viernes, 9 de noviembre de 2007

Business Plan - Life Plan

Todos sabemos lo indispensable que es un Business Plan en el momento de plantearse un nuevo proyecto; nadie duda de su necesidad, nadie evita hacerlo o tenerlo dada su alta concentración de información y su esclarecedora óptica de visión de conjunto.

Sin ir mas lejos, hasta los bancos nos lo piden en caso de que nuestro proyecto precise de financiación externa y lo analizan hasta la saciedad buscando todos sus posibles defectos i/o resquicios para al final, en caso de no encontrar ninguno, pedirnos un aval o garantías colaterales.

En un Business Plan, lo estudiamos todo, intentamos preverlo todo, hasta el mas mínimo detalle: el modelo de idea, el entorno de ubicación, la competencia local y global, los costos, márgenes y beneficios, puntos de ruptura, fluctuaciones y puntas de tesorería, impuestos, maniobras de respuesta, costes sociales, ilusiones, dedicación etc, etc.

Intentar arrancar un nuevo proyecto sin un Business Plan parecería casi suicidario hoy en día, nadie se atreve a hacerlo.


Nadie en su sano juicio se atreve a lanzarse a una aventura empresarial sin antes analizar los factores de mercado, la coyuntura económica,.... en definitiva sin un Business Plan.

Nadie?

Vamos a darle un giro y a mirarlo desde otro ángulo.

Acaso no constituye la vida un conjunto de nuevos proyectos?, no son los recién nacidos un proyecto interesante que afecta sin duda alguna a nuestra economía?, es un matrimonio una fusión o un joint-venture?, tenemos margen de tesorería suficiente para afrontar una enfermedad?, es el entorno de ubicación familiar el adecuado?, podríamos soportar el costo social de una separación? es la jubilación el punto de ruptura de nuestra vida?

Por qué en la mayoría de casos todos analizamos hasta el mas mínimo detalle el Business Plan de un nuevo negocio? y en cambio, casi siempre, los nuevos proyectos familiares y personales se realizan sin su “Business Plan”? Nacemos, crecemos, nos casamos, tenemos hijos, los educamos, nos divorciamos, nos jubilamos y finalmente nos morimos sin el análisis adecuado.

La respuesta es que somos seres humanos, que tenemos sentimientos y empujados por ellos hacemos este tipo de locuras insensatas; el Amor, las Pasiones, la Emociones son factores que no inciden en el desarrollo de un negocio y si inciden en las relaciones humanas.

No actuar de acuerdo con nuestras emociones nos convertiría en máquinas o en androides con I.A., pero probablemente cometeríamos muchos menos errores referentes a nuestra vida ya que nuestro cerebro cibernético analizaría cada una de nuestras acciones hasta encontrar la adecuada.

Del mismo modo que nuestra razón nos indica que el extremo cibernético puede parecer exagerado, el otro extremo, el puramente pasional debería ser igualmente poco razonable.

Como casi siempre, un punto intermedio parecería ser la solución adecuada.

Por qué no realizar un Life Plan?

Una vida debidamente estructurada, nos permite diseñar un Plan Global de la Riqueza (P.G.R.). Cuando diseñamos el P.G.R., debido a nuestras experiencias y a nuestro Know How (del cual nos sentimos muy orgullosos), adaptamos términos empresariales a la vida, como por ejemplo el balance vital.

Si definimos el valor real y el potencial de una empresa a través de su balance, también ha de ser válido para una familia realizar un balance, con su activo y su pasivo, para conocer sus posibilidades reales.

El balance vital inicial de una familia antes de pasar por nuestro filtro acostumbra a descuadrar, pero después de una reestructuración de sus activos (incluyendo factores que van mucho mas allá de los puramente contables), y una buena planificación de su pasivo (incluso después de incluir la lista de deseos - Wish list) permite cuadrar su balance vital, pero sobre todo permite aportar la felicidad deseada a la familia.

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