miércoles, 29 de abril de 2009

Carola se va a enfadar.

Pues eso, que Carola se va a enfadar cuando vea que os cuento lo que me dijo el otro día a través del correo electrónico, pero es que si no lo digo reviento porque estas cosas me ponen furioso.



Hace ya muuuucho tiempo que Carola y yo tenemos acaloradas conversaciones sobre el mundo de la banca, las entidades, etc. Siempre la he animado para que salga del lado oscuro y a veces cuando creo que ve la luz se vuelve a cerrar como una ostra. En el fondo le da miedo, yo le entiendo, después de muchos años en una entidad acabas creyendo todo lo que te dicen desde dentro y cuando alguien desde fuera te hace dudar se te tambalea todo.

Os quiero explicar que Carola es una mujer muy inteligente y atractiva, que es una asesora de Banca Privada de una entidad española en Barcelona. La conocí una de esas mañanas soleadas de Barcelona en uno de esos edificios altísimos de cristal a través de los que se puede saborear con la vista la Barcelona de azoteas y cúpulas con el azul/verde del mar al fondo.

Asistíamos ambos a una de esas presentaciones de un nuevo aterrizaje de una gestora de fondos extranjera en el mercado español. Llegué, como siempre, justito de tiempo y tuve que sentarme en la única silla vacía, lógicamente en la primera fila, siempre la última fila que se llena es la primera. Suele haber en esta primera fila unas cuantas sillas reservadas para los organizadores y el resto se quedan siempre vacías esperando a los rezagados como yo…o como Carola. Aún no había reparado en ella cuando empezó a hablar el moderador haciendo las presentaciones, fue entonces cuando me giré..



…, me quedé con la boca abierta al tiempo que le decía:

“Justito…siempre llego justito de tiempo..”

Ella me sonrió:

“..si, yo también acabo de llegar..”

Fue totalmente en mi imaginación pero yo vi como su oscura melena se mecía al viento dentro de la sala de presentaciones y como sus ojos verdes se posaban en los míos solo un instante para después dirigirse al moderador que seguía con las presentaciones de los ponentes. Su traje chaqueta de exquisito corte no ocultaba una bonita y esbelta figura.

Yo ya no atiné con la presentación de la nueva gestora extranjera de fondos en el mercado español y la proximidad de las dos sillas me producía la sensación de que se había estropeado el aire acondicionado del edificio. Menos mal que contaba con la ventaja de que la gestora extranjera ya era conocida por mi y mis colegas pues había sido ya objeto de análisis en nuestro Family Office y solo teníamos el interés en saber si había alguna novedad que pudiera ser del interés de alguno de nuestros Clientes, así que si al volver al despacho en mi explicación de la presentación se me escapaba algo de una melena al viento mis colegas no me echarían a los leones.

Desde aquel día Carola y yo hicimos buenas migas. En el cóctel de cortesía posterior a la presentación yo me había quedado en una silla haciendo los deberes, mirando todo el material que nos habían repartido, haciendo anotaciones y Carola se acercó. Se rió deliciosamente cuando le expliqué mis problemas con el aire acondicionado del edificio y mis lagunas de atención en la presentación, ella me prestó sus anotaciones y me acompañó a aclarar algunas cosas con los ponentes.

Y así hasta hoy. Cuando hemos quedado para tomar un café o hemos coincidido en algún evento profesional siempre hemos acabado igual, ella siempre defendiendo la postura de su entidad y yo sin conseguir hacerla salir del lado oscuro.

Por eso que se va a enfadar cuando lea el blog porque se que nos sigue, además un día le invité a las oficinas de nuestro Family Office para que las conociera y conociera a los profesionales con los que trabajo y sé positivamente que se quedó muy impactada porque después fuimos a tomar un café en la esquina y estuvo muy callada.

Así que después de explicaros todos estos antecedentes os transcribo una parte del significativo mensaje que me envío Carola hará ahora casi un mes:

“Hola Sherpa, como os va por el Family Office con la crisis? Yo me paso todo el día yéndome a tomar un café o a hacer gestiones absurdas cuando veo entrar a un cliente por la puerta del banco..."

No te enfades Carola, lo dejo ahí.

domingo, 26 de abril de 2009

La Banca Rota (II) y la especulación en banca norteamericana.

No han transcurrido ni seis meses desde que escribimos el artículo "La Banca Rota", que posteriormente se convirtió en un meme con el que siguieron las primeras espadas de los blogueros económicos. En aquel momento decidí que algún día escribiría la secuela que hoy os publico, pero jamás pensé que lo iba a hacer tan sólo después de medio año.

Como habréis releído (os recomiendo que lo hagáis para refrescar lo que a continuación os comentaré), hace seis meses buscábamos argumentos que dieran valor a un sistema bancario en bancarrota. Por supuesto se trata de argumentos sin valor real, contable ni fundamental, quizá algunos incluso digan que ni siquiera tienen valor racional. Pero después de seis meses, con una mínima perspectiva que iremos ampliando a lo largo de este 2009 y sobre todo el 2010, la decisión política de mantener a flote con dinero público el sistema bancario mundial, es ya algo más que una decisión política. Ya se han ideado y aprobado ingentes inyecciones de dinero para aquellos cuya desaparición pueda ser traumática. De hecho la transfusión sanguínea Estados-Bancos ya fluye por enormes venas del tamaño de gaseoductos que se han instalado para dar servicio durante más tiempo del que nos imaginamos o sería deseable.

Como dijimos en su momento, la decisión política es fruto de la necesidad de nuestra sociedad de tener un sistema bancario estable que nos haga de Banca en un Monopoly global en el que quisimos convertir el mundo. Por lo tanto la supervivencia de los bancos está políticamente garantizada por los respectivos Estados. Todos los Estados tienen capacidad de salvar a algunos de sus bancos, pero ojo, sólo algunos Estados tienen capacidad de salvar a su sistema financiero en su conjunto. Por supuesto, para ello hace falta un banco central propio y divisa versátil, y el ejemplo más claro son los EE.UU.

En este escenario, podríamos concluír que los grandes bancos que conforman el core del sistema financiero de esos estados potentes y capaces, van a sobrevivir con toda probabilidad. Es decir, que las posibilidades de que haya un segundo Lehman Brothers son ínfimas a corto y medio plazo.

Recordemos ahora lo que dijimos en "La Banca Rota": Habían demasiadas razones (quizá irracionales) para que la valoración de los grandes bancos de un país como los EE.UU. no llegara a cero. El riesgo de extinción ya pasó, y las bases para la purga de la toxicidad que aún carcome sus balances, se asentaron en un plan Obama de rescate público-privado a costa de FDIC (Federal Deposit Insurance Corporation), o sea de los fondos del Estado. Las pujas por los activos tóxicos que se derivarán del plan de rescate tendrán un criterio privado y no público, es cierto, pero eso no garantiza que sea riguroso. Nada impedirá que los propios bancos, bajo piel de corporaciones independientes, ejerzan de "inversor privado" y coticen esos activos a precios suficientes para inyectar en sus balances cantidades que les devuelvan a la vida. Con mayor o menor abuso o discreción, pero con una vampiresca capacidad para garantizar la estabilidad del Sistema. Veámoslo en pasiva: Lo que no va a suceder es que las entidades privadas que pujen por los activos, lo hagan a niveles tan honestamente bajos que provoquen la fallida de unos bancos que deben garantizar la estabilidad del sistema y son la esencia del mismo. Y esas entidades privadas van a ser tan opacas y con intereses tan ocultos como sea necesario para que sus ofertas sean cuando menos suficientes para reflotar los balances de los principales bancos de los EE.UU. Por cada millón de $, sólo un 3% será realmente arriesgado por la iniciativa privada, siendo el resto hasta un 20% fondos públicos, y un 80% perteneciente al FDIC del tipo "sin recurso". Es decir que el 3% privado no tendrá responsabilididad sobre el resto del dinero invertido si los activos comprados resultan insolventes.

Con todo ello queremos decir que si pensamos en una inversión especulativa de alto riesgo, quizá ha llegado el momento de comprar acciones de grandes bancos norteamericanos que se van a beneficiar de un plan de rescate pseudo-privado, pero que utilizarán casi a fondo perdido ingentes recursos públicos que alejan definitivamente el riesgo de bancarrota. Es posible que sigamos viendo ampliaciones de capital que lastren indefinidamente la cotización de algunas acciones del sector financiero. Pero también es lógico pensar que el riesgo de que nuestra inversión ya no es el de que la acción se vaya a cero, sino de que quede minusvaluada durante años. En cambio el potencial de subida en el caso de que los activos tóxicos se vendan a un buen postor, real o artificialmente, está ahí, más que nunca en la corta historia de esta crisis financiera. Y recordemos que el fondo de comercio de la gran banca norteamericana ("conjunto de elementos intangibles o inmateriales de la empresa que impliquen valor para ésta"), sigue siendo único entre los que podamos encontrar en valores cotizados. Y ese plan de rescate tan especial es un elemento intangible de órdago, y no el único.

Hace tan sólo seis meses, el suelo se desvaneció bajo los pies del sistema bancario mundial. Y hoy vuelven a pisar algo que, aunque lejos de ser firme, puede hacernos pensar en ese sector para nuestras inversiones más especulativas. Pero cuidado, sólo en EE.UU. y/o para aquellas entidades cuyos Estados cumplan con los requisitos citados más arriba.

En cuanto a las emisiones de RF de esas mismas entidades, si las hay, las dudas siguen en pie. Pero eso merecería otro artículo.

miércoles, 22 de abril de 2009

Boquerones Fritos (VIII)

Nos complace mucho recibir cada día más aportaciones de lectores que consideramos que merecen ser publicadas como artículos. Lamentamos no poder publicar algunas que también son de mucha calidad pero que por temática o bien por acumulación debemos descartar. Muchas gracias a todos.

Esta vez os copiamos una reflexión sincera de un profesional del sector financiero que es plenamente consciente, según sus propias palabras, de que: "La visión parecida que tenemos (él mismo y CFO) es incómoda para gran parte del sector". Toda una lección de lucidez en un mundo corporativista de profesionales, que sin embargo no dudan en apuñalarse mutuamente por la espalda a cambio de dinero y/o de un peldaño más en su carrera profesional.
Desde que conocí su página web y su blog he mantenido cierta inquietud por seguir leyéndoles e interés por conocerles. Creo que lo que más me ha llamado la atención con respecto a otras páginas, no ya de banca privada sino de “family office”, son leer algunos planteamientos más cercanos quizás a la sociología que a los ya conocidos discursos habituales. Y es que no debemos olvidar que estamos hablando de seres humanos, que además, tienen un patrimonio y requieren ayuda de algún profesional porque consideran que en esa materia la persona-entidad a la que se dirigen saben más que ellos, o necesitan delegar porque el tiempo no es ilimitado y se ha de priorizar.



Utilizando el artículo pasado sobre consignas bancarias me gustaría hacer algunos comentarios y reflexiones. Me identifico básicamente con su opinión pero fue interesante ver la crítica razonable de DJ y posterior contestación.

No es fácil ir contra el sistema, creo firmemente en el tu ganas, yo gano, ganemos todos, pero también es excesivamente común el yo gano, yo gano... Desde años atrás, antes de terminar la carrera ya consideraba al sector financiero un “maravilloso” destructor de patrimonios, pero por descarte de lo que uno no quiere hacer y también por gusto, acabe en él y de alguna manera no he conseguido dejarlo. Mi visión de la vida y de las personas, algo ingenua, idealista y un tanto altruista, así como mi constante inquietud me ha impedido moverme sin crítica (constructiva) hacía el sector financiero y otros.




Nos movemos en sociedad, empresa, política, entre lo legal y lo no legal. Si permanecemos en la primera opción, aparentemente todo parece correcto y si además te forras, adicionalmente eres muy listo. Legal es, vender un producto muy ilíquido como un plan de pensiones sin una planificación y estudio adecuado, eso sí, con el reclamo de un estupendo juego de sartenes. Legal es, poder suscribir fondos internacionales con una comisión de entrada del 5%, si el folleto así lo contempla. (Aquí ya estamos hablando de alta Banca Privada). En este caso, ilegal sería robar directamente al cliente pero creo que sería un comportamiento más honesto por parte del “asesor”.

Ser un idealista, purista del sector financiero y estricto con ciertos principios, créanme si les digo que no es nada fácil, a mí hacerlo, me supuso un coste personal y profesional importante, pero ya sabemos que se aprende y se crece más con los malos momentos.




Creo que tampoco es la clave y la diferencia, trabajar para un banco versus asesor independiente. He conocido muy buenos profesionales ligados a entidad y también he trabajado cerca de banqueros privados independientes que tenían libertad de acción, y de los cuales no dudo esfuerzo y capacidad de trabajo diario, pero a los que no me hubiese atrevido a confiar a nadie ni un porcentaje mínimo de su patrimonio. Eso sí, gracias a estos incautos clientes las cantidades que ganaban algunos de estos asesores eran ordinarias. En fin, profesionales con éxito, no?. A mí no me lo parecen, y es que la diferencia y ahora más que nunca la marcan las personas. Estamos ante una situación económica global crítica y compleja pero una parte de ella, al menos a lo que el sector financiero e inmobiliario se refiere, es una crisis que tiene su origen en la falta de responsabilidad e integridad, en la codicia, en el acceso al dinero fácil y rápido…

Creo que la Banca Privada tiene una oportunidad única de reformarse, las ventas de humo habituales deben dejar de serlo, además de ser necesario un cambio en la manera de trabajar. Se empieza hablar hasta en conferencias de banca privada de clientes. Suena bien, pero también sé que se siguen manteniendo las tradicionales prácticas de colocación, búsquedas de altos márgenes y beneficios en el corto plazo.
Como concepto es interesante, y desde luego creo que le acompañaría bien palabras como criterio, sentido común, integridad, compromiso, responsabilidad. Realmente es algo bueno a aplicar a la profesión, útil para construir las recetas de estrategias de inversión que nos comentan y también para el día a día personal. A esto, le añadiría para terminar de dar valor, o al menos intentarlo, saber manejar la psicología del cliente, la nuestra y la del propio mercado. Y es que tener el CFA, CAIA, EFA y 7 master en finanzas y mercados financieros está muy bien, pero una vez que conoces a los actores del mercado la forma de dar valor al cliente creo que está más cercana a la psicología que a la técnica.



Realmente confío que con el golpe que ha dado el “tsunami financiero” se produzca ciertos cambios, por lo pronto, una cura de humildad y de prudencia. No nos engañemos, son muchas las víctimas de la banca privada. Seguro que más de un empresario que lo único que ha hecho es trabajar toda su vida, ha visto como su Tir del 12% que sacaba con sus “hortalizas”, se veía reducida radicalmente por unos tipos con corbatas y gemelos a juego, que hablaban con anglicismos y cierta soberbia porque eran bastante más importantes que este honrado señor, al fin al cabo, ellos trabajaban en “private banking”. Con todo, estos, igual tenían canas, porque también está la versión más joven que con aire de suficiencia y sin rubor alguno, mal gestionan el patrimonio de sus clientes bajo la confianza de una carrera, un master, una autoestima alta y cierta arrogancia, además de tener unos superiores que lo fomentan.




Y esto es banca privada que es lo que por importe y patrimonio han experimentado más sus clientes, pero no hay que olvidarse nunca de aquellos otros que andan por banca personal, comercial…y es que para cada individuo su importe es importante, 50.000 € o menos para uno puede ser el 100% de su patrimonio y exige el mismo respeto, rigor y seriedad que 5.000.000 € que puede ser el 10% de otro o su 100%.
Pero no quiero que mi visión resulte negativa, tan solo quería acompañarles en su reflexión y sentirme quizás a la vez acompañado. Aprecio mucho la vida y a las personas y por ello quiero ser ante todo optimista, pero creo que la responsabilidad, solidaridad, integridad, respeto, sentido común y buena educación se descuida más de lo deseable en muchos estamentos de la sociedad, y personas grises y destructivas en demasiadas ocasiones mantienen un papel excesivamente protagonista en la forma y en el tiempo.
Reciban un cordial saludo y enhorabuena por su blog.

RM

Sólo me cabe añadir que no debemos confundir patrimonio con dinero en efectivo. Y que la banca privada difícilmente se va a ocupar de nuestro patrimonio no dinerario (ni siquiera algunos pseudo-family offices). Si nos ocupamos exclusivamente de las inversiones mobiliarias podemos hacer añicos nuestro patrimonio y el de nuestros herederos descuidando el patrimonio inmobiliario y empresarial. Y que un excelente empresario suele ser un mal gestor de su propio patrimonio.

Nos enorgullece enormemente que nuestro humilde blog sea capaz de generar este tipo de reflexiones por parte de profesionales como RM que abandonaron en su día el camino fácil para seguir el camino correcto. Su éxito, y no otro, es el verdadero.

P.D. La cantidad de videos en youtube sobre banqueros es enorme y sólo hemos realizado una pequeña selección. Nos perdáis el 1er sketch de Monty Python.

lunes, 20 de abril de 2009

Sólo sé que no sé nada.

Ante los discursos y discusiones en las que casi todo el mundo se ve capaz de meter baza, incluso políticos pseudo-financieros, creo que será saludable compartir con todos vosotros un ejercicio de humildad y realismo ante la situación financiera futura.

Reconocer que, en el sistema conocido, el reequilibrio de la fórmula cuantitativa: mv=pq (os recomiendo leer antes este artículo a los que no lo hicieron) puede venir por distintas vías es algo racional y honesto. También lo es aceptar que la creación de dinero en circulación y aumento de M1 puede ser insuficiente para dicho reequilibrio, pero que también puede ser excesivo. Y la incertidumbre aún es mayor si reconocemos que se están aplicando a la fórmula medidas políticas, financieras y monetarias jamás vistas, y por lo tanto de consecuencias previsiblemente imprevisibles. E incluso también deberíamos tener en cuenta que los cambios sistémicos que venimos realizando, la mayoría de ellos sin más opción o ni siquiera sin una conciencia clara de lo que va aconteciendo ni de su trascendencia, pueden suponer el dejar atrás modelos como el esencial y matemático mv=pq. ¿En favor de qué? Dios y/o la Humanidad dirá.

Los rescates masivos, el apalancamiento absurdo y letal del que venimos (y en el que aún estamos y estaremos durante mucho tiempo) y la crisis global galopante, hacen que la única posible salida realista a corto plazo ante el colapso sistémico sea el aumento de m, y que a la vez se crucen los dedos para que se recupere v a base de una confianza basada en nuestra memoria de pez.

Pero aún así, la duda que corroe todos los discursos y discusiones financiero-intelectuales en la actualidad, es si dichos movimientos van a hacer que p siga en deflación o por el contrario veamos en pocos años una hiperinflación casi apocalíptica. De hecho muchos ya descuentan este aumento de precios inminente y dan por hecho que la deflación tiene los días contados. Paradójicamente, quizá la q sea la variable que menos capacidad de manipular tenga el ser humano por parte de sus dirigentes, aunque dependa absolutamente de nosotros a nivel colectivo.

Si a pesar de la crisis los decrecimientos macroeconómicos se estabilizan, y además la velocidad de circulación se mantiene, obviamente un incremento de masa monetaria crearía inflación. Pero el mismo incremento de masa monetaria podría seguir en un entorno deflacionario si productividad y velocidad de circulación de riqueza siguen en precario. ¿Por qué podrían seguir en precario? Pues por una profundización de una crisis que dinamita la confianza y retrae el consumo, a la vez que castiga cruelmente los PIBs. No olvidemos que la tabla de salvación del crecimiento económico mundial, los países emergentes, sufre también graves problemas. Por ejemplo, el crecimiento de China en el último trimestre del 6,1% está exagerado por una deflación calculada en un 2,3%, lo cual deja el crecimiento real en un moderado 3,8%. Y no olvidemos tampoco la obviedad de que el aumento de m puede darse en mayor o menor medida, y que la mesura con la que cuantificar la abundancia o escasez en la creación de dinero en circulación, no tiene referente alguno. Asegurar una inminente hiperinflación es tan imprudente como asegurar que en un bosque incendiado, la actuación inminente de los bomberos (aumento de m) no sólo apague el fuego sino que vaya a producir graves inundaciones en el entorno (aumento de p). Sin saber la cantidad de agua que van a utilizar, sin tener en cuenta ni la sequedad, ni el viento, ni la lluvia que pueda caer, etc. Es decir ni el resto de variables de la fórmula ni los complejísimos imponderables globales que jugarán un papel determinante en la evolución de la economía global en el futuro.

Simplemente nos parece un escenario posible pero sin ninguna seguridad. Ante un escenario tan incierto y en un terreno tan desconocido en el que nos estamos abriendo paso hacia un nuevo Sistema, no debemos asegurar una próxima hiperinflación como consecuencia del aumento de M1, ya que las variables en descenso de mv=pq pueden compensar perfectamente un aumento de dinero en circulación que, por otra parte, nadie está en condiciones de cuantificar ni de situar en el tiempo.

Ni siquiera podemos estar seguros de que mv=pq vaya a ser la ecuación que rija un nuevo Sistema al que nos dirijimos sin ni tan siquiera ser conscientes de ello. Y no hay otro camino que abandonar un sistema que está quebrado, caminando hacia rumbo desconocido con unas alforjas repletas de teorías económicas expansionistas que quizá no nos sirvan allá a donde vamos. O sí, pero quizá con revisiones profundas.

Nuestro patrimonio puede sobrevivir y crecer perfectamente en deflación, y a la vez prepararnos ante una posible hiperinflación a corto plazo que quizá jamás lleguemos a ver. Deflación, inflación... sólo sé que no sé nada.

martes, 14 de abril de 2009

Siempre nos quedará Dubai.

Curiosa ciudad, sin duda. Un oasis entre desierto y mar, entre tradición y vicio, entre negocio y ocio. Un lugar donde casi todo está por hacer, pero donde hay dinero para hacerlo.

El batacazo en la burbuja inmobiliaria está siendo de órdago, y las oficinas y las viviendas a 20.000 $/m2 son ya cada día más unas raras avis. No son ajenos a la crisis, en absoluto, pero existe un hecho que les distingue: Los Emiratos Árabes Unidos (EAU) son un Estado rico en medio de una cascada incipiente de bancarrotas estatales. Y ese hecho diferenciador puede ser vital si esta crisis global se alarga en el tiempo, como es previsible.

De hecho, Dubai no tiene petróleo (o tiene muy poco) y su riqueza proviene de la capital Abu Dhabi, otro de los siete emiratos que conforman el país. La pregunta es ¿por qué no se ha diseñado el crecimiento y el boom de Dubai en la propia capital Abu Dhabi, si es este emirato el que corre con todos los gastos? La respuesta es religiosa. Tanto la capital como el resto del país quieren mantenerse al margen de la lujuria y desmelene de Dubai. Se pretende limitar el consumo generalizado de alcohol y la relajación casi absoluta de las costumbres y prohibiciones religiosas a esa ciudad sin ley (islámica): Dubai. Sólo falta el juego para superar cada día más a Las Vegas.

Pero volviendo a la afectación por la crisis de la ciudad con más desarrollo reciente del planeta, diremos que tener un Estado rico tras de sí, es una gran diferencia cualitativa para afrontar los próximos años. Es cierto que han quedado muchos proyectos congelados indefinidamente, que los próximos 5 años el crecimiento de Dubai tendrá muy poco que ver con el crecimiento del último lustro. Pero la construcción de las infraestructuras previstas gozarán de la mejor salud en estos años de crisis, y eso ayudará y mucho a Dubai a superar la presente depresión global. El Estado no quebrará, incluso en el caso de que tuviera que rescatar a los bancos de su país. Su déficit público no ha lugar porque jamás estuvo equilibrado a base de impuestos a la sociedad, sino que su riqueza proviene de los ingentes recursos naturales en forma de crudo y gas natural. Por lo tanto, la Sociedad sufrirá pero no arrastrará consigo al Estado, sino más bien al contrario.

No estamos diciendo que la inversión inmobiliaria en Dubai sea una buena manera de blindar nuestro patrimonio, en absoluto. Pero quizá, como inversión especulativa, Dubai tenga un valor añadido en el futuro, cuando los precios hayan caído hasta niveles más razonables. Porque mientras estemos en el tunel de esta crisis, en Dubai se seguirán construyendo todas las estructuras necesarias para que, cuando salgamos de dicho tunel, la ciudad esté en una situación aún más privilegiada respecto al resto.

Y es que esta crisis está arruinando a muchos Estados que se verán más y más incapaces de, ni tan siquiera, mantener las infraestructuras de sus respectivos países en la medida en que la depresión se prolongue en el tiempo. Es impensable diseñar un plan de crecimiento significativo en tiempos en que las arcas de los Estados están como un colador. Impensable para todos salvo alguna excepción como Dubai, con un Estado a sus espaldas como los EAU, con una decisión política firme y clara, a pesar de una crisis que afecta sólo a los Estados que viven de los impuestos, o sea la inmensa mayoría.

Si el futuro va a ser de oriente, un paraíso a medio camino entre oriente y occidente tiene muchos números de convertirse en un centro vacacional, de ocio y de negocio de referencia mundial. Justo en el corazón de un oriente próximo opulente y extremadamente rico mientras el mundo se mueva con combustibles fósiles.

Cuando despertemos de la pesadilla de la depresión, el escenario global será dantesco excepto en algunos puntos del planeta donde el milagro del crecimiento económico habrá seguido su curso contra natura, a base de petrodólares. De ellos será el futuro especulativo.

sábado, 11 de abril de 2009

RF vs RV.

Sorprenderá a muchos constatar que durante numerosos periodos y durante mucho tiempo hemos vivido décadas en que los rendimientos de las bolsas no han superado a los rendimientos de bonos. Es importante remarcar que no estamos diciendo que sea más rentable invertir en bonos que en acciones, ni tampoco lo contrario, ya que depende básicamente del ciclo que nos haya tocado vivir como inversores. Y debemos recordar que nuestra vida como inversores es corta respecto a los gráficos a largo plazo que pueden emborrachar nuestros sentidos. La capacidad de una generación para generar una riqueza susceptible de ser invertida en bolsa o RF suele estar limitada a unas pocas décadas, suponiendo que seamos capaces de poseer activos, seamos constantes y rigurosos, y además disfrutemos de una larga vida para realizar dichas inversiones. En definitiva, que las circunstancias de la mayoría de mortales impiden que se aprovechen los beneficios a largo plazo de unos y otros mercados, salvo excepciones. Otra cosa es la transmisión intergeneracional de carteras, que suele ser infrecuente y sólo relativamente habitual en enormes patrimonios.

En el siguiente gráfico vemos el comportamiento relativo acumulado de las acciones respecto los bonos en los últimos 207 años. Veremos marcados en lineas horizontales los periodos en que las que las bolsas no superaron su anterior High Water Mark.

También debemos analizar periodos determinados que nos sorprenden más que la simple vista del gráfico. De hecho la vida inversora no es más que pequeños segmentos de gráficos a muy largo muy plazo como éste. Cualquier inversor que hubiera entrado en el mercado de S&P500 entre 1980 y el 2008, y hasta Enero 2009, habría obtenido peores resultados que si hubiera invertido en el bono del tesoro americano a 20 años (20Y T-Bond) también respecto a Enero de 2009. Sorprendente, ¿verdad? Pues aún hay más. Si nos remontamos 40 años atrás, desde 1969, los inversores en bonos a 20 años todavía superarían a los de bolsa hasta el pasado Enero 2009 (y eso que los bonos sufrieron una época muy mala durante los años 70).

Como observamos en el gráfico, de los 207 años históricos tenemos 3 largos periodos en que la inversión en bolsa no bate la del 20-Y Bond: 1803-71, 1929-49 y 1968-Enero 2009. En total 129 años sobre 207. Espectacular. Por tanto, estadísticamente, ha sido muy probable que durante la vida inversora de nuestros antepasados y la nuestra, hayamos coincidido al menos parcialmente con periodos en que la RV no haya batido la RF. El interés compuesto hace verdaderos milagros a largo plazo, y aunque nuestra memoria sea corta y selectiva, la historia está llena de largos periodos de mercados, cuando menos, flat.

¿Dónde nos encontramos en estos momentos? Nadie lo sabe, pero lo cierto es que venimos de unos excesos burbujiles en bolsa que han provocado una situación de desplome que no sabemos cuando tocará fondo. Por supuesto, un crack como el actual, suele conllevar rebotes y el embrión de nuevos rallyes donde la inversión en RF queda claramente superada. Por lo tanto no quisiera que se interpretase este artículo como una defensa de un tipo de inversión respecto la otra, en absoluto. Sólo la constatación de algunos datos que nos han sorprendido y que no tienen por qué darse en nuestra vida inversora (que por otra parte, tampoco sabemos cuanto durará). Además, como siempre decimos, estamos ante un escenario de quiebra del sistema que traerá un nuevo mundo inversor, donde posiblemente poco nos ayuden los gráficos de los últimos 207 años. Además parece razonable pensar que escarmentemos en un futuro próximo respecto a los excesos y burbujas de las bolsas de los últimos 50 años, en los que el mundo no ha parado de expansionarse e inventar nuevas formas de generar crédito, ingeniería financiera y riqueza virtual.

Para acabar os diré que todos estos datos debemos manejarlos teniendo en cuenta que la prima de riesgo que se suele exigir a la inversión en bolsa es que supere en un 5% al rendimiento del bono a 20 años. También debemos tener en cuenta que el repunte desde Enero 2009 (fecha final del gráfico) hasta hoy mejora mucho los resultados de la inversión en bolsa. Y por último que tampoco se han contemplado los rendimientos vía dividendo de la inversión en RV.

Tampoco me resisto a recordaros que la progresión patrimonial a largo dependerá en gran medida del comportamiento que seamos capaces de obtener en nuestros activos inmobiliarios y corporativos, ya que la progresión financiera no es más que una parte, habitual y lamentablemente minoritaria en estos tiempos, de nuestro patrimonio total.

miércoles, 8 de abril de 2009

Orientarse en el Caos (II).

(Continuación del artículo anterior)

Pero ¿qué puede hacer el ciudadano de a pie en este dramático y a la vez apasionante proceso? Como tú bien dices, DJ, deberíamos intentar en la medida de nuestras posibilidades ser parte activa y no pasiva en este escenario. Opinando, actuando a nuestra escala. Y lógicamente intentando mantener nuestro patrimonio al márgen de pérdidas de valor. Estando muy atentos para poder beneficiarnos de alguna oportunidad, que pasará ante nuestros ojos mimetizada como nunca entre las noticias y acontecimientos nefastos del día a día. Si mantenemos nuestra cabeza y nuestro patrimonio fríos, al márgen de pérdidas y ajenos al estrés de la afectación negativa, estaremos en la mejor disposición para diseñar y aplicar la estrategia más conveniente en cada momento. Vamos a necesitar estar libres de las minusvalías que están afectando al 99,9% de patrimonios, tanto en inmuebles, como en empresa o en inversiones financieras. Sólo así podremos mantener la capacidad óptima de análisis que necesitaremos para procesar unos acontecimientos que jamás habíamos imaginado y a la vez encontar algún diamante entre la arena. Y sólo así podremos también paliar los cuatro problemas que citas en tu artículo: Falta de objetivos claros, de perspectiva, y ausencia de rigor y espíritu crítico.

Llegados a este punto podemos equivocarnos una y otra vez. Algunos tendrán mayor acierto y/o suerte que otros, pero si hemos partido de una base en la que nuestro patrimonio queda al margen de las minusvalías que sufren día a día la mayoría, si conseguimos pertenecer a ese 0,1% de patrimonios que tienen liquidez y no sufren pérdidas de valor en sus activos empresariales ni en los inmobiliarios, estaremos en una situación muy privilegiada para afrontar esta Nueva Era. Si por el contrario sufrimos el sedentarismo patrimonial, análisis estratégicos erróneos, y perdemos valor en inmuebles, empresas y también en nuestras inversiones financieras, posiblemente no sobrevivamos (patrimonialmente) para poder gestionar nuestros activos con unas nuevas reglas de juego y un nuevo tablero.

Antes de que alguien lo pregunte, recordaré que la receta para mantener un patrimonio al margen de las pérdidas inmobiliarias, financieras y empresariales deberá diseñarse a medida de cada familia. No obstante podemos mencionar que el sentido común nos dice que debería evitarse la tenencia de inmuebles en mercados como el español, la de empresas endeudadas y/o con escasa ventajas competitivas en este entorno de crisis, o la asunción de riesgos financieros que pueda derivar en pérdidas significativas. Esto es fácil de decir pero de ardua y compleja ejecución.


En la mayoría de casos es un proceso de muchos meses, pero que debería haberse iniciado ya desde hace año y medio, cuando el sistema financiero mundial crujió como nunca y cuando las pérdidas eran más asumibles. Fijaos en las fechas de los artículos en los que advertimos desequilibrios nunca vistos; o cuando denunciamos el hundimiento inmobiliario; o incluso cuando la bolsa sufrió sus primeras convulsiones que popularizaban el grave estado de salud del Sistema que muchos de nosotros ya empezamos a conocer desde el verano del 2007. Dices que no conoces a nadie a quien la crisis no le haya pasado factura, que haya conseguido mantenerse al margen de minusvalías patrimoniales. Te diré que la mayoría de nuestros clientes lo han conseguido o están en proceso de ello, sin embargo una minoría sólo lo han conseguido parcialmente debido a la especificidad del patrimonio o a la falta de decisión, agilidad y determinación para adaptar sus activos a las necesidades del momento. Pero es totalmente cierto que estos clientes de CFO suponen una excepción y que la mayoría de mortales siguen deambulando como zombis, perdiendo valor patrimonial sin ni siquiera ser muy conscientes de ello. Desde este blog intentamos abrir los ojos a aquellos que no nos conocen personalmente, y lo venimos haciendo con un bagaje de más de 250 artículos escritos desde unos meses antes de que se evidenciara la crisis de crédito y se popularizaran términos como subprime, titulización, CDS y un larguísimo etc. Pienso sinceramente que es muy interesante releer lo que publicábamos a medida que el sistema se iba desmoronando.

Lo que comentas de contabilizar las economías domésticas como si de una empresa se tratara es muy parecido a lo que hacemos con los patrimonios y sus respectivos Balances Vitales. Herramienta básica para determinar las necesidades y estrategias a seguir por un patrimonio para crecer a largo plazo y para satisfacer a sus propietarios.

Creo que este artículo complementa convenientemente el anterior dentro de la responsabilidad debida de un artículo que es publicado. Si alguien desea profundizar más en algún tema en concreto, ya sabe que puede contactar vía correo electrónico y realizar cualquier consulta. Espero que nuestros artículos sirvan de orientación en medio del caos del que ya hablábamos hace dos Navidades. Y que se encuentre en ellos ideas y reflexiones útiles para analizar el mundo económico, evitar pérdidas patrimoniales y orientarse en el caos desde la perspectiva del Big Picture y a largo plazo. Incluso en tiempos convulsos la gestión patrimonial no es cómo empieza sino cómo acaba.

lunes, 6 de abril de 2009

Orientarse en el Caos (I).

Nota: Debido a la extensión de este artículo, lo publicaremos en dos partes.

En respuesta al anterior artículo de Boquerones Fritos (VII), comenzaremos diciendo, DJ, que en tu comentario haces reflexiones que sería muy interesante plantearse desde el escepticismo más absoluto. Me explico: Hablas de "solucionar el problema". Y cabría preguntarse si queremos solucionarlo volviendo a nuestro orígen de lujuria crediticia, de financos e inversópatas jugando a ganar sin producir. Quizá lo más aséptico sea seguir y sufrir con mucha atención la quiebra del sistema. No digo que deba ser así, sólo que no tengo tan claro que nos convenga una solución que nos devuelva al bienestar virtual de donde venimos, una solución de ilusionista, de píldora azul.

Pensando en el absurdo de que debiéramos aconsejar a algún gobierno o al mismísimo G-20, lógicamente no sabríamos por dónde empezar. La protección de un patrimonio en el momento actual es un juego de niños en comparación con la solución que nos pides. Probablemente tan sólo podríamos intentar diagnosticar la situación desde nuestra perspectiva y experiencia personal. En ese intento por determinar dónde estamos y a qué nos enfrentaremos te diré que deberíamos olvidarnos del mundo que conocemos. Estoy convencido de que no hay vuelta atrás y de que hemos abandonado definitivamente el modelo financiero conocido. ¿Qué haríamos y qué recomendaríamos? ¿Para qué? ¿Para volver a algo que se ha demostrado insostenible y temerariamente irreal? Sinceramente no tengo claro cuál sería el objetivo de nuestro asesoramiento surrealista a un G20 que debería liderar el futuro. Intuyo que nuestro consejo debería contribuír a crear y a sumar en un Sistema mejor que el conocido, pero no debería pretender encontrar el camino de vuelta, entre otros motivos, porque probablemente no exista.

Seguramente será inevitable una gran dosis de sufrimiento social en una latitud tan poco habituada a ello como el mismísimo Occidente. También comentas que quizá no queramos explicar con detalle nuestra opinión respecto a lo que nos espera y, a pesar de que mayoritariamente venimos explicándola artículo tras artículo en los 250 que ya hemos publicado en los últimos 2 años, en parte es así. Pero no por evitar compartir gratuitamente nuestra opinión al respecto, nada más lejos. Sino porque quizá diríamos cosas que no sería responsable publicar en un medio que, aunque modesto, tiene cierto alcance. Nuestros clientes, tanto los que pagan como los que atendemos gratuitamente, saben cuál es nuestra opinión exhaustiva sobre el escenario actual y las propuestas de futuro detalladas y adaptadas para cada uno de ellos. Y también debo decir que, como no puede ser de otro modo, no todos comparten nuestra visión de la situación que nos está tocando vivir ni de las perspectivas de futuro.

El deterioro del Sistema evoluciona a velocidad de crucero, con unas inercias de petrolero que hacen que a la mayoría les pase inadvertida la irreversibilidad del colapso del sistema financiero conocido. En el mejor de los casos retrocederemos muchas décadas en la riqueza creada. Y quizá sea precisamente porque sólo aparentaba estar creada y en realidad estaba simulada por un apalancamiento basado exclusivamente en el beneficio unigeneracional.

El órden cronológico viene siendo el siguiente: Colapso del sistema bancario propiciado por una burbuja crediticia en cuyo interior se encontraba otra burbuja inmobiliaria (USA y algunos países europeos y asiáticos). Para evitar este colapso bancario los Estados decidieron que Lehman Brothers sería el último y único gran cadáver que el Sistema se podía permitir. Por tanto las finanzas de los Estados se han puesto al servicio del rescate del sistema bancario. Hoy estamos en el proceso de colapso de los Estados con menor capacidad de aguante, tanto para el rescate de sus entidades como para la propia resistencia al desplome de sus cifras macroeconómicas (paro, PIB, morosidad, delincuencia y disturbios sociales, etc.) Entre estos primeros países que quiebran, los hay con y sin divisa propia con la que intentar paliar sus situaciones extremas. Algunos ya vienen siendo mantenidos a flote por Estados o supra-Estados cercanos que no pueden permitirse que sus vecinos estallen por los aires. Pero la cuenta atrás es inexorable para los más débiles y también para los que fueron más imprudentes y menos rigurosos durante los años dorados que acabamos de enterrar hace menos de dos años.

Posteriormente vendrán también las urgencias extremas de los Estados con mayor aguante. Y de ahí, dependiendo de la suerte que hayan corrido los más débiles, debe surgir la semilla del nuevo Sistema. Quizá sencillamente porque más allá de los Estados llamados primeras potencias no hay nada más, fin de trayecto, game over. Por eso será el momento determinante de la creación del nuevo Sistema. Las incógnitas son tantas y tan importantes que se nos hace imposible predecir con cierta consistencia las directrices que pueden regir este nuevo sistema. No obstante parece lógico pensar que Oriente en general y China e India en particular tendrán mucho que decir en el Nuevo Orden Económico Mundial que veremos en pocos años. También el medio oriente petrolífero, al menos mientras el mundo sea dependiente de los combustibles fósiles.

(Continuará en el siguiente artículo...)

sábado, 4 de abril de 2009

Boquerones Fritos (VII).

A continuación os copio el comentario que nos ha enviado DJ sobre el artículo Changes. Creo que hace unas reflexiones muy interesantes que merecen ser leídas y comentadas en forma de post. Como siempre, será interesantísimo leer vuestros comentarios al respecto, y en el próximo artículo podréis leer nuestros comentarios al respecto:

"Nos habéis vuelto a hablar del problema, pero no de la solución ni de la estrategia para conseguirla. Imaginad por un momento que el Gobierno del Reino de España, o el G-20, recurriera a vuestros servicios como Family Office para solucionar esta crisis y lo que se avecina (el futuro) y pensad en el diagnóstico de la situación que haríais y lo qué le recomendaríais (otra cosa es que nos lo queráis decir).

Los problemas nunca se resuelven solos y ese es quizás el problema que tenemos aquí, que esperamos a que alguien distinto a nosotros haga o diga algo, que esperamos a que las cosas se hagan solas sin pensar casi en la iniciativa individual o colectiva. Como decía la canción: “vamos a pasar a la acción”.

Lo de proteger el patrimonio, ya parece más una posibilidad teórica que algo factible, al menos de forma absoluta y universal. De hecho, no conozco a nadie, pero a nadie, al que la crisis, esta crisis aún inacabada, no le haya pasado factura, ni siquiera a los que, en teoría, asumían un nivel de riesgo bajo o teóricamente nulo. Bien es cierto que a unos les ha ido mejor que a otros, aunque habría que estudiar si ha sido fruto de la casualidad, como en algunos casos en tiempos de bonanza, o fruto de un buen plan estratégico y del trabajo bien hecho.

El problema que presentan las economías domésticas, por lo general, es que no suelen llevar un registro contable de sus operaciones económicas ni realizan una valoración global de su patrimonio al cierre de cada ejercicio, como si de una empresa se tratara. Si así fuera, creo que tendríamos motivos para preocuparnos más de lo que lo estamos, de ahí que este hecho sirva de justificación, a mi juicio infundada, para no realizar un análisis de la situación patrimonial a lo largo del tiempo en muchas economías domésticas que viven al día, y así les ha ido en la mayor parte de los casos. ¿Qué fue de ellos después? Borrón y cuenta nueva, y volver a empezar.

Leyendo la prensa y algunos blogs esta semana, me he podido encontrar con visiones y puntos de vista tan contradictorios, que van del mayor optimismo al mayor pesimismo, que casi que vale la pena dejarlos a un lado y reflexionar de forma independiente sobre la crisis. Y lo peor de todo es que casi todos los que escriben lo hacen desde una perspectiva de muy corto plazo, en algunos casos tan corto, que mañana dirán lo contrario de lo que han dicho hoy, sin que muchos de sus lectores se den cuenta porque pecan de lo mismo, de una falta de perspectiva a medio o largo plazo, de mirar más al pasado que al presente o al futuro, de una falta de anticipación y de estrategia de medio o largo plazo y, en definitiva, de falta de previsión, quedando a expensas de lo que los analistas, los medios y los políticos les digan. Tampoco tendríamos que olvidar a todos aquellos que, en lugar de analizar la realidad, lo que buscan es vendernos algo (producto, servicio, teoría, entre otros), pero que lo adornan y nos lo muestran como si de una noticia se tratara.

Al menos, destacaría cuatro problemas, que afectan más a unos que a otros pero que están ahí, tienen solución (voluntad, acción) y que son: inexistencia de objetivos claros, falta de perspectiva, falta de rigor y falta de espíritu crítico. Sólo es mi opinión."

DJ

miércoles, 1 de abril de 2009

Un inmigrante, una vivienda.

Que los EE.UU. tienen un grave problema inmobiliario es un hecho. Un problema mayor que el de Europa en su conjunto. Pero la situación de España e Irlanda, con sus respectuvas burbujas inmobiliarias es, cuando menos, comparable. El hundimiento de precios es necesario, pero si consiguiéramos recortar el periodo de caídas y acelerar la reactivación de la demanda unos añitos, toda la economía de estos países con graves colapsos inmobiliarios mejoraría. Y con ello se conseguirían convertir los daños colaterales del desplome del sector, en beneficios colaterales que contribuirían espectacularmente a reducir los años de depresión económca que nos esperan a todos, especialmente a los más afectados por el colapso inmobiliario.

Pero ¿cómo podemos reactivar un sector que adolece de depresión y parece condenado a retorcerse en el fango durante muchos años? Pues por ejemplo aplicando soluciones radicales y sin embargo imaginativas, como por ejemplo la que plantean LeFrac y Schilling. Es decir, imponiendo condiciones a los inmigrantes que soliciten la residencia a los EE.UU.

Los EE.UU. autorizan un millón de nuevos ciudadanos norteamericanos cada año. Si esos permisos de residencia se otorgaran con la condición de comprar una vivienda en propiedad, muchos inmigrantes lo aceptarían gustosos. Se trataría de hacer un upgrade en el nivel económico de los inmigrantes a los que se les otorga la ciudadanía de los EE.UU. ¿Cuántas familias en todo el mundo aceptarían cambiar de vida y buscar su futuro en los USA, a cambio de comprarse una casa? Como contrapartida a su esfuerzo económico, esas familias tendrían su Green Card provisional y, pongamos en cinco años, una residencia definitiva en la primera potencia mundial y fábrica de sueños del planeta. Lógicamente, esos inmigrantes deberían acreditar buen comportamiento y solvencia ganándose la vida lo suficiente para sus familias. Pero recordemos que la vivienda ya la tendrían pagada y por lo tanto sólo deberían ganar lo mínimo para subsistir, pagar sus impuestos, gastos generales y seguros médicos. Inmigrantes del mundo entero harían cola para comprar sus viviendas en California o Florida. Y no olvidemos que hoy en día una familia de inmigrantes tendría una casa más que digna por tan sólo 100.000'- o 125.000'- $.

Imaginemos lo que le ocurriría a la economía de los EE.UU. si cada año se invirtieran en el país 125.000 millones de $ procedentes del extranjero. Y no sólo hablamos del precio de compra sino de los muebles, los coches y en general el consumo que generaría ese millón de familias inmigrantes con un poder adquisitivo medio. Estamos hablando de reservar la admisión de esa misma cuota de inmigrantes anual a una clase media con un mínimo poder adquisitivo para comprar una vivienda. Sería cambiar un millón de nuevos ciudadanos en los que hay muchos de clase baja, por clase media. Socialmente injusto, sí; económicamente interesante para los EE.UU, también.

Para conseguirlo debería legislarse, regularse, supervisarse y sancionarse meticulosamente, pero el fruto de ese esfuerzo sería espectacular. Quizá estaríamos hablando del motor necesario para volver a hacer crecer la economía de norteamérica y dejar atrás la depresión. Todavía hay muchas familias en el mundo deseosas de establecerse en los EE.UU. dentro de la legalidad, deslumbrados por lo que el American Dream todavía representa. Y no olvidemos que la depresión global actual acentuará ese deseo en millones de personas que verán empobrecer sus países de orígen dramáticamente: Europa del Este, Latinoamérica, Oriente, etc. y que no dudarían en abandonar un orígen sin futuro e ir en busca de un nuevo mundo, con los ahorros de toda la vida.

Y yo me pregunto: ¿No sería eso todavía posible en España? El hecho de poder residir en la UE, en un entorno Schengen, tiene y tendrá mucho valor. Quizá la UE no permitiría que un miembro del sur con problemas aprovechara esa situación, o quizá las fronteras españolas sean más permeables que las norteamericanas. También es posible que, a pesar de obtener la ciudadanía de la UE, el Spanish Dream no sea un incentivo suficiente. Pero el principal impedimento es que en "nuestra California y nuestra Florida", las viviendas no valen 75.000 € (100.000 $).

Será que no estamos tan mal como en los EE.UU... o que estamos peor.