Había una vez un Bar: El Bar Manolo. En un barrio normal de una ciudad cualquiera, un bar común, funcionando desde hace varios años, con su clientela habitual y sus clientes de paso. Como tantos otros bares de España. Sin embargo, algo le estaba sucediendo a este bar y a su dueño, Manolo, como a tantos otros dueños de bar.
En este último año 2008 las ventas se le han disparado. Sí, sí, en plena crisis los vecinos consumen más y mejor que nunca. Aunque la dichosa crisis sí que se deja notar en algo: En la forma de pagar. Los EREs de las empresas, el paro y las hipotecas-losa invendibles hacen que los consumidores del Bar Manolo apunten más y más consumiciones en sus cuentas personales. Cuentas que Manolo siempre ha ido fiando y cobrando religiosamente a fin de mes a cada uno de sus clientes habituales. El dinero escasea más y la abundancia de los últimos años se echa en falta, al menos en la calderilla disponible en los bolsillos. No obstante los clientes piensan que ¿para qué van a privarse de esos pequeños placeres de café y charla en el bar con los vecinos y amigos, ahora que están en plena reducción de jornada laboral o en el paro, si pronto van a encontrar trabajo o van a poder vender aquello que oprime sus economías? Al fin y al cabo en este mundo pocas cosas dan tanto placer por tan poco dinero como un rato agradable con los amigos y vecinos, una cervecita y una tapita, una partidita de cartas o dominó o un simple café mientras se discute la jornada de Champions de ayer.
Manolo, que es un comerciante nato, se ha percatado de este aumento en las cuentas fiadas y ha pensado en aprovechar la estrechez de liquidez de sus clientes. Así, a los que en lugar de pagar en efectivo les apunta en cuenta las consumiciones, les aplica un recargo del 10%. Es más, si alguno le pide a fin de mes que le aplace el pago de la cuenta hasta al siguiente mes, porque ha sufrido algún imprevisto económico, el recargo es del 20%. Los clientes lo aceptan gustosos e incluso ha ganado alguno que solía ir al bar de enfrente donde su tacaño propietario sólo fía a los mayores de 80 años acompañados de sus padres. Pero así le va, ahora está vacío, y en cambio el Bar Manolo está lleno a todas horas.
Su contabilidad en este ejercicio va a ser espectacular, mejor que nunca. Las ventas se han disparado y sus beneficios también. En algunos casos los recargos alcanzan cifras de hasta 2€ por un simple cortado! El margen es enorme y el ambiente en el Bar Manolo es todo lo contrario al de un barrio en crisis. Manolo incluso se permite el lujo de invitar a alguna ronda cuando su equipo gana, y la barra estalla de alegría. El Bar de Manolo es algo único...
Pero a pesar de tanta euforia Remedios, la esposa de Manolo, no duerme por las noches. Tampoco lo hace el cuñado de Manolo, albañil de profesión, que le sacó de un apuro hace años y le prestó una pasta para reformar el Bar, y que hoy se encuentra en el paro. Necesita el dinero que le prestó porque la crisis aprieta y no hay ya obras en las que trabajar. Además, tampoco se fía de tanta euforia en el Bar de su cuñado en plena crisis, y por eso le reclama que se lo devuelva, incluso sin intereses.
Manolo en cambio lo tiene claro, la crisis es para los que no saben llevar sus empresas. A él le va de fábula y es una pena que su esposa y su cuñado sean tan cortos de miras: "¡Pedirle que le devuelva el préstamo justo ahora que el negocio va tan bien! Por eso unos triunfan y otros no", piensa para sus adentros. Siempre cosideró a su cuñado como un albañil con pocas luces al que el boom de la construcción le hizo ganar un dinero inmerecido. En cambio Manolo se evidencia como un Empresario de Éxito...
Como el Bar anda justo de liquidez Manolo no puede devolver ahora el préstamo a su cuñado y decide buscar otros socios mediante una simple ampliación de capital. Enseñándoles su flamante contabilidad de 2008 y sus previsiones para el 2009, pronto capta la atención de muchos conocidos que acuden como moscas a un panal de rica miel.
Amplia capital y círculo de amistades. La noticia corre por el barrio como un reguero de pólvora. Y el negocio sigue lleno, vendiendo más y más caro y apuntando en cuenta con recargos y más recargos.... El Bar Manolo es el punto de referencia del éxito en un barrio demacrado por el paro y la crisis.
Algunos afortunados vecinos a los que Manolo designó a dedo para beneficiarse de la ampliación de capital, incluso pueden presumir de que son socios de un negocio con unos beneficios en aumento...en plena crisis!!! Y que les quiten lo bailao, porque entre ellos los hay que si no están en paro, pronto lo estarán. La crisis aprieta como nunca, o al menos eso dicen los que no son socios de Manolo.
Mientras, en la tele del Bar Manolo echan el Telediario. Hoy se habla de la enésima ampliación de capital del Banco Molocos y de lo baratas que están las acciones de la Banca Rísimas, cuyos dividendos alcanzan ya casi el 12% anual. En la barra algunos clientes discuten si hay que ser o no gilipollas para invertir en bancos con la que está cayendo. Y Manolo sentencia: "Donde esté un negocio familiar bien dirigido como éste, que se quiten las inversiones en bolsa y las acciones de bancos con paquetitos de porquería americana... como dice el Leopoldo ese!".
Qué suerte y habilidad tienen algunos.
Characters:
Manolo.................Banqueros Varios
Esposa..................Remedios De Estado
Cuñado.................BCE
Nuevos Socios......Simples mortales
3 comentarios:
Plas, plas, plas...
Salu2
Lo más interesante es esperar al final del capítulo y ver como le va a Manolo cuando empiece a pagar sus mercancias con vales de sus clientes. Será también interesante ver como los provedores del bar tienen que pagar a sus empleados con los vales de Manolo y sobre todo como éstos podrán hacer frente a sus gastos con dichos vales. Y es que Manolo es un lince, aunque no tenga ni idea de contabilidad creativa. Además cuando las cosas se pongan difíciles siempre puede traspasar el bar y comenzar de nuevo en otra zona. El único problema es que el caso del Bar Manolo no es único y quizas haya muchos traspasos como el suyo. Estas consecuencias tienen un nombre "Deflación", ya que el que quiere vender algo debe conocer que precios esta dispuesto a pagar el mercado.
YA TENGO LA SOLUCION PARA ESTOS CASOS
Como está claro que Manolo no sabe "autorregularse", el Estado debe crear un Personal de Inspeccion de Bares y Establecimientos (PIBE).
El PIBE se financia con los impuestos que pagan los que son clientes del bar, y los que no. IRPF, IVA, Impto. de Alcohol.
La función del PIBE consiste en ir por los bares, decirle al dueño cómo llevar su negocio, y a los clientes cómo pagar.
Es una buena solución.
Pero podemos mejorarla.
Como el Bar Manolo es poco transparente, nada mejor que unos buenos formularios. Por ejemplo, cada vez que un cliente pide unas aceitunas. Algo como el impreso Oficial de Raciones, Tapas y Otros (ORTO). Un poquito de burocracia no vendrá mal en esos Bares neoliberales regentados por codiciosos ultrasalvajes.
En cumplimiento de su misión, el PIBE velará porque todos los ORTOS estén bien rellenos.
Ahora ya si. Inspectores, burocracia... Ahora el Bar se empieza a parecer más a los bancos.
Y mientras, los sindicatos dicen que Manolo no puede despedir a sus camareros, ZP pensando en el aborto, Rajoy en Babia, MAFO diciendo obviedades, y Trichete dandole al billete
¡DEJADME MI DINERO EN PAZ!
Characters
PIBE.........CNMV, Ministerio de Hacienda, BE, BCE, SEBC, Consejerías de Economia, AEAT, Aytos, Sindicatos, y en general, toda la Administración trincona y parásita que mete la mano en mi bolsillo.
Publicar un comentario