en España, lo que más te guste pero durante al menos unos años, que sea de alquiler.

Como verás, mi querida Pilar, los palos del sombrajo no tienen por qué caerse. Ni los anillos tampoco. Pero aún así, y después de saber que existe un modo de disfrutar y a la vez gestionar correctamente una fortuna, eres muy libre de decidir que tu patrimonio debe extinguirse con tu persona. O incluso mucho antes. Al fin y al cabo sería tuyo y sólo tuyo, hasta que comiences a compartirlo voluntaria o involuntariamente.



Muchas gracias Pilar por tu simpático e ilustrativo comentario. Espero que leernos te sirva para ser consciente de que engrosar la estadística de millonarios empobrecidos debe ser un acto totalmente voluntario (y temerario). Tienes toda la razón en que ser millonario no es un estado, porque si sólo es eso, será efímero. Pero la caída del que anduvo surfeando meses o incluso unos años sobre la ola de una herencia o un premio de lotería (fortuna súbita), es mucho más dura aunque la arena parezca mullida. Por el tremendo golpe debido a la velocidad que se había alcanzado, y también por la depresión del que sabe que en su puñetera vida jamás podrá volver a ponerse sobre ninguna tabla. A pesar del anterior video (excepción que confirma la regla), las fortunas súbitas son únicas y no existe margen de maniobra para enmendar los errores cometidos. Es lo que tienen.

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