lunes, 17 de diciembre de 2007

Feliz Navidad y próspero Caos Nuevo.

Releyendo nuestro artículo pre-crack estival titulado La Economía mundial y la teoría del caos escrito el 14 de Julio, parece claro visto lo visto a finales de este histórico 2007, que nos encontramos en un momento financiero mundial que constará en los libros de texto de las futuras generaciones de estudiantes de economía. Pero todavía no sabemos si se hará referencia a esta era como la crisis del 2008, 2009 o, quién sabe, la del 2014 por ejemplo.

El Nuevo Orden Mundial tiene más de nuevo y de mundial que de orden. Los ciclos históricos económicos de gran cantidad de sectores han saltado por los aires y casi nada sigue un patrón cíclico al que nos hemos acostumbrado durante muchas décadas. Los timings de burbujas, cracks y ciclos ya no siguen los caminos acelerados respecto al anterior como han ido haciendo en los últimos años. Las reglas del juego del escenario económico mundial han cambiado radicalmente. Aparentemente ni siquiera las hay, pero probablemente sí existan aunque todavía no seamos capaces de identificarlas entre el aparente caos existente.

El petróleo ha dejado de ser cíclico, Fernan2, maestro del crudo, ya lo advierte en diversos artículos que ha ido publicando a lo largo de los últimos meses. También las divisas están convulsas por la irrupción de una segunda moneda de referencia importante (€) donde apoyar el buque insignia de las divisas ($). La globalización del carry trade y la no fluctuación del yuan chino que exporta y crece a ritmos jamás imaginados, hacen el resto. Los EE.UU., en auténtica economía de guerra, extraen petróleo militarmente de Irak y someten la cotización del € a su favor mientras subvencionan sin otra alternativa a morosos y usureros que tambalean el sistema crediticio con sus abusos. Los metales preciosos suben sin tener claro hasta dónde ni por qué, y los bancos caen en bolsa y desconfían unos de otros. No existe una consigna clara para refugiar el dinero con una inflación más que considerable, sobre todo a los españoles a quienes el ladrillo se les desmenuza entre los dedos y el Euribor en forma de hipoteca abusada también les echa la soga al cuello como a muchos hispanos de Norteamérica. ¿Caos o nuevo orden mundial que todavía no somos capaces de concebir y acotar para diseñar las estrategias razonables más adecuadas? El tiempo dirá, de hecho dice día tras día.

Se produjo un importantísimo cambio (como muchos intuimos en aquel momento) a partir de aquel 11-s de 2001, aunque la inercia del gran buque económico global ha tardado unos pocos años en mostrar los primeros indicios de ese cambio de rumbo y escenario mundial. Pero que no cunda el pánico, la capacidad humana para equilibrar y estabilizar la economía mundial históricamente ha podido con todo. Eso sí, se ha llevado por delante muchas y enormes fortunas como por ejemplo las de los infelices que saltaron de los rascacielos de Manhattan a finales de 1929. Pero aunque personalmente considero el panorama actual potencialmente más transcendente que un simple crack bursátil, estoy no obstante convencido de la capacidad global de reequilibrio. Es decir, la globalización tiene un efecto multiplicador para contagiar por ejemplo la crisis subprime pero también incrementa proporcionalmente la capacidad de la economía mundial de reequilibrarse concertadamente. Otra cosa es el reequilibrio geopolítico que los dirigentes del planeta sean capaces de conseguir pero, con el permiso de las religiones, siempre he creído ciegamente en la capacidad humana en los momentos difíciles. De hecho el reequilibrio económico facilitará muchísimo el geopolítico.
En definitiva, la Globalización que nos ha llevado a la situación actual, que no es todavía ningún punto de inflexión (al menos positivo), por nuestra mala cabeza, debe servirnos también para ayudarnos a estabilizar la economía del primer mundo que sienta las bases de nuestro Sistema. Algunos diréis que quizás sea mejor no encontrar esa estabilización y comenzar la fundación de un nuevo sistema más justo y con menos desequilibrios entre el primero, segundo y tercer mundo. No digo que no fuera más justo, pero egoístamente confieso que prefiero el reequilibrio del Sistema capitalista que hasta hoy conocemos por estos lares.

La globalización es a mi entender la clave que ha hecho que los ciclos y escenarios históricamente mínimamente predecibles ya no se puedan repetir tal y como los hemos conocido y estudiado. Estamos sentando una nueva praxis sobre la que se teorizará en el futuro, pero no hoy. Las aguas se volverán a encauzar, pero en otros cauces desconocidos y no por ello menos estables o productivos que los que conocimos antes del 11-s y que ahora empezamos a darnos cuenta de que quedaron definitivamente atrás.

Los cisnes negros nacen grises, y hay que saber apreciarlos en todo su esplendor y rareza. Si toda crisis es una oportunidad, estamos ante la madre de todas las oportunidades. Mantengamos los ojos bien abiertos y que Dios reparta suerte.

Feliz Navidad y próspero Caos Nuevo 2008.

lunes, 10 de diciembre de 2007

El Paciente Americano.

Los EE.UU. están enfermos. No nos referimos a la obesidad crónica mayoritaria de sus habitantes ni a los desequilibrios mentales de los escolares armados que masacran su instituto. Nos referimos a su economía y a su escenario geopolítico: Crisis hipotecaria que incluye la caída en picado de los valores de la banca americana en general, amenaza terrorista islamista en su propio territorio, guerra pseudo-vietnamita en el golfo pérsico, sus enemigos sureños más allá de los castristas se multiplican, amenaza nuclear de integristas apoyados por rusos, etc...

El virus invasor que corre por las venas estadounidenses y que causa ese estado de shock con fiebre altísima y analíticas totalmente descompensadas, procede de países como China, Venezuela, Irak, Rusia, Cuba, Bolivia, Irán y otros que han inoculado un sinfín de patógenos en la economía norteamericana. Sus malos hábitos y el insano abuso crediticio autóctono exportado han hecho el resto. Sus constantes han dejado de serlo, su vida corre peligro y con ello también la supervivencia de las economías occidentales que, por nuestra parte, tratamos de cuidar y salvar la vida de nuestro referente capitalista con todos los recursos de los que disponemos. Europa se ha convertido así en el equipo sanitario en el que se basa la necesaria recuperación de la que fue la mayor y mejor economía mundial durante décadas.

Así es, la mejor y más potente arma de los USA siempre ha sido el puesto núm. 1 en la economía mundial. La locomotora tradicional del capitalismo, a partir de ahora lo va a tener mucho más difícil por la competencia deshonesta china y por el resto de virus inoculados que la han hecho enfermar hasta niveles muy preocupantes para los que dependemos de este cabeza de familia. Somos muchos los médicos y enfermeras que le estamos curando, medicando, alimentando, cuidando y hasta rezando en diversas lenguas y a diversos dioses por su curación. Europa, como otros países del resto del mundo capitalista, está sacrificando su divisa, sus beneficios bancarios y empresariales y todo lo que haga falta para recuperar al paciente americano. Asumiendo el riesgo de contagiarnos de algunos de sus males (o todos) y con la perspectiva de caer enfermos a la vez que la recuperación yankee se produzca. Es posible que en el futuro el paciente deba ejercer de médico y viceversa, pero dudo que una vez repuesto y con bata blanca sacrifique tanto para salvar la vida del paciente europeo aunque sea terminal.

Por el momento la transfusión de todo el mundo a EE.UU., básicamente desde Europa cuyo grupo sanguíneo parece especialmente compatible con el norteamericano, mantiene con vida la economía de ese líder mundial enfermo. Un euro desorbitado que mantiene al dólar en niveles que reanimarían a un muerto, convierte el Plan Marshall de 1947 en simples peanuts devueltos ahora inconscientemente con intereses de usura. Podríamos hablar de altruismo europeo o de instinto de supervivencia, ya que si papá Yankee (el cabeza de familia) muere, el resto de su prole europea lo pasaremos muy pero que muy mal. Lo que nos parece diáfano es que esta transfusión masiva sigue día tras día, al mismo tiempo que las mejillas europeas palidecen y languidecen orgullosísimas de la "fortaleza del euro, moneda de refugio mundial" (sic). Anemia galopante en la que nos vemos inmersos sin posibilidad de maniobra a corto y medio plazo. Quizás la falta de riego sanguíneo a nuestro cerebro (al de arriba) sea una de las causas de que nuestra querida bolsa europea suba y suba ajena a la realidad macroeconómica y a la tormenta perfecta inminente.

Personalmente me aterra menos este escenario anémico del Viejo Continente que la muerte capitalista del Nuevo Mundo que podría provocar la extinción de un sistema financiero que se llevaría por delante los mismísimos fundamentos del capitalismo mundial. Por eso creo que el sacrificio europeo es necesario para que reanimemos al paciente americano a base de transfusiones, vitaminas, medicación, reposo y mimos. Su sistema inmunitario comienza a trabajar y los carroñeros autóctonos o foráneos ayudan a prevenir complicaciones fatales.

En Europa es tiempo de efectivo, pero en EE.UU comienza a ser tiempo de inversión. Es clarividente como siempre, el artículo de Jose Mª Díaz Vallejo EURO/DOLAR - La moneda ha caído de canto, en el que relata unos cuantos ejemplos prácticos de la posición de ventaja que adquiere con el tiempo el transfundido respecto al donante.

Altruismo europeo, solidaridad u obligación de salvar al enfermo si no queremos que nos lleve por delante o nos deje desamparados ante un nuevo (des)orden mundial con los enemigos de Norteamérica a la cabeza.

Quizás el futuro de Europa pase forzosamente por enfermar para salvar la vida de los EE.UU. y posteriormente cruzar los dedos para que el liderazgo norteamericano sea capaz de cuidarnos en nuestra decadencia económica que está a la vuelta de la esquina, tan distante como la recuperación de nuestro paciente americano.

Un buen chute de Yuan caro y petróleo barato reanimaría al enfermo y de paso al equipo de médicos sin fronteras de manera espectacular. Le diré a mis hijos que lo incluyan en su carta a los Reyes Magos..... de Oriente, claro está.

Felices Fiestas y leve año nuevo. A mejorarse.

jueves, 6 de diciembre de 2007

¿Quién dijo miedo?

De todos es sabido que en estas ultimas semanas, todos los mercados financieros andan muy revueltos. Exceptuando los mercados de commodities (materia primas), el resto de mercados se hallan en situaciones de alta volatilidad y alto riesgo.

La gran mayoría de inversores tienen en su cartera de activos alguna o muchas posiciones con resultados negativos y se encuentran ante la duda de como actuar; vender realizando pérdidas para evitar males mayores?, aguantar el chaparrón a la espera de que vengan tiempos mejores? promediar a la baja y cruzar los dedos? Que miedo!

La primera consideración que debemos tener en cuenta hace referencia a la calidad del subyacente , si se trata de acciones o bonos, de chicharros o Blue Chips, de bonos investment grade o subprime.

Evidentemente si se trata de chicharros, la estrategia a seguir debe ser la de vender las posiciones negativas realizando las pérdidas correspondientes y al mismo tiempo vender también las posiciones positivas realizando beneficios con el fin de compensar, porqué ya se sabe que a río revuelto los chicharros acostumbran a seguir la tendencia general del mercado y es muy posible que las posiciones positivas cambien de signo en el corto plazo.

Con la capitalización obtenida deberíamos adquirir activos financieros o monetarios a corto a la espera de que pase el temporal y estar preparados a cualquier signo de recuperación para volver a entrar en el mercado previa selección de los chicharros adecuados.

Los chicharros acostumbran a tener una gran volatilidad y son los primeros en reaccionar ante un cambio de tendencia en el mercado.

Si se trata de Blue Chips, el análisis debe hacerse de modo intrínseco analizando por fundamentales cada uno de nuestros activos. Si tras el análisis nuestro activo resulta estar en situación dudosa, debemos tratarlo como un chicharro, pero si por el contrario se halla en situación favorable consideraremos que su descenso se debe sólo a un mimetismo con la tendencia bajista general del mercado y por lo tanto deberemos considerar su bajo precio como una oportunidad para adquirir mas.

Aún considerando que el activo de referencia no haya tocado fondo, debemos adquirir mas acciones puesto que puede que nos equivoquemos y el activo no baje mas y hayamos desaprovechado una magnífica oportunidad para promediar a la baja.

Debemos invertir el 50% del capital que hayamos previsto destinar para la reinversión. En el caso de que continúe bajando debemos seguir adquiriendo nuevas acciones a nuevos precios cada vez mas bajos y debemos invertir cada vez el 50% del capital restante. De esta manera no nos quedaremos sin capital para poder aprovechar el precio mínimo que realice el subyacente; y, si hemos sido acertados en el análisis por fundamentales inicial, obtendremos un precio medio de la acción realmente interesante.

En el ejemplo anterior, después de promediar la reinversión de 10.000,-- € en distintas fases según los criterios enunciados previamente, cuando el subyacente recupera el valor de la primera compra (que con el tiempo,siempre ocurre), la inversión resultante se ha revalorizado en un 16,72%.

En el caso de bonos Investment Grade deberíamos hacer la misma aproximación que en el caso de los Blue Chips amparándonos también si cabe en los ratings de las emisiones. Haríamos el mismo análisis y utilizaríamos la misma técnica de reinversión pero añadiríamos un nuevo factor que convertiría aún en mas interesante el resultado, se trata del yield o la T.I.R. a venciemiento. Dado que los bonos tienen un cupón adscrito a su valor facial, al promediar a la baja no solo obtendríamos un precio medio y una revalorización interesante sino que que mejoraríamos substancialmente nuestro Yield tal y como vemos en la siguiente tabla:

En este caso para recuperar nuestra inversión el subyacente solo tendría que recuperar parcialmente su valor hasta 94,14% pero ademas habríamos aumentado el cupón de nuestra inversión del 5,75% al 6,11%

Así que si el subyacente sobre el que se basa nuestra inversión es de calidad, y si después de haber realizado el análisis por fundamentales adecuado el resultado es positivo, ¿Quién dijo miedo?